❝ Capitulo Siete ❞

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Santo Dios.

Yoongi se encontraba en una verdadera cámara de los horrores. Los rumores sobre estos viejos castillos eran ciertos.

Lo siguió por un estrecho tramo de escalones de piedra. Las velas en los candelabros de la pared alumbraban el paso, pero no eran lo suficientemente brillantes para arrojar luz a los rincones. Eran los rincones lo que le preocupaban. Probablemente plagados de murciélagos o ratas o... tritones. Tal vez dragones.

Emergieron en una habitación cuadrada, que debió de haber sido una celda de algún tipo. Se destacaba solo una ventana estrecha.

Se giró para dar una mirada alrededor, entonces se empezó a alarmar. Una lechuza disecada estaba sentada en un estante, a no más de treinta centímetros de su rostro.

El resto de la recámara no era mucho mejor. La habitación estaba llena de estantes y mesas mostrando todo tipo de conchas marinas, corales, nidos de pájaros, pieles de serpientes, insectos y mariposas clavados en tableros, y -lo peor de todo- extraños misterios sellados en frascos turbios.

-Hace mucho frio aquí arriba-dijo.

-Sí. Es necesario para Rex y Fluffy.

-¿Rex? ¿Y Fluffy?

-Las langostas. Creo que las mencioné anoche.

-Tienes langostas llamadas Rex y Fluffy

-Solo porque no tenga unas mascotas normales como perros o gatos no significa que las mascotas que tengo no puedan tener nombres apropiados. -Sonrió-. Disfruto la manera en que dices "Fluffy". Suena como "Floofy". Aquí están.

Le hizo señas hacia un tanque en un rincón de la habitación. El agua dentro olía como el mar.

-¿Son para la cena?

-¡No! Son para observación. Me han encargado ilustrar el ciclo completo de vida. El único problema es que sigo esperando que se apareen. De acuerdo con el naturalista que me contrató, la hembra -esa es Fluffy- primero necesita mudar. Entonces el macho la impregnará con su semilla. La única pregunta que queda es, exactamente, cómo se verá. He dibujado varias posibilidades.

Se movió hacia una amplia y desordenada mesa de trabajo y sacó un montón de papeles. En cada página había un boceto del acoplamiento de langostas en diferentes posiciones. Había creado un libro de cabecera de langostas.

El miró alrededor del escritorio: pilas de papeles, botellas de tinta, hileras de lápices preparados. Aquí y allá un dibujo de un nido de tordo o una tenaza de langosta.

Yoongi levantó el dibujo de una libélula y lo sostuvo para que la luz brillara a través, iluminando cada contorno entintado.

Había sido hábil con el dibujo desde que había empezado a escribirle, pero nunca había visto producir algo como esto en los márgenes de todas sus cartas.

Era hermoso.

Cuando bajó el papel, se dio cuenta de que él lo había estado estudiando de cerca, como él había estado estudiando la página. Viéndolo fijamente, con intensidad en sus ojos oscuros. Le sorprendió un súbito sentimiento de autoconciencia.

»Es solo un boceto preliminar -dijo, mordiéndose el labio-. Todavía necesita trabajo.

-Parece malditamente perfecto para mí -dijo él-. Listo para volar fuera de la página.

-¿Realmente lo crees?

Su rostro estaba muy serio y pálido. Como si estuviera preocupado por su opinión. Seguramente, con trabajos de esta calidad y amigos como Lord Wangyeo, no necesitaba que un soldado de los Highlands le dijera que tenía habilidad. No obstante, la vulnerabilidad en sus ojos hizo que quisiera intentarlo.
Deseaba saber decir algo inteligente sobre arte. Cómo alabar las líneas o las sombras. Pero no sabía, así que dijo lo primero que le vino a la mente.

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