Decir Adiós

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Emma caminaba hacia la casa Barrington sintiendo su corazón acelerarse, no tenía idea de qué demonios debía decirle a Daryl, no tenía idea de que debía decirle a Jesús. Ambos hombres la tenían tan confundida que sentía su cabeza a punto de explotar, el dolor de cabeza había vuelto y quería creer que si se sentaba a hablar con el cazador todos los sentimientos confusos en su cabeza se iban a aclarar ayudándola a saber que era lo que debía hacer.

- Hola extraño - lo saludó cuando lo vio sentado en las escaleras de la casa

- Hola linda - le respondió poniéndose de pie para darle un corto abrazo

- ¿Caminamos? - el cazador le sonrió pero negó con la cabeza

- Demos un paseo mejor - ella le sonrió y asintió, caminaron hasta la motocicleta para salir de la comunidad, Emma pensó que quizás era lo mejor hablar lejos de todo eso aunque aún no estaba segura de cómo empezar esa charla. A lo lejos Jesús la vio subirse a la motocicleta con Daryl y pasar sus brazos alrededor de su cuerpo, el pelilargo agachó la cabeza sintiendo un dolor en su pecho que no pensó que sentiría, pero se obligó a recordarse que ella era libre de amar a quién quisiera.

Daryl la llevó hasta un pequeño lago, disfrutando de un lento paseo en la motocicleta, el sol era lo suficientemente cálido y se colaba por entre las copas de los árboles creando luces y sombras que le daban un toque de encantó al lugar. Cuando por fin frenó Emma se quedó maravillada por la belleza del lugar y sonrió mirando a su alrededor

- Esto es hermoso - le dijo aspirando el aroma a bosque

- Si, lo es - respondió él sin apartar la vista de ella - quería mostrarte este lugar hace mucho pero no es tan lindo en invierno. Me alegra haber podido hacerlo

- Gracias por traerme - Emma camino hasta la orilla del lago donde el sol se reflejaba en la superficie creando destellos que parecían salidos de un cuento de hadas y se sentó disfrutando de la calidez del día, Daryl camino hasta ella y se dejo caer a su lado, se recostó hasta quedar boca arriba mirando el cielo y ella lo imitó

- Te extrañé Em, enserio lo hice - la chica no lo miró, solo tomó su mano y se quedó mirando el azul del cielo tan parecidos a esos ojos que la habían enamorado cuando lo conoció

- También te extrañe - le confesó, no tenía sentido mentir, él seguía siendo la persona por la que había sacrificado tanto solo porque lo amaba - Daryl...

- No Emma, no lo digas... se que tenemos que hablar pero quiero disfrutar esto - le pidió el cazador - quiero sostener tu mano y pensar que todo está bien, que estamos en la cabaña solo disfrutando el día... ¿harías eso por mí?

- Haría lo que fuera por ti y lo sabes - le respondió acariciando su mano, se quedaron un rato en silencio hasta que él volvió a hablar

- ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos?

- Como olvidarlo... robaste mí comida - él rió al escucharla

- Y tu te llevaste mí flecha - ahora fue el turno de la rubia de reír

- Parece que pasó hace tanto... me alegra que hayas sobrevivido

- Me alegra haberte encontrado cada una de esas veces

- ¿Incluso la vez que Dwight te secuestró en el bosque quemado?

- Jamás podría arrepentirme de algo que tenga que ver contigo linda - le dijo girando la cabeza para mirarla, ella lo imitó y le dió una pequeña sonrisa - Ven, caminemos un poco - Daryl se incorporó para ponerse de pie y estiró la mano para que ella la tomara, Emma lo miró con curiosidad pero acepto la mano y cuando estuvo de pie no la soltó sino que empezó a caminar con ella mostrándole algunas cosas del lugar que le gustaban. Caminaron por el bosque charlando de cosas sin importancia, solo disfrutando ser ellos dos, sin peleas o pensamientos de lo que pasaría cuando por fin hablaran. Daryl le contaba algunas cosas de Alexandria y ella le contaba las clases que les daba a los más chicos con el arco, también como no había podido mejorar y creía que ya no lo haría pero el cazador le mostró algunas cosas que podía hacer pues él se había lastimado en más de una ocasión y había logrado recuperarse. Toda esa charla, caminar tomados de la mano mientras reían parecía tan natural que el corazón de ambos latía acelerado y Emma sentía que se volvería loca porque solo le bastó una tarde con Daryl para recuperar esos sentimientos que creía que había perdido, sin embargo no era tan sencillo porque también sentía lo mismo por Jesús y no podía negarlo. Eran tan diferentes, ambos se habían ganado su corazón pero de maneras diferentes, con historias diferentes y sabía que al final tendría que elegir porque no podía tenerlos a los dos y no era justo para nadie.

A Dónde Vayas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora