Capítulo 24 (+18)

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Empiezo a guardar las cosas que se quedaron de Dione en una caja, con cada cosa que guardo de ella me siento peor. Me a tomado días tomar esta decisión pero siento que es lo correcto.

Aquel día que volví de la playa me la encontré aquí en casa y como si fuera en automático corrí a sus brazos y ella me recibió.

Por un momento lo sentí como un rayo de esperanza, pero al pasar los días me di cuenta que era un abrazo de despedida por que jamás volví a saber de ella.

Anoche la contacté, pensé que no me iba a contestar pero lo hizo.

Hablamos unos minutos y le pedí que viniera hoy... por última vez.

He encontrado un departamento a unas horas de aquí, he hablado con mamá y con Donovan. Mi hijo se negó a mudarse tan lejos y me pidió vivir con la abuela al menos hasta que termine el año escolar. Al principio me dolió, me negué y me pelee incluso con mamá porque sentí que le había metido ideas en la cabeza. Pero a final de cuentas entendí que sería un cambio muy brusco para mi hijo, aquí está su vida.

Roma no me habla, se niega hacerlo porque dice que ahora me iré lejos y no estoy pensando en nadie más que solo en mi.

Pero hay que ser egoístas a veces ¿no?

Volviendo a lo que estaba, decido quedarme con un hoddie de Dione. El que más le gusta.

Lo acerco a mi rostro, aún tiene su perfume.

Me dan ganas de llorar.

Pero alguien toca la puerta, así que lo dejo dentro del vestidor. Cuando salgo, me encuentro con Dione entrando a la habitación. Está cerrando la puerta, cuando se da vuelta se congela al verme.

— Perdón... tu mamá me dijo que podía venir y...

— ¿Te encuentras extraña en tu antigua habitación? —rio sarcástica, ella se encoge de hombros— ¿Me estás jodiendo, verdad?

— Hace tiempo no estoy aquí.

— Unas semanas, si —murmuro.

— No vine a tener una discusión —da unos pasos hacia mi, pero se detiene al ver la caja con sus cosas. Lentamente levanta su mirada hacia mi— Estás guardando mis cosas.

— Si...

— Es cierto entonces que te vas a mudar— Asiento— ¿Por qué?. Siempre soñamos con tener un hogar como este, nos costó y lo logramos. ¿Por qué ahora...

— Porque por mi error todo se fue al carajo, dejamos de ser tres y sinceramente... nada es lo mismo sin ti —Murmuro— Nada, Dione.

— Estás tú hijo.

— Pero sigues faltando tu... Donovan también te extraña.

— Hablo con él todos los días —Confiesa. La miro sorprendida— Es mi niño también.

Escucharla llena mi corazón de una alegría momentánea. Me gusta saber que ellos siguen manteniendo contacto.

— Me hace feliz saberlo —aseguro— Pero... necesito salir de aquí... todo me recuerda a ti.

— Te entiendo —sonríe triste, mirando unos segundos al rededor— Está casa está marcada por nosotras, cada rincón... cada lugar.

Su mirada se oscurece al decirlo y conociéndola tan bien, se que está recordando todas ese veces que hicimos el amor, en cada maldito rincón de esta casa.

— Es por lo mismo que no puedo seguir aquí, conseguí un departamento a unas horas de aquí...

— No te vayas —murmura, se acerca lentamente hasta detenerse por completo frente a mi. Su perfume inunda mis fosas nasales y siento celos. Celos de que otra sienta lo que yo estoy sintiendo ahora.

Eres tú © +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora