Dos - Un plan...

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—¿Joven? — la voz venia de la oscuridad cuando Taehyung abrió los ojos—. ¡Joven!, ya es hora, llegamos.

Se tallo los ojos, adormilado, miro a su alrededor afuera se veían unas luces de la estación de tren. Se había quedado dormido durante todo el camino mientras meditaba todas esas palabras, busco en su teléfono, no era como si fuera la primera vez que practicaba, pero sería la primera vez que lo diría en voz alta.

Jamás conoció al chico del que Jimin hablaba tanto, no tenían fotos juntos, no tenía fotos de él, era algo de lo que Jimin mantenía en secreto, tal vez así eran las mejores relaciones. Un secreto.

Estiro su mano intentando tomar la pequeña maleta que Jimin le había dado, se sobresaltó cuando no la encontró la busco como pudo a su alrededor, pero esa maleta ya se había perdido. Miro a la joven señorita que estaba enfrente de él, con el ceño fruncido y un poco molesta, era la última parada y también era el último en bajar. Preguntar si sabía quién había tomado una maleta, no era una opción, jamás encontraría a esa persona.

Camino por el pasillo desierto, haciendo una lista de las cosas que podía hacer: tenía dinero en efectivo en su cartera, tenía su teléfono, tenía esa identificación falsa que había sacado hace dos años, no tenía maleta, no quería preocuparse, sabía que si estuviera problemas una sola llamada haría que su padre estuviera ahí.

Reviso su teléfono, una última llamada de Jimin hace solo treinta minutos, lo último que leyó es la dirección del hotel el nombre que debía dar y los días que estaban reservados, apago el teléfono, compraría uno de reserva nuevo después, tendría que hacerlo después de todo no quería que lo descubrieran, al menos no por un par de días.

—¡Mrs. P!— grito alguien.

Miro alrededor, casi estaba desierto ahí. Luego se encontró con la pequeña multitud que estaba esperando adentro de la sala de espera.

—¡Mrs. P!— grito otra vez una mujer en la primera fila, con un letrero gigante que decía "Bienvenido Mrs. P, te queremos", estaban enfrente de el—. ¡Estamos muy contentos de que estes aquí, Mrs. P!

Al intentar sobre pasar el área de abordaje un policía grito, haciendo sonar una pequeña alarma.

Pero aquello no le importo a la pequeña anciana, que corrió a envolverlo en un abrazo, que no se pudo negar, sus brazos eran cálidos.

Esto era peligroso. Lo supo con ese sonido a su alrededor.

—Mírate, estas demasiado delgado— la mujer lo sujetaba con los brazos extendidos—. Y eres demasiado guapo, ¿te hiciste algo?

Pensó en Jimin, él también era guapo, pero era un poquito más bajito que él, su nariz era más pequeña, de tez más clara y su cabello justo ahora estaba pintado de un color rubio más claro que el de él, no se parecían en absoluto. Entonces esas personas jamás habían visto una foto tampoco.

Sintió pánico, no esperaba tener que ver a todas esas personas en la estación, espero solo ver a un chico, uno alto y esperándolo. Sería más fácil. Ahora esto lo complicaba.

—Te ves muy diferente— su cuerpo tembló cuando escucho la voz de esa chica—. No eres como te describió mi hermano.... Eres mucho mejor.

‹‹El chico que estas personas esperaban, no soy yo››

Quizá no sospecharían, solo debía... solo debía concentrarse en su plan, encontrar al chico, y solo decir... "Lo siento mucho, Jimin no podrá estar contigo, el ... quiere terminar". Simple y directo.

No debía de tener tacto, no lo conocía, no habría sentimientos, nada que se le interpusiera en ese objetivo, para la noche podría estar en el hotel al que Jimin había reservado una habitación, pedir comida y por fin hacer que su estómago dejara de rugir.

—Bueno, pero que estoy haciendo aquí— dijo la mujer de cabello blanco—. ¡Jungkook!, ¡Jungkookie!, ya está aquí.

—Jungkook

Repitió el nombre del chico confundido, ese si lo conocía, Jimin lo decía mucho, lo solía abreviar a JK.

—Si él fue a preguntar por ti a la oficina de la estación, no aparecías y todos nos preocupamos.

Siguió la mirada de la mujer, ese debía de ser, le diría que le permita unos segundos y lo hará. Si eso.

Usaba pantalones negros de mezclilla, botas y una chamarra de cuero. Hasta entonces era la primera vez que se conocían y que sentía como si una campana sonara a su alrededor cuando sus miradas se conectaron. A él también debió de haberle impactado verlo por primera vez, porque se detuvo en seco, guardando su teléfono en el pantalón, mientras sostenía ese ramo enorme de rosas rojas.

"No lo amo", "No podré hacerlo"

Recordó las palabras de Jimin.

—¡Jungkook! – grito de nuevo la mujer—. Esta aquí.

Su expresión en ese momento no sabía si estaba dolido, sorprendido, o solo no sabía cómo reaccionar, cuando el chico que esperaba no era Jimin, si no uno que solo había visto en un par de fotos, que era más alto y vestía el mismo abrigo amarillo que habían comprado en ese viaje a Japón. De ese chico que no conocía su nombre, porque en eso quedo con JImin, no decir una sola palabra sobre ellos.

—Es... — Jungkook comenzó a balbucear.

Taehyung creyó que diría, es un impostor, es un mentiroso o solo es el — de Jimin. Eso era lo que esperaría, enfrente de esas personas que seguro era su familia, y esperaban a por un chico que no era él.

Se acercó más.

Era mucho más alto de lo que pensó que sería, tenía pinta de que podría soltarle un golpe, tuvo miedo de recibir ese golpe directo a su rostro.

—Yo... eh... Yo...

Ahora era Taehyung quien comenzó a balbucear, enfrente de esas personas, enfrente de él, pero no logro terminar de hablar.

No cuando lo tuvo demasiado cerca.

—Me alegra que estés aquí.

Dijo el chico, formando una sonrisa en su rostro.

Luego lo beso.

Kim Taehyung se quedó estático, cuando sintió esos fríos labios sobre los suyos.  

  

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Un amor para San Valentín | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora