- Hey ...- la voz fina de Nam sacó a Freen de sus sueños. - ¿Me puedo sentar? - preguntó la chica gentilmente y Freen asintió.- Gracias por lo de aye...
- Shhhh ...- susurró Nam, mirando a su alrededor. - no digas jamás, nunca, en alguna hipótesis, que fui yo que comenzó aquello.
- Bien, pero ... gracias. - dijo Freen gentilmente y Nam asintió sonriendo.
-- ¿Cómo estás? - Preguntó señalando el vendaje en la frente de Freen y la pelinegra iba responder, pero vio el momento en que Becky pasó con su bandeja de comida en sus manos y desaceleró el paso, como si quisiera saber esa información.
Freen se calló, esperando que pasara y se sorprendió cuando la chica se sentó en la mesa junto a la de ella. Sus ojos se encontraron con los suyos, y ninguna de las dos se atrevió a desviar la mirara hacia otro lado hasta que Nam se rió suavemente, dejando escapar un pequeño ronquido, que llamó la atención de Freen.
- Estoy bien, me dolió como el infierno ayer esa perra esta loca, pero ya estoy mejor. - Dijo Freen y Nam asintió.
- Esta noche ella sale de la detención, ¿qué harás? Ese ruido de la noche anterior no puede repetirse, sería sospechoso. - dijo Nam apenada y Freen sonrió débilmente.
- No lo sé, en realidad. ¿Tener el otro lado de mi frente reventado hasta que me desmaye? - bromeó sonriendo débilmente.
-- No digas eso. -dijo Nam con tristeza y Freen suspiró.
- Si voy a ser violada, prefiero estar inconsciente que tener la imagen desagradable de esa mujer loca encima de mí. - Dijo Freen con firmeza. - No dejaré que me toque.
- Ah, gritaré, pero no me tocaras. - La voz de Jenna sorprendió a Freen. La mujer arrojó su bandeja sobre la mesa y sonrió. - Wow, mujer. Me convertí en tu fan. Nadie ha desafiado a Millie antes.
- Gracias, creo. - dijo Freen confundida
- No fuimos presentadas, soy Jenna, y tú eres mi nuevo amiga. No tienes opciones, si no aceptas te aplastaré el cráneo. - Dijo, haciendo que Freen abriera los ojos. La fuerte y escandalosa risa de Jenna llamó la atención de varias personas. - Solo estoy bromeando.
- Oh - dijo Freen todavía en estado de shock. - Me llamo Freen. - Dijo, pero la figura de una rubia, con la mayor de las sonrisas estampada en su rostro, llamó la atención de Freen.
Únicamente porque ella sonria para Becky. Será que...
- Tuviste mala suerte en terminar en la misma celda que ella. Esa mujer es peligrosa. - Freen suspiró, viendo a Becky levantarse con la rubia y marcharse.
-- Me di cuenta.
- Incluso Armstrong no la enfrenta, se evitan. - dijo Jenna, comenzando a comer su manzana. - Todas saben que Armstrong ganaría allí, incluidas las dos, pero no se llevan bien, es como si huyeran de la confusión. - Freen lo encontró extraño.
-Ellas ... suelen librar guerras inolvidables de miradas, ¿eh? Para mostrar quién es la jefa. - Dijo Freen y Nam se rió suavemente, dejando escapar otro ronquido.
- No. Ni siquiera se miran, ni invaden el territorio de la otra. - Becky prácticamente había expulsado a Millie con la mirada el día anterior en el baño, pensó Freen aún más confundida.
Pasaron el resto del tiempo hablando y definitivamente Nam tenía razón, Jenna era un amor de persona.
Más tarde en aquel día, Freen se dirigía al patio en el intervalo para tomar el sol, pero sintió que su cuerpo estaba siendo empujado para atras y que alguien le tapaba la boca. Su primera reacción fue patearla, pero fue en vano.
- Cálmate que nadie quiere lastimarte, es solo una conversación. - Freen escuchó a alguien decir, pero en aquel momento no conocía esa voz.
Se dejó arrastrar hasta el pasillo de las celdas cuando vio que ya no tenía fuerzas para luchar. Cuando su cuerpo fue arrojado a una de las celdas, sus ojos se abrieron por la sorpresa. Becky Armstrong estaba acostada en la cama superior mirándola atentamente.
- Ella es delgada, pero es fuerte. - Dijo la rubia, que ahora Freen podía identificar como la chica que se había sentado con Becky en la hora de la comida.
- Déjanos a solas, Irin. - dijo Becky y la rubia asintió, saliendo de la celda y vigilando afuera para que nadie las molestara mientras sostenía el borde de la sábana que cubría la vista en esa celda.
- ¿Qué ... qué quieres? Preguntó Freen. La verdad era que se atrevió a mirar a Becky mientras estaba fuera, pero de aquella forma, se sentia intimidada.
Sus ojos penetrante la desconcertaba por completo. ¿Fue porque la estaba mirando? Deberia haber escuchado a la oficial Noey cuando tuvo la oportunidad..
- Le dirás a todos en este maldito lugar que estás conmigo, que ahora eres mi mujer. ¿Entendido? - La voz ronca sonó firme, enviando escalofríos involuntariamente por el cuerpo de Freen.
- No soy tu mujer. Ayer golpie a alguien más por tener el mismo pensamiento y puedes hacer que tu amiga venga aquí ahora mismo y me reviente, pero no vas a tocarme. - Dijo Freen con firmeza, sin saber siquiera de dónde había venido tanto coraje. Su corazón latía salvajemente en su pecho, por supuesto, se había opuesto a algo que la persona que ellas creen que es la líder absoluta de todo.
Ciertamente no duraría hasta el final de los seis meses. Sus pensamientos se interrumpieron cuando vio que la figura frente a ella saltaba de la cama superior al piso y se acercaba a ella, quien sin saberlo retrocedió dos pasos.
Su espalda tocó la pared y sus ojos miraron a la chica frente a ella, a centímetros de ella ahora. Contuvo el aliento ante ese acercamiento.
- Creo que no fui lo suficientemente clara. Le dirás a todos, inclusive a tus amiguitas, que ahora eres mi mujer. - Habló con voz ronca. - Y a la mujer de Becky Armstrong, nadie, le presta atención, nadie la toca. - Freen parpadeó confundida mientras la otra mujer se alejaba.
- No intentarás nad ...
- Puedes salir de aquí. - dijo Becky fríamente y Freen frunció el ceño. Becky dijo que era para que ella dijera ...
Espera ¿Becky Armstrong estaba ofreciéndole protección gratuita? No tuvo tiempo de preguntar, porque sonó el aviso para el baño, haciéndola salir de alli con un gran signo de interrogación en la cabeza.
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PRISIONERA || FREENBECKY
Aléatoire¿Que harías si por un golpe del destino, fueras presa siendo inocente? Freen Sarocha no se asustó tanto cuando fue mandada a juicio, al final su familia tenía la cuenta bancaria desbordando de dinero lo suficiente para pagar el mejor abogado del pa...