Capítulo 8

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— Nos vemos más tarde, cariño —beso la mejilla de mi hijo.

— Que te vaya bien en tu trabajo, mamá —me abraza. Se despide nuevamente con su mano y camina hacia la entrada de la escuela.

Me subo a mi auto nuevamente y conduzco hacia mi trabajo.

Llevo una semana trabajando como recepcionista para la hermana de Roma, una excelente odontóloga. En cuanto Roma me comentó del puesto no dude en aceptar. Tiene un buen horario y está cerca de la escuela de Donovan.

Al llegar estaciono mi auto en el que se asignó como mi lugar, junto al de Sonya, la hermana de Roma y mi jefa.

El consultorio ya está abierto, la chica de limpieza es la encargada de abrir y cerrar. Es una agradable señora, según me comentó lleva mucho tiempo trabajando para Sonya.

— Buenos días —la saludo— ¿Ya llegó?

— Buenos días —me sonríe— todavía no.

Asiento. Me pongo detrás de mi escritorio y empiezo acomodar mis cosas, enciendo la computadora . Mientras enciende reviso la tablet donde está la lista de las citas de hoy.

— Buenos días — Sonya entra, luciendo un vestido de color verde olivo.

Ella es como lo contrario a mi mejor amiga, mientras Roma es extrovertida, escandalosa y muy atrevida. Sonya es más reservada, callada y más educada.

— Buenos días, Sonya —le sonrío, ella me hace una señal para que la siga a su consultorio.

Tomo la tablet y la sigo. Una vez entro cierro la puerta detrás de mi, se está quitando el abrigo y dejándolo a un lado junto a su bolso.

— ¿Qué tenemos para hoy?

— En veinte minutos llega el primer paciente, luego tiene...

Sigo explicándole el itinerario del día, ella me pone atención y asiente. Una vez termino me hace algunas preguntas que respondo rápidamente, en cuanto termino vuelvo a mi puesto.

La mañana se me pasa algo lento, aún así pongo de todo mi empeño.

A la hora del almuerzo quedo de verme con Jace, pero al final me cancela y termino pidiéndole a Roma que venga a comer conmigo. Como ella trabaja cerca, acepta.

Soy la primera en llegar por lo que elijo la mesa, pido por ambas, pues le había mandado una foto del menú y ella me dijo que elegir. Una vez me toman el pedido, mi mejor amiga llega con una gran sonrisa. Se sienta delante de mí, dejando su bolso en una silla.

— ¿Y esa felicidad?

— Sexo mañanero —me guiña un ojo.

— No quería saber eso —hago una mueca de asco, lo que la hace reír— Admito que te envidio, hace semanas que no tengo sexo.

— Para eso tienes a tu novio, sedúcelo.

Finjo una sonrisa, es mejor eso a decirle que Jace ya no me provoca como lo hacía antes. 

— ¿Le devolviste el dinero a tu papá?

Suspiro. Hace unos días papá depositó a mi cuenta una gran suma de dinero, cuando lo llamé me dijo que era un regalo y que no me atreviera a devolverlo.

¿Por qué lo hizo? Porque según él, eso me corresponde, que lo suyo es mío.

— Lo intenté pero me amenazó con no volver hablarme por un año —niego con la cabeza.

— No se porque te sorprende, tu papá siempre a sido así contigo.

— Hace tiempo no lo hacía, pensé que eso había quedado en el pasado.

Eres tú © +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora