Aquella mañana la alarma sonó bien temprano, haciendo que las reclusas se quejaran en sus camas. En aquel día tendrían la modalidad de deportes y, para las que fuesen a practicar, tendrían que ir a alimentarse más temprano.Becky se levantó y salió de la celda sin decir nada, lo que Freen ya estaba acostumbrada, después de todo las últimas cuatro mañanas habían sido exactamente así.
Ella sabía que eventualmente Becky tendría que hablar con ella, como hizo los días anteriores en los horarios de las comidas. Ella había mentido también, debía entonces sostener lo que dijo y seguir acercándose a la pelinegra.
Freen se decía a sí misma que no correría detrás de ella igual que la primera mañana en que había compartido la celda con Becky. La castaña se mostró inflexible y fría, lo que en realidad molestó mucho Freen y, por esta razón, acabó percibiendo que Becky, de una manera u otra, siempre se acercaba.
- ¡Buenos días! - dijo Nam en cuanto Freen se sentó en su frente y bostezó. - Veo que compartir celda con tu novia te está dejando cansada.
- Sí, claro. -Mintió. Su gran sueño se debía a la noche insomnio que tuvo gracias a una mujer de la celda de al lado, que roncaba increíblemente alto.
-Ahí viene ella. - dijo Nam, soltando sus ronquidos junto con su risita graciosa.
- ¿Ella quién?
- Buenos días de nuevo, princesa. - susurró Becky, sentándose a su lado con una pierna a cada lado del asiento, antes de dejar un largo beso en su cara. Freen se contuvo para no voltear los ojos.
¿De nuevo? Ella ni siquiera había deseado un buen día para ella.
- ¡Buenos días! - respondió Freen mordiendo su manzana.
- Te quedarás en mi equipo, ¿verdad? - preguntó Becky y Freen la miró confundida. - Eres nueva y siempre una quedaba fuera, ahora que has llegado podrías estar en mi equipo de fútbol.
- Odio el fútbol, Becky. - se quejó Freen y Becky suspiró.
- Por favor... - Ella insistió, repartiendo besos a lo largo del cuello de Freen. La mirada de Freen se dirigió a la oficial Noey, que ni siquiera se molestó por ese intercambio de caricias allí.
-No hagas eso. Estamos en público. - habló Freen, mirándola intensamente y Nam rió.
-No se preocupen por mí. - respondió Nam, roncando una vez más. -Voy a ir a reunirme con mi mujer.
-Nam, no prec...
-Muy amable de su parte. - Becky cortó a Freen, que la fulminó con los ojos. Nam sonrió antes de agarrar su bandeja y alejarse. - Parece un cerdito, pero es tierno. - dijo Becky sonriendo y Freen suspiró.
- ¿Podrías dejar de besarme así? - preguntó Freen y Becky arqueó una ceja.
- No es como si lo hiciera porque me gusta. Tenemos que aparentar. - dijo Becky fríamente y Freen miro su bandeja. - ¿Te quedarás en mi equipo?
- ¿Tengo otra opción? - preguntó Freen y Becky sonrió.
- Sí. El equipo de Millie. - Freen la miró sorprendida y la castaña sonrió victoriosa.
-Está bien, me quedaré en tu equipo.
- Eso es lo que pensé. - dijo Becky, girándose hacia adelante y empezando a comer. El silencio se instaló entre ellas, hasta que Freen decidió decir algo.
- ¿Por qué no quieres ser mi amiga?
- Suelo hablar más con personas que hacen algo útil en este lugar. - dijo Becky secamente y Freen se calló. Estaba demasiado alterada por la falta de sueño, por soportar los insultos de la castaña y, como tenía la plena conciencia de que la estaban ayudando a cambio de nada, prefirió callarse.
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PRISIONERA || FREENBECKY
Diversos¿Que harías si por un golpe del destino, fueras presa siendo inocente? Freen Sarocha no se asustó tanto cuando fue mandada a juicio, al final su familia tenía la cuenta bancaria desbordando de dinero lo suficiente para pagar el mejor abogado del pa...