Cuando Jimin se preparó para la cama detrás de su biombo esa noche, salió para encontrar la más terrible visión.
-Oh, en serio, Yoongi. Eso no es justo.
Él levantó la mirada de su reclinada pose en el diván de su dormitorio, con su rostro parcialmente oculto detrás de un libro encuadernado en un cuero verde oscuro.
-¿Qué?
-¿Estás leyendo Orgullo y Prejuicio?
Se encogió de hombros.
-Lo encontré en tu estantería.
Verlo leer cualquier libro era bastante malo. Pero, ¿su libro favorito? Esto era tortura pura.
-Solo prométeme algo, por favor -dijo.
-¿Qué cosa?
-Prométeme que no saldré de este biombo una noche y te encontraré sosteniendo un bebé. -Esa parecía la única posibilidad más devastadora para su auto-control.
Él se rio entre dientes.
-Eso no parece probable.
-Bueno.
-Mientras estamos en el tema de libros... -Yoongi se levantó de la silla y arrojó el libro a un lado-. Tengo una pregunta para ti. Si estos son los tipos de historias que prefieres, ¿por qué inventaste un oficial escocés para tu pretendiente imaginario? Podrías haber creado uno tipo señor Darcy.
-Porque Escocia está muy lejos, y necesitaba que fueras alguien que nunca viniera por aquí.
Él le dio una media sonrisa.
-¿Cómo funcionó eso?
-No totalmente como había planeado. Más es la pena. -En el tocador, terminó de cepillar su cabello y ató los extremos con un pedazo de tartán-. ¿Alguna otra pregunta?
-Sí. Tengo una.
Se dio la vuelta para encontrarlo mirándolo con descarado deseo.
-¿Por qué nunca me enviaste un dibujo de ti?
Él hizo una pausa.
-No sé. Supongo que la idea nunca se me ocurrió. Pero ¿estás diciendo que la idea se te ocurrió?
-Por supuesto. Soy un hombre, ¿verdad?
Sí. Definitivamente era un hombre. Y su virilidad estaba en plena exhibición mientras desabrochaba los puños de su camisa, exponiendo sus pálidos y musculosos antebrazos.
»Cada vez que entregaban una de tus cartas -dijo-, solía tener este incremento de anticipación. Tal vez... solo tal vez... esta vez habría un bosquejo de una doncel ahí. -Sacó su camisa sobre su cabeza y la colgó sobre el respaldo de la silla-. No hubo tal suerte. Todo lo que conseguí fueron polillas y caracoles.
Jimin apenas escuchó la última parte de su discurso. Aparte del habitual estupor que acompañaba verlo sin camisa, su mente había incautado una palabra del inicio de su declaración. La que había sonado como... anticipación.
-Tú... -La palabra murió en su lengua. Aclaró su garganta y trató de nuevo-. ¿Esperabas mis cartas?
Respondió desde el lavamanos.
-La guerra es una brutal ocupación, mo chridhe. También es mortalmente aburrida y muy incómoda. Los calcetines son motivo de celebración. ¿Un cepillo de dientes? -Levantó el que actualmente estaba en su mana-. Vale su peso en oro. Las cartas son maná del cielo.
Después de enjuagar su rostro, cruzó al borde de la cama y deslizó un dedo a lo largo de su clavícula.
»El más mínimo vislumbre de esta suavidad habría parecido un milagro.
ESTÁS LEYENDO
Mo chridhe
FanfictionEn la cúspide de su primera temporada en Londres, el joven Jimin era bastante tímido y talentoso con un lápiz de dibujo, pero irremediablemente torpe con los caballeros. Estaba seguro de que será un fracaso total en el mercado matrimonial de Londres...