Veintisiete - Mi amor de San Valentín

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Tres horas con cuarenta y siete minutos es lo que tardo el tren en llegar a Gwangju, decir que durante todo ese tiempo Taehyung no estuvo nervioso y contando los minutos era poco.

No se durmió en el camino como aquella vez, no podía, tenía un nudo en el estómago que intentaba mitigar con Yeontan que estaba en su pequeño bolso reclamando salir.

A mitad de camino pensó en llamarlo y ojalá lo hubiera hecho antes de tirar su teléfono a la basura por miedo a que su padre lo siguiera si descubría donde estaba. Conocía su número de memoria, pero aun existía un miedo, uno diferente que aparecía en sus pensamientos con una voz en el fondo, «¿y si llegaba y no era como lo pensaba?», «¿y si le decía que al final solo había cambiado de opinión?», las personas cambian de opinión, «¿y si al final... simplemente no iba?», esas y más preguntas le atravesaron.

Sus nervios se intensificaron cuando escucho la voz de la mujer decir:

«—Bienvenidos a la estación de Gwangju, por favor desciendan con precaución y siguiendo los lineamientos recomendados—»

Sintió como su estómago se revolvía conforme caminaba en la estación de trenes, en primera ya era de noche y estaba en una ciudad desconocida además se sentía vacía, esta vez cuando traspaso las puertas no estaba nadie esperándolo con un enorme cartel gritando "Mrs. P", un choque eléctrico lo paralizo por un segundo, aquí era donde realmente había comenzado todo, recordó los tres segundos que Jungkook menciono, ¿había sido aquí?

Tomo un taxi hacia la casa del lago.

«¿Y si su familia lo detestaba?», esa era otra de las preguntas que lo rondaban, después de todo Yoongi y el padre de Jungkook sabían la verdad, y la habían usado en su contra.

Ahora también se sentía culpable, le había mentido a la abuela Jeon, a Jiji, al menos Yeri sabia la verdad.

Su corazón casi se le sale del pecho cuando se abre la puerta de aquella casa, pero no es Jungkook, es Yeri, se observan unos segundos, una pequeña pelea entre ellos, ella un poco furiosa y molesta y el solo está a punto de bajar la cabeza avergonzado, por algo que aún no sabe que ha hecho.

—¿Quién es a esta hora cariño? — se escucha la voz de Jiji al fondo.

—Shh, no les digas aún que soy yo — la detiene Taehyung en el momento en que esta por responder—. ¿está aquí Jungkook?

Pregunta en voz baja, no quiere que nadie más se dé cuenta de que él está ahí, solo por si acaso.

Yeri tardo en responder, realmente parecía disgustada de verlo, porque solo movió la cabeza negando, y su ánimo decayó por completo, él no estaba ahí.

—Oh eres tú Taehyungie — le sorprendió ver a la abuela de Jungkook apareciendo detrás de Yeri — ¿Y ese pequeñito? — se refirió a Yeontan —. ¿Por qué no pasas?, ¿Jungkookie también vino?, ayer dijo que se quedaría más tiempo en la ciudad, ¿Dónde está?

No tenía ni idea que responder, estaba confundido, quiso dar un paso para entrar, tal vez ellas no sabían su secreto como Yeri y podría fingir el resto de la noche como lo hacía un par de semanas atrás, aunque fuera la mejor opción, algo dentro de sí mismo le dijo que debía de buscar a Jungkook, no solo debía, se sentía como una necesidad palpitante dentro de sí mismo.

—Yo... hoy no puedo — respondió aun sumido en sus pensamientos —. Debo de regresar a Seúl.

Se dio media vuelta, dejando a las mujeres confundidas por su repentina aparición, sin Jungkook, mientras el solo estaba un poco más asustando que antes, regresando de nuevo al taxi que lo esperaba, porque solo por si acaso le había pedido que esperara.

Un amor para San Valentín | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora