Capitulo 37

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Maratón 5/6

- Becky, sabes que no sé pelear de verdad, ¿Cierto? - Irin susurró mientras se acercaban a las chicas en las mini gradas.

- No vamos a pelear, Irin, es sólo hacer lo mismo de siempre y, bueno, tu porte ayuda. - Ella dijo riendo, adoptando la expresión seria e impasible cuando paró en frente de las chicas, haciendo incluso hasta a Irin sorprenderse con tal cambio de humor en tan pocos segundos.

- ¿Algún problema? - preguntó Millie y Becky se humedeció los labios.

- Realmente no me importa en qué lugar de mierda están sentadas, ya que todavía estoy a cargo de esta mierda, pero las conozco lo suficiente como para saber que quieren hablar conmigo. - Ella dijo firmemente. - Para haber venido hasta aquí debe ser algo importante. - La rubia más grande se arregló el pelo y se levantó, poniéndose cara a cara con Becky, pero más alta, al final estaba encima de las gradas.

- Mantuviste a una niña rica en secreto. - La chica dijo cruzando los brazos. - Sabes cuánto nos gusta asustar a una.

- Ella está conmigo. - dijo Becky tranquilamente, como si esa conversación fuera muy aburrida.

- ¡A la mierda! Nosotras siempre hacemos que las ricas nos consigan dinero y algunos cigarrillos.

- Voy a repetir: Freen está conmigo. - dijo Becky entre dientes, sintiendo que la paciencia comenzada a vaciarse de sus poros.

- Te has ablandado con ella aquí. Las personas ya no te miran con tanto miedo, ya que vives sonriendo por todos lados. - La mujer dijo y Irin empujó el hombro de la misma tan pronto como ella se acercó demasiado a Becky.

- Sin tocar. - dijo Irin sólo dos palabras con la cara seria, pero fue piadosamente respetada cuando la chica asintió, volviendo a mirar a Becky.

- Freen está a punto de irse, no hay tiempo para conseguir nada para nadie, así que creo que es bueno que la dejen en paz. - Becky alertó.

- ¿Qué te consiguió? - Millie, que todavía estaba sentada, preguntó.

- Algunos buenos orgasmos. Ya sabes, ¿no es así? No tuve que forzarla a nada, así que todo salió mejor. La reciprocidad es deliciosa, deberías intentarlo. - Becky se burló, haciendo que Millie se pusiera muy furiosa.

- Te la guardaste para ti, así que tendrás que pagarnos todo lo que nos podría haber dado. -La rubia dijo, consiguiendo la atención de Becky para si. Una risa fría se le escapó de los labios.

- Bromeas, ¿Verdad? porque si no es así, tengo que decirte que estás empezando a quitarme la paciencia. - Ella dijo y la rubia suspiró, humedeciendose los labios.

-Charlotte tenía nuestro respeto y sólo estamos calladas porque ella nos pidió que obedeciéramos a la nueva líder, pero tú eres débil, no sirves para ese puesto.

- ¿Débil? - preguntó Becky indignada. Ella sabía que era sólo chascar los dedos y casi todas las reclusas estarían allí dispuestas a luchar por ella, pero ella no quería pelea.

- Mira, queremos unos cigarrillos y deberías ayudarnos. - La rubia dijo y Becky asintió después de unos segundos de silencio, sabiendo que realmente la líder de allí ayudaba a las otras sobre todo.

- Conseguiré los cigarrillos, pero si alguien le pone un mero pelo a Freen o sólo habla con ella sobre eso, juro que...

-Nadie le hará nada a la gallina de los huevos de oro. - La rubia dijo y Becky suspiró, súbitamente calmandose.

-Creo eso muy bueno. - Ella dijo y las otras dos se levantaron.

-Siento haberme sentado aquí. Estábamos irritadas y vinimos listas para una pelea. - La rubia dijo, extendiendo la mano a Becky.

- Sería interesante verlas perder. - dijo Becky fríamente, despreciando la mano de la chica. - Ahora salgan de mi camino, voy a por los cigarrillos.

- Gracias. - La rubia dijo, alejándose de ellas al momento siguiente con sus compañeras.

- ¿Crees que Freen pagará los cigarrillos? - preguntó Irin en cuanto las chicas se alejaron lo suficiente y Becky se mordió el labio inferior, mirando con una mirada culpable a la rubia.

- No le pediré nada a ella.

- ¡Becky! - dijo Irin incrédula. -No lo creo. -Habló, poniendo una mano en su cara. - ¿Cómo vas a conseguir cigarrillos para todas estas reclusas? -La castaña apretó los labios y Irin negó con la cabeza. - No. ¡No... ni lo pienses!

- ¡No tengo otra opción, Irin! - dijo Becky y la rubia comenzó a caminar enojada lejos de Becky. - ¡Hey! Espera... - La castaña gritó, viendo a Irin parar bruscamente y voltearse hacia ella con la mirada enfurecida.

- Podrías no darles los malditos cigarrillos. - Irin dijo y Becky negó.

-No permitiré que toquen a Freen. -Becky avisó. -No puedo dejar que la lastimen. ¡No puedo !

-O sea, no serás la madrina de mi boda. - Ella dijo enojada.

- Trata de entenderme... - Becky lo pidió cuidadosamente. - Sólo tiene unos días para que se vaya y...

- ¡Y nada! Dile que necesitas ese dinero y estoy segura de que te ayudará con esos malditos cigarrillos. - dijo Irin enojada y Becky negó frenéticamente.

-No voy a hacerlo. - Becky bateó.

- ¡Cielos, Becky! Ella es asquerosamente rica y puede resolver esto. - dijo Irin. - Ella puede resolver esto y también puede resolver...

- ¡No! - dijo Becky. - Ella pensó que yo era una cazafortunas hace algún tiempo. No quiero que ese pensamiento vuelva a aparecer en su mente. No me importa su dinero, sólo quiero su bien.

- ¿Qué hay de tu bien?

- No voy a quedarme aquí discutiendo esto. - Becky se quejó y Irin se rió con frialdad.

- Te quiero como a una hermana y a Noey mucho más, pero no puedo quedarme de brazos cruzados viendo como te joden por ser orgullosa.

- ¿Qué vas a hacer? - preguntó Becky temerosa.

- Voy a decirle sobre los malditos cigarrillos y que ella no tiene que esperar trescientos años para que tu salgas.

- ¡No te atrevas! -  gritó Becky al ver a Irin correr hacia su celda.

- ¿Dónde está Freen, Nam? -  preguntó Irin en cuanto irrumpió en el lugar y Becky sostuvo su brazo, mirándola con una súplica silenciosa para no decir nada.

- Uh, no sé. Una policía la llamó hace unos minutos y se fue. Todavía no ha vuelto. - dijo Nam, levantándose de la cama. - ¿Me puedo ir?

- Sí. Está todo bien, no te preocupes. - Becky informó y Nam sonrió aliviada, pidiendo permiso antes de salir de allí.

-No me mires así. - dijo Irin de brazos cruzados al ver a Becky volver a mirarte con súplica. - Le diré todo. No esconderé nada más.

-Por favor...

- Tenemos casi todo el dinero para que salgas de esta mierda. - Irin la cortó. - No voy a dejar que hagas una mierda como esa ahora que Noey ya ha ahorrado casi todo el dinero para tu fianza. - Protestó. - Ella no ha estado trabajando casi el doble de tiempo para pagar tu fianza para tu hacer eso. Ni siquiera lo pienses.

- Pero Irin...

-Te quiero como madrina de mi boda en unos meses, no permitiré que arruines mi momento. - Y dicho eso Becky se calló, aceptando que Irin esperara a Freen.

Esperó minutos; esperó horas... esperó y esperó, pero ella no volvió.






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PRISIONERA || FREENBECKYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora