Mientras cada página era tragada por el cerebro de Freen, Becky observaba cada reacción de la pelinegra, que estaba acostada en su cama mientras Becky estaba apoyada en la reja de lado de afuera, viendo el movimiento de los pasillos y, en secreto, admirando a Freen.Una risa graciosa atrajo la atención de Becky, quien incluso intentó ignorarla, pero no pudo.
- ¿Qué estás leyendo? - preguntó Becky y Freen bajó el libro y levantó la vista a Becky, viéndola de brazos cruzados del lado de fuera.
- Una comedia romántica. - dijo Freen y Becky asintió. La pelinegra se dio cuenta de que Becky iba a decir algo, pero cerró la boca sin pronunciar palabra alguna. - ¿Has leído este? - Ella preguntó, alzando el libro para Becky vea la tapa anaranjada y amarillenta, donde contenía dos mujeres.
- He leído todos ellos. Esta semana llegan más libros que pedí. -Becky habló y Freen asintió.
-Puedo pedir algunos también. Sólo tengo que esperar a que mi hermana venga a visitarme. - dijo Freen y Becky dio un paso dentro de la celda.
- ¿Aún no ha venido a verte o estoy equivocada?
- Vino el día que llegué, pero está ocupada con algunas cosas importantes. - dijo Freen, poniendo el marcador de páginas en el libro antes de cerrarlo.
- ¿Cuánto tiempo tienes? Le dijiste a la doctora que no puedes reducir tu sentencia. - dijo Becky, entrando de vez en cuando en la celda antes de tocar la pared, parando de frente a Freen.
- Veintidós años. - dijo Freen, viendo a Becky fruncir los ojos. - ¿Y tú?
-No te in...
- Detente. - Freen pidió, viendo los ojos marrones mirando al suelo. - Está claro que quieres hablar conmigo y acercarte. No sé por qué tienes que tratar de mantener tu pose de durona, pero conmigo esto realmente no está funcionando. - Becky bufo.
- No es una pose. -Becky habló y Freen rió bajito.
- Está bien, pero aunque seas así, conmigo no funciona. Se está volviendo vergonzoso que intentes evitarme, pero siempre sacas el tema.
- No sé por qué sigo escuchando lo que dices. - se quejó Becky y Freen rió, levantándose rápidamente de la cama para poner sus dos brazos alrededor de Becky, impidiendo que ella volviera a salir.
-No necesitamos ser amigas, si eso es lo que temes, pero tampoco necesitamos ser dos desconocidas, Becky. - dijo Freen y la castaña miró los brazos delgados a su alrededor.
- No me tienes miedo, ¿verdad? - preguntó Becky con el músculo de la mandíbula endurecido y Freen sonrió.
- A veces, pero cuidar de mí y preocuparte por mí de la forma en que lo haces, hace difícil tener en mente que necesito tener miedo de ti. - Becky suspiró y la miró.
-Sólo sentí pena por una pobre chica que sería víctima de Millie. - dijo Becky y Freen sonrió. ¿Cuál era su problema que, sin importar lo que Becky decía, siempre sonreía?
- Te preocupaste antes por mi alimentación, Armstrong. Realmente necesitas mejorar tus argumentos. -Freen dijo y Becky la empujó.
-No necesito mejorar nada. - dijo Becky exasperada y Freen se encogió de hombros.
-Como quieras. - dijo Freen, volviendo a acostarse en su cama y regresando para su lectura. Los ojos de la castaña vieron la decepción estampada en la cara de la pelinegra y luego ella resopló.
- ¿No necesitamos ser amigas si hablamos? - preguntó Becky y Freen se fijó en ella.
-No quiero hablar más contigo. -dijo Freen, volviendo a mirar el libro.
- ¿Por qué? Lo querías hasta hace treinta segundos. -Becky dijo confusa.
-Tienes que aprender que no todo es como quieres. - Freen bateó y Becky bufó.
- No sé por qué pierdo mi tiempo contigo. - dijo Becky bufando, saliendo de la celda nuevamente y volviendo a cruzar los brazos.
Freen se escondió detrás del libro sólo para sonreír. Descifrar a Becky era demasiado fácil y, en sólo unos días, ella no entendía cómo todas las reclusas temían a esa chica.
Ella vio cómo la castaña bufaba cada cinco segundos y sabía que estaba con su ego herido, entonces hizo algo para que la otra restableciera la paz interior.
- ¿Becky? - ¿ llamó Freen y la chica metió la cabeza en la celda. - ¿Estás aburrida?
- ¿Por qué otra razón habría sacado el tema contigo? - dijo Becky y Freen sonrió. La respuesta gruesa ya la imaginada.
- ¿Quieres leerlo conmigo? - preguntó Freen y Becky parpadeó lentamente, escéptica. - Te lo dije, no seremos amigas. -Habló, dejando espacio en la esquina y Becky se sentó a su lado.
- ¿En qué parte estás? - preguntó Becky.
- En la parte donde el niño es descubierto por las amigas de la protagonista. -Freen dijo y Becky rió.
- Me encanta este libro. - Ella dijo y Freen se permitió contemplar su belleza de cerca. No fue una mirada discreta, fue una mirada de aquellas que dejan muy clar que está siendo observado.
- ¿No me vas a decir cuánto tiempo te dieron? - La pelinegra preguntó y Becky se fijó en ella.
- ¿Siempre eres tan insistente? -Freen sonrió y asintió.
- Siempre. -Respondió sonriendo y Becky bufó.
-Siete años, pero ya cumplí tres y por buen comportamiento he reducido dos más. - Freen sonrió más y se volvió de lado, poniéndose frente a la castaña.
- ¿Buen comportamiento, hm? - preguntó Freen burlándose mientras la sonrisa adornaba sus labios. - No me sorprende.
- ¿No estas? - preguntó Becky atónita y Freen movió la cabeza.
-No. No sé por qué las chicas te temen, pero ya me di cuenta de que eres buena.
- Nadie se atrevió a cruzar mi camino aquí para que yo demostrara lo contrario. - dijo Becky fríamente y Freen sonrió con la lengua entre los dientes.
- Yo me atreví. - dijo Freen riendo bajito. -Te desafío todo el tiempo, ¿no te diste cuenta? Y aún así no hiciste nada.
- Tal vez no quiero hacer nada. - dijo Becky y Freen miro sus labios.
Debería ser delicioso besar esa boca.
- A eso quería llegar. - dijo Freen, mirándola. - ¿Por qué conmigo eres diferente? -Becky se obligó a mirar sólo sus ojos, pero la forma en que los ojos de Freen estaban fijos en sus labios no ayudaba mucho en su concentración. La más castaña suspiró rendida y comenzó:
-Tú me ayudaste... -El ruido de una porra golpeando las rejas atrajo la atención de ambas.
- Sarocha, dijiste que irías a la enfermería y ya casi es hora de que las celdas se cierren. así que vete. - Una policía rubia lo pidió y Freen asintió.
- ¿Me cuentas después? - susurró Freen y Becky negó, levantándose.
- No tengo nada que decir.
- ¡Becky! - dijo Freen y Becky cruzó los brazos.
- Te están esperando. - Ella dijo y Freen resopló, pero dejó el libro sobre la cama y salió.
¡Becky se lo iba a decir, maldición! Pero aunque Becky cambió de opinión sobre decirle, Freen no se rendiría fácilmente.
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PRISIONERA || FREENBECKY
Random¿Que harías si por un golpe del destino, fueras presa siendo inocente? Freen Sarocha no se asustó tanto cuando fue mandada a juicio, al final su familia tenía la cuenta bancaria desbordando de dinero lo suficiente para pagar el mejor abogado del pa...