Con mi hermana no. (Mattheo Riddle)

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Imagina que...
Una amable brisa nos quitaba el calor en un inusualmente caliente día de primavera. Mientras estábamos recostados en la cama de su cuarto, el cual compartía con sus inseparables amigos, Theo, Draco y Enzo. Afortunadamente, ninguno de ellos estaba presente en ese momento.

Descansábamos de un agotador día escolar, arrullados en los brazos del otro, Mattheo y yo.

La mayoría podía decir que Mattheo era muy cerrado con las demás personas, muy frió y en ocasiones grosero. Pero él no era ni la mitad de eso; es verdad que podía llegar a ser bastante reservado sobre sus sentimientos, pero no dudaba en expresar sus opiniones de manera... sincera, aunque a muchos les molestara escuchar la realidad. Mattheo era amable, no era tan amistoso como la mayoría, pero si encuentra a un compañero que necesita ayuda y justo tiene un momento libre, lo ayudará con gusto.

Por eso y muchas más razones me había enamorado de él; para mi buena suerte, el también se había enamorado de mí. Por eso decidimos volvernos una pareja hace ya un año.

Pero claro que no todo es miel sobre hojuelas, nadie podía enterarse de lo nuestro; en primera, porque mi querido hermano, Draco, era mejor amigo de Mattheo y no quería ni imaginarme el problema que se armaría si Draco se enteraba de que estábamos juntos; en segunda, porque preferíamos tener el beneficio de la privacidad y la intimidad entre nosotros.

Nunca habíamos tenido relaciones íntimas, porque ninguno de los dos se sintió nunca en la necesidad de tenerlas, pero eso no debilitaba o fortalecía la relación en ningún aspecto; simplemente nunca nos lo habíamos planteado.

-¿En que piensas, Tigresa? -le gustaba decirme así, porque muchos de mis amigos me llamaban "Claws".

-En nada. -Me moví junto a él para poder voltear a verlo mejor.

Su cuerpo estaba recostado junto al mío, llevábamos un largo rato así, queríamos aprovechar que mi hermano no estaría.

El sol daba la cantidad de luz perfecta, nos iluminaba la cara, pero no lo suficiente como para que tuviéramos calor. Había estado observando a Mattheo por los últimos minutos, mientras él descansaba los ojos. Tenía mi brazo posado en su pecho y el había pasado su brazo por debajo mío para abrazar mi cintura.

-¿Segura? Llevas varios minutos viéndome. -Abrió un ojo, manteniendo su otro brazo por sobre su cara.- Ya se que soy guapo, pero no sabía que tanto. -Rió.

-Pues, estoy para recordártelo. -Le di un pico rápido en la base de su cara.

-Me alegra tenerte. -Dijo aún con los ojos cerrados y un tono cansado.

-Lo se, no sabrías que hacer sin mí. -Besé más cerca a su boca y abandoné la posición que tenía mi brazo sobre su pecho, para sostener su cara y moverlo para que me volteara a ver.

-Claro que sí, en cambio tú no sabrías que hacer sin mí, bonita. - Me correspondió el beso y sentí su brazo quitarse de mi cintura.

-¡Ey! -Me quejé de que ya no me abrazara, pero el tenía su propio plan.

-No me he ido y ya me extrañas, ¿Lo ves? -Me guiñó y me sujeto de la cadera con ambas manos firmes.

-No es cierto, es solo que... -Sentí cuando me levantaba y me ponía sobre sus caderas, sin quitar su agarre de ahí. -Ah, ya veo lo que haces.

"Relatos de una maga sin magia"(One-Shots) Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora