Capítulo 7

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Dos putos días aquí encerrada, sin comunicación, sin poder hablar con nadie. Esta mañana fue el juicio, debo pagar una multa y pagar los daños que le he provocado al auto. Y una vez termina de pagar, debo presentarme nuevamente ante la corte para asegurar que cumplí con mi palabra.

Justo ahora estoy sentada dentro de la celda, esperando a que vengan por mi.

Papá está en la ciudad, no sé quién lo llamó pero vino. Al igual que Roma.

En el juicio pude ver también a mi novio y a Dione.

Y por supuesto, no puede quedarse la "victima" Clare.

Estuvo llorando todo el tiempo, para general más lástima. Estuve apunto de lanzarme encima de ella.

— Dafne Allen —me pongo de pie cuando el oficio se acerca, abre la puerta de la celda— Venga conmigo, debe firmar la libertad y luego podrá regresar a casa.

— Está bien.

Lo sigo hasta una oficina, pone un papel sobre el escritorio y me pasa un bolígrafo. Leo lo que dice y una vez termino, firmo.

El oficial me pasa una bolsa, donde están mis pertenencias. Aretes, cadena, mi celular, mis anillos, etcétera.

— Gracias.

— Venga por aquí, su familia y su novia la esperan afuera —me dice mientras se adentra en un pasillo, pero cuando escucho la palabra novia me confundo un poco. Estuve apunto de aclararle que tengo novio, no novia.

Pero no lo hago, porque abre las puertas y me deja salir a la sala principal de la comisaría.

Papá, Roma y Dione se ponen de pie. La rubia es la primera en acercarse y rodear mi cuerpo con sus brazos. No dudo en corresponderle, mis ojos se llenan de lágrimas. Y por alguna razón, no, con razones suficientes termino llorando escondiendo mi rostro en su cuello.

— Shh... ya estás libre —acaricia mi cabello, me abraza más fuerte— Todo estará bien.

— Vamos a casa, necesitas una ducha, buena comida y descansar —Roma acaricia mi espalda.

Papá se queda en lado, mirándome con los brazos cruzados.

Los cuatro nos subimos al auto de Roma. Ella va conduciendo y papá en el asiento de copiloto, dejándome en el asiento trasero del auto con Dione.

Suspiro pensando en que todo esto fue una gran lección para que deje de ser tan impulsiva. Nunca en mi vida había estado detenida, estar allí dentro fue un infierno.


******


Bajo las escaleras ya vistiendo ropa limpie, recién duchada. Iba a secarme el cabello, pero la verdad estoy demasiado cansada para ello.

Al llegar lo primero que hice fue poner a cargar mi celular para llamar a mi hijo, por suerte él no supo nada. Mamá en cambio estuvo diciéndome cosas cuando estuvo sola, terminé colgándole. Era eso o seguir escuchando sus ofensas.

A veces se pasa de estricta.

Roma y papá están en la sala, cuando entro ambos enfocan su mirada en mi. Aunque lo primero que hice fue buscar a Dione con la mirada.

— Dione se a ido, tenía que hacer algunas cosas en el trabajo —me dice Roma, palmea su lado para que me siente.

— Espero que esto te haya servido de lección —me dice papá, yo asiento.

— Yo los dejaré solos para que hablen, voy a pedir comida —Roma se pone de pie y se va dejándonos solos.

Papá se pone de pie para luego sentarse a mi lado.

Eres tú © +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora