Los ojos marrones miraban atentamente los pares de pendientes de rubí y zafiro que la chica sostenía entre sus dedos. Aquella joya desde siempre había sido lo que Irin decía soñar para usar en el día de su boda, sin embargo, la gran fortuna que valía impedía a la rubia de realizar tal deseo.- ¿Becky? -La voz de Freen llamó su atención, haciéndola apartar sus ojos de las piezas, únicamente para ver una hermosa sonrisa adornar el rostro del amor de su vida. Freen estaba absurdamente hermosa en su vestido color bordó, lo que hacía que varios chicos giraran en su dirección y la miraran minuciosamente.
- ¿Sí, amor? - La castaña preguntó, poniendo un poco más de énfasis en la última palabra al ver que había un caballero en la tienda, que estaba claramente coqueteando con su novia. No fue algo intencional, así que ella no se sintió culpable. Freen era realmente su amor, ¿cuál es el problema entonces?
- Tú que las conoces mejor que yo... -La pelinegra empezó, mirando avergonzada a Becky por la pregunta que le haría. - ¿Crees que se molestarían en ganar, además de alianzas, pasajes a cualquier parte del mundo de regalo? - Becky arqueó una ceja al oír eso. - Me gustaría regalarles los pasajes de la luna de miel.
- Definitivamente no les importaría. -La castaña confesó riendo. -Digo, ¿a quién le molestaría, Freen? Cualquier persona lo aceptaría, en serio. - Confesó, aún teniendo sus codos apoyados levemente en la vitrina en su frente.
- ¿Lo juras? - preguntó Freen, acercándose a Becky mansamente con una hermosa sonrisa en su rostro.
- Lo juro. - Becky lo dijo en voz baja al ver a su chica tan cerca de si. Ella sintió su estómago revolver cuando sintió los labios de Freen chocar con los suyos lentamente y delicadamente en un casto beso.
- ¿Ya tienes los anillos? - La pelinegra preguntó al separar los labios. Ellas, como madrinas, habían quedado en pasar por la joyería para recoger las piezas encargadas el día de la boda y allí estaban, ya listas para la boda, unas horas antes apenas.
- La empleada fue a buscarlo. -Becky confesó, sintiendo que Freen apoyaba su barbilla en su hombro mientras se acurrucaba en su cuerpo por detrás.
- ¿Y qué hacía la novia más linda del mundo mientras tanto, uh? - Freen preguntó.
- Sólo mirando algunas cosas para pasar el tiempo. - Dijo, viendo a la mujer, que vestía camisa blanca y un pantalón gris se acercaba sonriente.
- Aquí esta, señoritas. - La mujer dijo, abriendo la cajita roja aterciopelada para mostrar las dos alianzas centellear en un pedido silencioso para ser compradas. Freen le había dicho a Noey que eligiera a quien quisiera que se asegurara de pagar , tímidamente, escogió una buena pieza, pero no tan cara.
No la quería explotar.
Becky, analizando la sonrisa de la empleada, llegó a la conclusión de que esa sonrisa no era enteramente por el protocolo, sino porque, además de que la mujer había demostrado cuando llegaron que tenía interés en ella, el pago que ganaría por vender esos anillos haría sonreír a cualquiera. - ¿Algo más? Podría mostrarles algunas gemas que tenemos...
-No, gracias. -dijo Freen seriamente al ver la forma en que la mujer miraba a su novia. - Aquí. - Aviso, entregando su tarjeta de débito a la mujer, que dejó de sonreír instantáneamente al darse cuenta de cómo Freen acurruco a Becky entre sus brazos y, suavemente, plantó un beso en su cuello, Nunca dejando de mirar desafiante a la empleada.
- Es solo dejar los aretes junto a las otras joyas y retirar su compra allí, señoritas. - La muchacha dijo después de cobrar el valor, apuntando ligeramente avergonzada, el lugar. Freen asintió y tomó su tarjeta de nuevo.
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PRISIONERA || FREENBECKY
Random¿Que harías si por un golpe del destino, fueras presa siendo inocente? Freen Sarocha no se asustó tanto cuando fue mandada a juicio, al final su familia tenía la cuenta bancaria desbordando de dinero lo suficiente para pagar el mejor abogado del pa...