Capítulo 14

46 3 0
                                    




Recibo un zape en la cabeza.

— Coño, no hagas eso —la miro mal.

— Es lo que te mereces por ser tan mensa —Roma me mira seria, rueda los ojos y sigue lavando los platos sucios de la cena.

Cuando llegué a casa, me encontré a Roma jugando parchis con mi hijo. Ambos sentados en el suelo. Minutos después mi hijo fue a ducharse y mi mejor amiga y yo aprovechamos para preparar la cena y conversar.

Es cuando le cuento lo que pasó a la hora del almuerzo, de principio a fin y con lujos, y detalles. Aunque hicimos una pequeña pausa cuando Donovan llegó para cenar con nosotras.

Es por ello que mi mejor amiga ahora está enojada conmigo, ahora que terminé de contarle todo.

— Ella no me dejó terminar —suspiro— Además no era el momento, Roma. Es cuestión de tiempo para que Jace se lo diga a mis padres ¿Entiendes?

— ¿¡Y qué, Dafne!? —la miro sorprendida por su enojo— Eres una mujer independiente, no una niña que deba esperar la aprobación de sus padres. Por el único que deberías estar así es por hijo.

— ¿Yo qué? —pregunta mi hijo entrando a la cocina— ¿Están discutiendo?

Mi hijo siempre estaba en su burbuja, jugando o haciendo sus tareas. Pocas veces prestaba atención a lo que hablábamos o decíamos.

Pero cuando se pone en modo observador, es imposible sacárselo de encima. 

Roma y yo nos miramos.

Y su mirada me dice "es momento de que hables con él"

— Iré a ducharme —nos deja saber. Juega con el cabello de mi hijo cuando pasa por su lado.

Me siento en la mesa y palmeo la silla a mi lado para que se siente.

— ¿Pasa algo malo? —pregunta cauteloso mientras se sienta.

— No, no es malo —sonrío de lado— Bueno... sabes que Jace y yo no estamos juntos —asiente.

— Yo pensé que ustedes se amaban y se iban a casar —juego con sus dedos.

— A veces el amor se acaba, cariño —murmuro— y nosotros ya no nos estábamos entendiendo.

— ¿Te sientes mal por eso? —niego con la cabeza.

— No se como explicarte la verdad —suspiro, apoyo ambos brazos sobre la mesa. Mi hijo toma mi mano y me sonríe, dándome la confianza para contarle. Tomo su mano y dejo un beso en esta— Estás últimas semanas estuve conociendo a alguien.

— ¿Tienes un nuevo novio? —entrecierra los ojos divertido y curioso.

— Bueno... realmente es... novia —murmuro, mi hijo abre grande los ojos.

— ¿Novia? ¿es una chica? ¿Quién es? —pregunta rápido y luego se detiene, suelta mi mano para llevar ambas manos a su boca luego de abrirla asombrado. Todo dramático.

— Si, cariño. Es una chica —le digo, sintiendo temor.

— ¿Es Dione? —pregunta.

— ¿Por qué piensas que es ella? —tartamudeo.

— Es que viste diferente a Tía Roma y tu —entrelaza sus dedos— Entonces pensé en que le gustan las chicas.

Al parecer las veces que vino estuvo observándola con detenimiento.

— Si es ella —le confieso, luego de unos segundos en silencio— Ayer Dione me preguntó si quería ser su novia y yo acepté. Hijo... —Tomo sus manos, mis ojos se llenan de lágrimas. Por alguna razón tengo mucho temor de que él se interponga a nuestra relación— Se que puede ser difícil para ti... pero ella... en este tiempo de conocernos me ha hecho sentir especial.

— No me molesta, mamá —sus palabras tranquilizan mi corazón— Siempre te voy apoyar —se pone de pie y se acerca para abrazarme— Si ella te hace feliz, yo nunca, nunca me negaría a tu relación.

Las lágrimas empiezan a bajar por mi mejilla, abrazo más fuerte a mi hijo y escondo mi rostro en su cuello.

— Te amo tanto.

— Yo también te amo, mami —me abraza fuerte. Poco después se separa— ¿Te molesta si sigo hablando con Jace?, es que le tomé mucho cariño.

— No me molesta —niego con la cabeza.

— Gracias —me sonríe y besa mi mejilla.


••••

Toco el timbre dos veces.

Escucho pasos dentro, que se van acercando. Dione abre la puerta, vistiendo una camiseta oversize y un short de licra negro. Lleva su cabello suelto y va descalza.

— Hola —me deja pasar y cierra la puerta.

— Hola —murmuro. Nos miramos unos segundos hasta que yo doy el primer paso, me acerco rompiendo el distancia que nos separa y llevo mis manos a sus mejillas. Ella no deja de mirarme a los ojos— Perdón por lo de esta tarde. Te juro que no fue mi intención.

— Bonita...

— No, escúchame —la interrumpo— No me avergüenza decir que eres mi novia, para nada. Al contrario me hace feliz que sepan que tú eres mi chica. Fui una estúpida que no se supo expresar, cuando lo dije lo que realmente quise decir es que no quería que mis padres se enteraran por Jace. Yo te quiero, me gustas y no avergüenzo, ni me arrepiento de estar contigo.

Sus ojos brillan por las lágrimas, sus labios hacen un pequeño puchero.

Sonrío por lo tierna que se ve.

— Es por ello que quiero que mañana vengas conmigo y con Donovan a la fiesta de cumpleaños de mi abuelo —acaricio su mejilla— quizás es un poco rápido, pero... quiero que conozcas a mi familia.

— ¿De verdad? —asiento— Ay tonta, me harás llorar —me abraza pasando sus brazos por mi cintura— Me encantaría conocer a tu familia —se aleja un poco para mirarme a los ojos — pero no quiero que te sientas presionada.

— ¿Yo? —me rio— Para nada. La que no quiero que se sienta presionada eres tú.

— Para nada —me imita, y reímos. Se acerca su rostro y deja un beso en mis labios— Yo también te quiero, Daf.

Paso mis brazos por sus hombros, abrazándola. Haciéndola acercarse a mi, uniendo nuestros cuerpos.

— Por cierto —susurro contra su cuello— Le he contado a Donovan de nosotros.

— ¿De verdad? —en su voz se nota el asombro— ¿Y? ¿cómo lo tomó? ¿Bien? ¿Mal?

— Bien... muy bien —sonrío feliz.

— ¡Qué bueno! —Dione me alza y empieza a dar vueltas, provocando que ría a carcajadas— Venga mi princesa, vamos para el sofá a ver una película.

Enrollo mis piernas en su cintura mientras me lleva.

— ¿Ya cenaste? —se sienta en el sofá, conmigo sobre sus piernas. Me acomodo mejor poniendo mis piernas a cada lado de su cuerpo. Asiento— Entonces podríamos beber algo.

— Nop —niego con la cabeza— Prefiero disfrutar de este rato contigo sin alcohol de por medio. En un rato debo volver a casa.

— Nooooo... —hace berrinche, me rio por lo tierna que se ve— Duerme conmigo —me abraza otra vez por la cintura y me acuesta en el sofá poniéndose sobre mi.

— No puedo, debo volver con mi hijo —vuelve hacer puchero.

— Está bien, te dejaré ir solo por Donovan —deja un beso en mis labios, me mira a los ojos.

— Eres muy tierna.

— Y tu muy hermosa —sonríe.

Si.

Estoy enamorada de Dione.

MUY enamorada.

Eres tú © +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora