CAPITULO 5

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-Vamos, Karol, sé que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen- insistió, con la sonrisa aún más amplia y los ojos chispeantes de curiosidad.

-Pues, amm... si y no- vacile.

-¿si y no? ¿Cómo es eso?

-Bueno, conocí a alguien que a decir verdad, me deslumbro pero...

-¿pero qué?

-Pero, no puedo decir que sea "alguien especial"- hice comillas con mis dedos.

-¿Por qué no?

-No creo en el amor a primera vista, lo sabes- sacudí mi mano, como restándole importancia al asunto.

-Sí; ¿pero sabes? Con Cameron fue amor a primera vista-sonrió, como si de pronto se hubiera perdido en el recuerdo- ¿tu donde conociste al chico?- pregunto de repente.

-Emm... en...- vacile, mientras buscaba algún ideal- en el avión

-¿se sentó junto a ti?- la curiosidad de Madison parecía nunca terminar.

-Mmm...- recordé entonces cuando Cameron se sentó a mi lado en el piso del pasillo, reí- algo así.

-¿Quieres contarme?

-No en realidad, no tiene demasiada importancia, Madison. Era solo un chico atractivo, cuanto mas no hay aquí.

Y era cierto porque para empezar, Cameron solo era una cara bonita entre muchos otros rostros en toda Venecia y además, no podía inventarme una historia acerca de otro chico solo por no tener el valor de decirle a Madison que su novio me parecía lo más atractivo desde que había llegado a Venecia. Pero eso en mí no era normal.

-Estoy realmente cansada, Madison. Dime ¿Dónde está mi cama?

-Habitacion-corrigio ella y luego sonrió- justo allá- señalo hacia la derecha, apuntando una puerta de madera, blanca,}

-Gracias. Mañana será un día fenomenal, mañana que no esté tan cansada.

-Que duermas bien, Karol. ¡Wow! No puedo creer que estés aquí- lo último aprecio que se lo dijo a ella misma- ¡te quiero!

-Y yo a ti. Buenas noches.- arrastre las maletas hasta el pequeño cuarto que sería mi habitación y luego entre en él. Era de tamaño medio, ni tan grande ni tan pequeño, ideal para mí. La cama estaba del otro extremo de la puerta, contra la esquina; cerca de la ventana, y había un pequeño escritorio al lado derecho y un armario enfrente de la cama y del escritorio pequeño. Saque de la maleta más pequeña el estuche donde traía mi cámara, y tome una foto de la habitación. Avente luego las maletas en alguna parte de la habitación y puse con cuidado la cámara en su estuche y lo coloque sobre el escritorio, estaba demasiado cansada como para ponerme a acomodar la ropa justo ahora. Me acosté sobre la cama y coloque mis manos debajo de la cabeza, entonces me puse a pensar en todo lo ocurrido durante el día, y el rostro que había traído a mi memoria, era tan bello como el de un ángel, peor, un rostro que no me pertenecía. Pero, ¿Por qué había pensado en él? En la idea de que Madison y Cameron no se conocían lo suficiente como para decirse "te amo"; me reí por lo bajo al descubrir que lo que yo tenía ahora era envidia, desde Nathan solo idiotas habían figurado en la lista de mi corazón, y ahora Madison había encontrado a alguien que no lo parecía, y yo le tenía envidia. Volví a reír. Que patético. Pero lo cierto era que detrás de aquella risa burlona había una palpable preocupación, el corazón de Madison no podía volver a romperse por segunda vez en una forma tan desastrosa como la primera. Allí figuraba mi miedo.

O eso creía yo.

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-|Karis|-

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