SURGIENDO DE LAS CENIZAS.

76 11 24
                                    


SEIS MESES ANTES

—Las segundas oportunidades solo existen cuando revives o esquivas la muerte—. Recordaba las palabras de mi hermano mayor como si esa fuera la única memoria que tuviera de él.— Así que si eres inteligente, no vas a darle alguna segunda oportunidad a quién te hizo alguna vez daño, no perdones, ni olvides, Himari.

«Y no te hice caso, querido Oriel, perdoné e intenté olvidar, pero mira hermano, aquí estoy», pensaba mientras veía el azul del cielo, la primera dimensión era tan diferente a la mía, el pasto era de color rosa, las flores verdes y los tallos blancos, estaba en el mismo parque, nuestro lugar favorito.

«Tienes que encontrarlo, solo», me decía a mí misma, sabía que estaba en ese momento, pero no tenía idea en dónde estaba escondido.

Me había puesto detrás de un árbol, allí estaba mi otra versión, sonriendole a la niña a su lado, su pelo era diferente del mío, corto, ondulado y negro, en cambio el de la pequeña continuaba de la misma manera, rizado, largo y negro. Mi corazón en ese instante dio un vuelco, las memorias felices de pronto se sumergían en mi cabeza como si fueran disparos.

«Me gustaría quedarme en esta dimensión», pensé en ese instante sabiendo que era algo imposible. «Ni se te ocurra distraerte», me decía a mi misma, aunque no quería hacerlo en el fondo, «¿Y si en esta dimensión él no es un asesino y a mí no me matan?»

¿Sigues dudando?

Esa voz, era inevitable no distinguirla.

No vas a ser capaz de hacerlo, ¿sabes por qué Himari? Porque eres una cobarde, como siempre y vas a morir aquí.

Mis manos temblaban a la par de su respuesta, pero mi vista seguía anclada en ellos, sí, allí estaban Peter, Melisa, Harry y yo.

Sus ojos tenían un color diferente, dorado, como si fuera un ser totalmente diferente a lo real, él arropaba a Mel, mientras la niña lloraba por la caída.

«¿Por qué no fuiste así?» Me cuestioné con el corazón apretado, «¿Ahora cómo te mato sabiendo que tienen una familia feliz?»

Haciéndolo, porque no es tu realidad.

—Pero no necesito matarlo, no en esta dimensión, están felices.

Si no lo matas en esta dimensión, en la tuya seguirá vivo, ¿realmente no vas a vengarte por la muerte de tu hija, la usaron como si fuera un trapo, Melisa paró de respirar después de las embestidas y tú simplemente vas a dejarlo quieto, solo por qué aquí es feliz?

El dolor subía hasta por mi garganta recordando el estado de su cuerpo, recordé en ese momento como me quemaba el alma, algo en mí ardía, la rabia invadía mi cuerpo sin pudor.

—Es mi culpa—me decía a mi misma, temblando—. Por mi culpa Melisa está muerta.

Y por ti , Melisa va a tener su final feliz.

—Mi hija está muerta y ya tuvo su final.

Si lo haces, el tiempo puede volver. Pero tienes que hacerlo.

Y cuando pensaba que no podría volverme más loca, la voz de aquella sombra desapareció, dejando en mí un montón de dudas.

«Están riendo» Pensaba mientras continuaba viendo la escena, «es por ti, mi pequeña» me respondí, «una cuchilla», sentí que debía hacerlo de la peor manera posible y mientras lo deseaba aparecía ante mí el objeto que iba a acompañarme. Aún así, decidí darle el tiempo necesario, para que ellas tuvieran su momento feliz.

Primero las damas #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora