Siete - Estoy comprometido

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"Gee" de Girls Generation sonaba a todo volumen desde la computadora de Jungkook mientras Taehyung bailaba alrededor de la habitación, ¿Por qué quien era el para negarse a hacerlo?, el chico se la había prestado.

Y sí que necesitaba algo así, ya había soportado un día en aquel pueblo, incluso soporto tardo terminar el día con aquellos zapatos y por fin estaba completamente solo.

Además, estar en ese lugar le resultaba extrañamente reconfortante. No estaba esa voz ruidosa repitiéndole que debía de hacer y que no.

Ahí solo era Taehyung y tal vez eso le gustaba.

—Veo que lo disfrutas

La voz le hizo soltar un brinco.

—Yo...

Taehyung se sentía expuesto estar de esa manera, solo tenía una simple toalla alrededor de su cintura.

—No veas— grito Taehyung desesperado—. No lo tienes permitido.

Y aunque Jungkook al primer segundo se había tapado su rostro, eso no le impidió que el gran Can que lo acompañaba no se detuviera a correr en dirección a Taehyung.

—¡No Bam espera!— grito Jungkook corriendo detrás.

Pero cualquier intento porque se detuviera fue un completo desastre, un Taehyung corriendo a cualquier lugar que pareciera seguro, una toalla en el suelo, ladridos inundando la habitación, Jungkook no logro evitar mirarlo cuando detuvo al perro.

Taehyung miraba hacia abajo, Jungkook recorrió un camino hasta llegar a sus ojos, el momento más incómodo para ambos.

—¡No veas, saca a ese maldito perro de aquí!

«Pero ya había visto lo suficiente»

Jungkook se quedó inmóvil, solo el sonido de la puerta al otro lado lo hizo regresar.

—Jungkook— grito su nombre su pequeña hermana—. ¿Podrían bajar en un momento al Jardín?

Taehyung no espero más para tomar la manta que estaba sobre la cama, se cubrió y corrió directo al baño donde se encerró.

Estaba avergonzado, nunca nadie lo había visto de esa manera, jamás había estado así enfrente de alguien. Sus mejillas ardían en un color rojo intenso y un calor lo recorrió el cuerpo entero.

Se quedo sentado en la taza de baño con la mente en blanco mientras mirada un punto fijo, intentando olvidar esa escena, en cómo sus ojos se encontraron.

Se dio golpes mentales y se maldijo.

En su vida había tenido muchas cosas vergonzosas que le habían pasado, pero esta sin duda superaba todas y no tenía a su lado a Jimin para que lo ayudara.

No quería volver a salir, no quería verlo de nuevo. ¿Cómo lo haría?

—Taehyung...

Miro hacia la puerta donde se escuchaba su nombre, ahora estaba furioso.

— ¿Por qué no tocaste antes de entrar? – reclamo

—Lo siento – murmuro Jungkook—. Ya no volveré a traer a Bam a la habitación, jamás pensé que te encontraría a ti ...

—No lo digas, no necesitas decirlo en voz alta. — lo detuvo de inmediato no quería tener que escucharlo de el—. Dime que no viste nada.

Jungkook suspiro al otro lado de la puerta

—No vi nada —había visto todo—. Voy a salir, les diré a mi familia que te sentiste mal y no podrás bajar, ¿quieres algo de comer?

Taehyung se tardó en responder.

Un amor para San Valentín | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora