Un amor para San Valentín | Taekook

Veintitrés - Tres segundos

Taehyung piensa que todo ha sido un sueño, los había tenido antes, esta vez las imágenes son borrosas, está en la oficina de su padre, en medio de un bosque sombrío. La sonrisa de Jungkook. El en medio de un salón con música de fondo y la mirada de cientos de personas. Jungkook, de nuevo, esta vez serio, pronunciando su nombre.

Luego el dolor aparecía cuando abría los ojos.

Pero esta vez el dolor no está, no como otras veces, solo esta desorientado, con la vista nublada por la poca luz en la habitación, su cabeza le duele porque intenta recordar que ha pasado.

Todo se esfuma cuando encuentra a Jungkook frente a él.

Esta abrazado a sus piernas en ese pequeño sillón que solía ignorar, aún tiene esperanza de que no sea un sueño, porque si lo fuera hubiera terminado cuando sus miradas se cruzan.

Ambos se quedan en silencio observándose, con ojos medio abiertos y adormilados. La luz de su pequeña lampara apenas alumbra la habitación, sabe que es de madrugada cuando no hay ningún otro sonido que el de sus respiraciones.

Taehyung no logra hablar antes, porque es Jungkook quien rompe el silencio.

—¿Cómo te sientes?

Taehyung tarda en responder, tiene muchas respuestas, pero ninguna sale de su boca, aun piensa que es un sueño cuando lo ve, tiene sus mejillas rojas y ahí están sus ojos cafés brillantes que tanto extrañaba, tiene miedo de despertar.

—¿Qué fue lo que paso?

Su mente dolía tanto como para recordar, quiso unir todas las piezas, estaba en su habitación, las imágenes del restaurante, el sabor casi inexistente de cerveza y soju en su boca, su molesto traje que lo estaba asfixiando.

Volvió a Jungkook esperando una respuesta.

—¿No lo recuerdas? — Taehyung ni siquiera puede negar moviendo la cabeza—. Fuimos a comer luego de la reunión, tomaste demasiado como para dejar que tomaras un taxi...— se detuvo un segundo—. Te traje a tu departamento, dijiste que estabas tan borracho que vomitarías, luego puag, todo salió sin siquiera avisar, tu perro casi me ataca, también te ayudé un poco y luego solo dormiste.

Lo escucha en silencio, Su voz suena adormilada igual que su rostro, un poco más ronca y profunda de lo normal. totalmente incrédulo, sabe que miente, porque en su mente aparecen las imágenes de él y Jungkook cuando llegaron a su departamento, ese beso que solo esta borroso.

—Debiste irte mientras dormía.

«Así no tendría que verte hacerlo», pensó.

—Perdón por quedarme, pero no podía dejarte así.

—¿Así cómo? — le pregunta con voz débil Taehyung.

Se queda callado, observándolo, Taehyung siente como su cuerpo duele cuando lo ve a los ojos y las imágenes aparecen una tras otra.

Lo ve moverse sobre su lugar, dejando caer primero los pies, mientras estira un brazo para alcanzarlo, están tan cerca que ni siquiera debe esforzarse mucho.

—Así... dormido, medio borracho ... y perdido

Taehyung no responde, cierra los ojos porque sus palabras duelen una tras otra, mientras siente las yemas de su mano acariciar su mejilla y fue incapaz de apartarse, solo se perdió en su tacto y lo cálido que se sentía

—Debiste irte— repite por segunda vez.

—Me gusta verte dormir Taehyung—.«¿Porque te gustaría?», se pregunta mientras sus miradas están cerca, pero sabe que no puede, no de nuevo —. Eres hermoso incluso dormido, Kim Taehyung.