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- ¿Em? - Daryl golpeaba la puerta de la habitación de la rubia porque no había bajado a desayunar, cosa extraña en ella que solía despertar antes que cualquiera - ¿Emma estás despierta? - nadie respondía y movido por la preocupación entró sin poder seguir esperando, la encontró aún en la cama quejándose, cuando se acercó a ella vio que su cabello estaba pegado a su rostro por lo mucho que transpiraba - ¿Emma? - la chica estaba pálida como un papel y temblaba bajo las frazadas, tocó su frente para verificar su temperatura pero era bastante obvio que volaba de fiebre - Mierda linda estás ardiendo... ¡Michonne! - gritó para llamar a su amiga que se encontraba en el piso de abajo mientras quitaba las frazadas que cubrían a la rubia para levantarla

- ¿Por qué gritas....? - Michonne entró a la habitación y solo le bastó una mirada para darse cuenta que era lo que ocurría - ¿Qué le pasó? Estaba bien anoche - el cazador y Emma habían salido a cazar y aunque hacía mucho frío ella nunca se quejo, cuando volvieron a Alexandria parecía que todo estaba bien pero ahora que la veía en ese estado se maldijo por no haber tenido más cuidado.

- No lo sé pero tenemos que bajarle la temperatura - la mujer corrió al baño y dejo correr el agua fría mientras Daryl cargaba a la chica que apenas podía abrir los ojos.

- Frío - fue todo lo que la chica dijo cuando sintió el agua fría chocar contra su piel, el cazador no tuvo más remedio que entrar con ella a la ducha porque no podía sostenerse en pie - No - dijo Emma incapaz de soportar más aquella tortura, su cuerpo dolía y el frío solo lo hacía peor - Por favor no

- Necesitamos bajar la temperatura preciosa, lo siento - Daryl jamás la había visto en aquel estado y verla pedirle por favor que parara solo hizo que su corazón doliera

- Por favor, ya no voy a escapar - el cazador intercambió una mirada con Michonne, ninguno entendía que quería decir con eso - Eras... mí amigo... porque... por favor... no... más... - Emma se desmayó en los brazos de Daryl que la sostuvo, era evidente que la chica estaba delirando por la fiebre y él tenía una idea de que era lo que pensaba que estaba pasando. Creía que estaba en el santuario siendo torturada y eso solo lo enfureció, él no sabía todo lo que la chica había pasado allí y solo había una persona que podía decírselo.

- ¿Daryl? - Michonne lo miraba confundida - Ella... creyó que estaba...

- En el Santuario - le confirmó él, haciendo que la morena frunciera el ceño, la sostuvo un poco más hasta que fue recuperando la conciencia

- ¿Daryl? - su voz sonaba lejana y débil - tengo... frío

- Lo se, pero debíamos bajar la fiebre - le dijo besando su frente, cerró el agua y la sentó sobre el retrete con suavidad

- Ve a cambiarte, yo me encargo de ella - le dijo Michonne pues el también estaba completamente mojado, asintió y fue a su habitación cambiándose lo más rápido que pudo para volver con Emma. La acostaron una vez que estuvo seca y cambiada, aún luchaba por mantenerse despierta pero la debilidad que sentía era demasiada - Quédate con ella, iré por Siddiq - Daryl no necesito que se lo dijeran dos veces antes de sentarse a su lado y sostener su mano

- ¿Em? ¿Porque no me dijiste que te sentías mal? - le preguntó pero solo obtuvo un débil apretón de mano por respuesta.
Cuando el médico llegó acompañado de Michonne y la revisó les dijo que seguramente tenía las defensas tan bajas que se había enfermado debido al frío al que había estado expuesta, solo quedaba esperar a que mejorara por su cuenta y vigilar que la fiebre no la hiciera convulsionar, dejó algunas pastillas por si la pelirroja volvía a levantar fiebre pero no podía hacer mucho más y se fue prometiendo volver en unas horas a revisarla. Daryl volvió a sentarse a su lado cuando el médico se fue y Michonne le llevo el desayuno pues sabía que no se apartaría de su lado, le dijo que se quedara tranquilo y que le informaría a los demás lo que pasaba para que no se preocuparan por su ausencia.

A Dónde Vayas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora