Doce - Secretos

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Fue la luz de lo en lo alto del cielo que despertó a Taehyung, estuvo un momento sin siquiera moverse, procesando todo lo que había pasado hasta ese momento, estaba en un lugar donde no había alarmas a su alrededor, no había ruido y no había nombres o voces rondando en su mente.

Sentía como si todo lo que era hubiera desaparecido, tal vez eso le hizo sentirse de esa manera o aquella cosa extraña que pasa cuando comienzas a perderte en una persona.

Llevo su mano hasta sus labios cuando apareció esa sensación en su estómago y nota los vestigios de la calidez de esos labios ajenos.

Todo parecía irreal. Porque ni en sus más salvajes sueños se imaginó que esto podría pasar.

Quiere comprobar que aquello no ha sido un sueño, cuando con todo cuidado se gira sobre la cama hasta llegar a la otra orilla, ahí estaba Jungkook en el suelo, con su pijama azul zafiro enredado en una cobija.

De inmediato sus ojos fueron directo a sus labios.

Era real, lo había sido, incluso la pequeña discusión que habían tenido minutos antes de acostarse a dormir y Taehyung quiso detenerlo para que no durmiera en el suelo como la noche anterior.

Sonríe como un tonto.

—Es de mala educación observar a alguien mientras duerme.

Hablo con voz ronca a lo que Taehyung reacciono regresando hacia su lugar, escondiendo su rostro entre las almohadas, avergonzado de haber sido descubierto.

—Te vi Taehyung.

Volvió a hablar Jungkook y tampoco respondió, no lo noto cuando se levantó acercándose a verlo.

—Puedes seguir fingiendo que estas dormido — dijo en tono bajo— Pero yo sé que no lo estas.

Oh maldita sea esa sensación que lo recorrió por todo el cuerpo, y agradecía que no pudiera ver su rostro.

—Yo solo quería saber si estabas despierto — respondió, a lo que Jungkook soltó un pequeño sonido lo más parecido a una risa.

—Pues me despertaste, Taehyung.

Alzo la vista, encontrándose con un Jungkook despeinado y con los ojos entre abiertos que estaba parado observándolo desde arriba, luego lo vio alejarse y desaparecer detrás de la puerta del baño.

Se quedo mirando hacia ese punto fijo, preguntándose si tal vez el sentía lo mismo, si también tenía esa sensación que le recorría el cuerpo entero, incluso se preguntó que significaba aquella sonrisa que le dio cuando salió de la habitación minutos después.

Se baño y puso la ropa que había dejado en la cama, incluso vio los tenis que le dijo que había comprado, sonrió al verlos, no era lo que acostumbraba, pero eran mil veces más cómodos.

Bajo a la cocina, encontrándose con Jungkook cocinando, se quedó unos segundos observándolo, intentando calmar esa sensación de nuevo, la de querer ser algo que no era, su pareja real.

—Hola— dice tímido cuando se gira a verlo y sonríe al instante—. Huele delicioso, ¿Qué es?

—Desayuno estilo Canadá— la sonrisa de Taehyung desapareció—. Es broma, te gusta el bibimbap.

Asintió mientras se acercaba hasta quedar a su lado, poniendo atención en cada movimiento y recibiendo pruebas de comida para verificar que el sabor estaba bien, y a este punto cualquier comida hecha por ese hombre a su lado parecería una delicia.

Incluso cuando le sirve su porción lo observa, y no logra evitar besar su mejilla, un impulso que deja un poco desconcertado a Jungkook que se gira a verlo.

Un amor para San Valentín | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora