Eres tú © +18

Capítulo 25

Mi vida vuelve más o menos a la realidad, sigo extrañándola cada día que pasa pero entendí que ahora ella está mejor sin mí.

Sus redes y lo que llega a mis oídos me hace saberlo.

Además ahora debo enfocarme en mi y en mis hijos.

Ayer fui hacerme el ultrasonido y tengo dos meses de embarazo, el bebé está creciendo bien. Owen y Roma están aún más emocionados que yo, luego de saber que serán la madrina y padrino de mi bebé.

Mi hijo Donovan está feliz de saber que será hermano mayor.

Y mi mamá, bueno ella a cambiado bastante. Me llama cada día y cuando no viene a casa a verme, a traerme postres e incluso a comprado ropita de bebé.

Papá igual me llama de vez en cuando para saber cómo estoy, a sido de mucha ayuda hablar con él, siento que a tomado las cosas con más calma y entiende más de mi relación con Dione.

No me mudé.

De alguna manera que Dione me dijera ese día que no lo hiciera, influyó mucho en mi decisión.

He vuelto también a mi trabajo, nos está yendo muy bien y eso me hace feliz. Nuestros postres son muy solicitados.

— Oye, ¿enviaste el pedido de brownies? —le pregunto a Roma, quien se a quitado los zapatos y acostado en el sofá de su casa. Hemos venido aquí después de un largo día de trabajo.

— Si, señora —me mira—¿Te he dicho ya que te has vuelto más mandona?

— Si, varias veces —rio leve, ella rueda los ojos para luego reír— Es fin de semana largo ¿Debemos trabajar?

— Revisa la agenda, creo que no. Y la verdad me gustaría tomarme un descanso, esta semana a sido de mucho trabajo —se pone de pie— Necesito un trago.

— ¿Por qué demonios tienes que beber cuando estoy cerca, sabiendo tú que no puedo tomar una gota de alcohol? —reprocho mientras miro la agenda en la tablet que tenemos para el trabajo— De hecho lo tenemos libre.

— Gracias a Dios —suspira feliz. Vuelve con una copa de vino y un vaso de jugo de durazno para mi— Y respondiendo a tu pregunta, me gusta hacerte la maldad —me saca la lengua y se sienta frente a mí— Podríamos hacer un fin de semana en familia. Owen, tú, Donovan y yo.

— Me encantaría, pero yo también quiero descansar —bebo un poco de jugo, ahora mismo se a vuelto mi favorito. No soporto ningún otro jugo, cosas del embarazo.

— Ay por favor, hace tiempo que no salimos —hace un puchero, me está chantajeando la muy idiota. En ese momento su celular suena, lo toma y veo como enarca una ceja— Dione me a dejado un mensaje.

Mi corazón salta de emoción cuando escucho su nombre, pero intento disimular.

— ¿Ha si? ¿Qué te a dicho? —intento sonar despreocupada, pero es Roma, me conoce muy bien.

— Mañana tiene la inauguración de su nuevo local de tatuajes —sonríe, igual lo hago.

— Lo está logrando —murmuro con un toque de tristeza— Me hubiera gustado formar parte de eso.

— Bueno, puedes serlo aún. Me a dicho que te lo haga saber por si quieres ir —me mira de reojo— Le voy a confirmar.

— No te he dicho que si.

— Pero me da cosita decirle que no —suspira— Quizás sea el momento perfecto para que hablen.

— La última vez terminamos haciendo el amor, de despedida —recalco lo último— al día siguiente no estaba y no hemos vuelto hablar. Se acabó y no puedo hacer más. Ella es feliz sin mí.