VOLVIENDO AL PASADO IV

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Gritar, si había algo que me gustaba hacer mientras estaba sola era eso, cuando podía iba a algún campo en dónde nadie pudiera verme, quitaba todo aquello que cargaba mentalmente, lo que me molestaba se esfumaba con tan solo ese acto, porque mis pulmones se abrían tanto al punto de desconocer lo que era respirar, el vacío en ellos sentía que aliviaba la oscuridad que sostenía por dentro y por fuera.

—¡DESEO QUE SE VAYAN A LA MISMÍSIMA MIERDA!— Mi voz era irreconocible, después de todo las palabras rozaban mis cuerdas vocales dejándolas roncas, casi destruidas por cada sonido emitido.

—¡ESTOY CANSADA, HARTA!, ¿POR QUÉ YO? HIJOS DE PUTA, ¡LOS ODIO TANTO!

«¿Qué estás haciendo,Himari? Ellos no van a escucharte», me decía a mi misma resignando después de sentir que el peso salía y así como lo hacía volvía a habituarse en mí.

Melisa estaba en un colegio, no entendía cómo, pero lo había conseguido, un empleo y un alquiler para mantenernos, después de todo estaba lejos de todo aquello que había dejado para atrás, ese día me senté en el césped que tenía alrededor de mi cuerpo.

No sabía que podía sentirme como una pluma y al mismo tiempo como un camión lleno de carbón. Recuerdo haber caminado por horas hasta encontrarme nuevamente a aquella pequeña que me daba esperanzas, Melisa era aquel remedio que necesitaba para levantarme todos los días y no desistir de todo lo que me rodeaba.

—¿Podemos ir al parque, mami?— Me había preguntado después de que llegáramos a casa, la pequeña Mel tenía un amigo, Peter, con él mi hija podía verse como una niña normal y aunque no lo quisiera admitir, aquel niño le sacaba sonrisas que yo era incapaz de sacarle. Cada vez que se juntaban aquella niña que parecía estar triste pasaba a ser la mismísima alegría en persona—. Peter va a llevar a su nueva perrita.

«No debería haberla traído» , pensé al instante que vi cómo su cara de "¿podemos tener un perrito?" Me decía "vamos, mamá", automáticamente como si yo no pudiera resistirme a hacerlo.

—Vamos a jugar con Nyx— respondió Peter, tenía dos años más que Melisa, la trataba como si fuera una hermana pequeña, me encantaba que mi hija tuviera un amigo como él.

—Está bien, pero no se vayan muy lejos.

Cómo toda madre, no podía dejar mi inseguridad de lado, sentía que algo estaba mal y no me equivocaba, porque horas después estaría buscando a mi hija desesperadamente, mientras veía como el animal que ambos llevan corría por el parque sin saber a dónde ir, aunque no era la única, ya que Peter también había desaparecido en aquel momento.

Nyx, por otra parte, llevaba sangre en sus patas traseras, estaba todavía húmeda, eso me daba a entender que no había pasado mucho tiempo.

Los buscamos por horas, incluso días, la policía no se movía, entonces nosotras lo hacíamos, pasaron los meses, Melisa no aparecía, no obstante Peter, sí lo había hecho, pero no de la manera que esperábamos lo hiciera.

Sentí su dolor cuando encontré el cuerpo de aquella pequeña niña en mi puerta, Peter había aparecido un mes antes que ella, a diferencia de ella, a él aquel monstruo lo había dejado cerca del parque, cuando descubrieron quién había sido el golpe de realidad me destruyó sin pensarlo dos veces, la madre del pequeño sintió rabia, odio, asco, aunque aquello no se comparaba al propio que yo estaba procesando dentro de mí misma.

«Es tu culpa, Himari», me decía a mí misma, odiándome por todo aquello que estaba sucediendo. Me encontraba en un pozo enorme sin salida, sin luces, eran sólo voces que me decían lo que realmente merecía para mí misma y estar viva no era una de esas cosas.

Cada vez que cerraba mis ojos, la imagen de mi hija tirada en la puerta volvía como si fueran cuchillas. Todas las noches era la misma pesadilla, el mismo lugar, las mismas personas.

Pero al final, ¿quién había matado realmente a Melisa? ¿Harry o yo? De vez en cuando dudaba de mi misma, tal vez por los acontecimientos de mi pasado, tal vez por no saber diferenciar lo que era ya real o pesadilla.

¿Me estaba volviendo loca o estaba loca?

Ya no sabía en qué nível mi salud mental se encontraba. Sin embargo, ya no derramaba lágrimas, ellas se habían convertido en un desierto, en aquella arena seca e infinita que se movía con el poco viento.

Sigues viva y ardiendo, querida.

Le escuché decir, sabía quién era, la miré, me miró, estábamos nuevamente en aquella sala llena de espejos, al contrario del comienzo, mi cuerpo continuaba en llamas, mientras la sombra me sonreía, yo la despreciaba, quería quemarla, aún así, algo me impedía llegar cerca.

No es a mí quién tienes que matar, ¿sabes qué es esto? Ops, se me ha olvidado que no, estás encerrada en el medio de las siete dimensiones, la sala de los espejos te impide avanzar, si no rompes lo que ves, no vas a poder pasar por la puerta que debes y bueno...Lo otro ya te lo he dicho Himari. Tu eres tu propia destrucción.


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NOTA DE AUTORA:

Llegamos a las más de 10.000 palabras, hasta el momento quiero decirles que estos últimos capítulos pueden ser el reflejo depresivo de mí misma, sin embargo, quiero comentarles que por algo ardemos, por alguien ardemos y que cuando lo hacemos, cuando terminamos siendo aquella dinamita, pues o quemamos todo a nuestro alrededor, o nos quemamos o utilizamos aquel elemento tan peligroso para hacer salchicha, no me gustan las salchicha, pero bueno, supongamos que es una manera de calmarme mediante las palabras, así que aquí les dejo parte de mi fuego, por cierto, la canción melancólica que puse en esta parte es bastante importante para mí en ciertos aspectos, ¿saben cuando te identificas con un algo? Yo lo hice con la letra de esta obra de arte.

Ahora sí, saludos, Camila, ah, el próximo capitulo esta cerca, besituuus.

AHHH Y NO SE SALTEN LOS "VOLVIENDO AL PASADO" , porque son mini partes importantes para la continuidad de cada cap.

Primero las damas #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora