CAPITULO 70 |ULTIMO CAPITULO|

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CAPITULO 70:

No dije nada, solo trague saliva intentando deshacer el nudo que me asfixiaba la garganta y me la media vuelta, dejándolo allí, mirando cómo me alejaba. Si el de verdad me quería no me iba a dejar ir, pero yo necesitaba tiempo para pensar que hacer.

Me decía que él y yo éramos lo correcto, pero ¿Cómo estar segura de ello? ¿Lo correcto era pisotear el ya destrozado corazón de Madison? ¿Vivir con la culpa comiéndome por dentro? ¿O que era lo correcto?

Sentía que la cabeza me explotaba. Tome un taxi para ir al hotel, pero en realidad le pedí que me llevara al parque central. No tenía ganas de encerrarme en un cuarto sofocándome a mí misma. Tenía que despejar mi cabeza, ordenar mis ideas, en que no había acabado cuando me fui de Venecia, el corazón roto de Madison me seguía persiguiendo incluso más que Cameron. Pero, ¿no era lo que quería? ¿Tener a Cameron para mí y que él me quisiera? Pero, ¿Qué tanto me quería?

Baje del taxi y camine hasta alguna banca vacía, esto no era como los parque de Venecia, pero sí muy parecido. Ubique una no muy lejos y al llegar hasta ella me senté, el frio metal me hizo estremecer la piel al contacto. Me lleve las manos a la cabeza cuando el aire me acaricio en un soplo. Podía ver a Cameron en mi futuro, pero Madison era parte de toda mi vida; allí estaba ese maldito dilema de nuevo, ¿es que nunca iba a terminar? ¿Había una solución acaso? Solloce en silencio, ¿Qué era lo que yo quería? Quería ser feliz a lado de Cameron y daría mi vida por compartirla con él. Pero el fantasma de Madison seguía allí y eso no me dejaba avanzar en nada. Aunque Madison ya estaba muy lejos, ¿no? ¿Qué podía perder ahora? Pero, ¿de verdad valía la pena? Quería saber que tanto me quería Cameron, si me amaba como yo lo amaba a él y si eso valía el riesgo.

Si hizo tarde, entre cavilaciones y dilemas, el silencio pinto su ocaso; supe que era mejor irme ya. Y aunque había pasado el tiempo, no quería pensar en que Cameron, quizá esta vez hubiese dejado de perseguirme, ¿y si lo hizo? Ya no podía con tantas dudas, mañana regresaba a California y si Cameron no apareciese de nuevo, entonces no le importaba tanto como decía.

Tome otro taxi para que me llevara al hotel, siendo ya las ocho treinta de la noche. Rogaba al cielo por una señal, lo que fuera, algo que me indicara que correr el riesgo valía la pena. Algo que me dijera que Madison estaría bien fuera cual fuera mi decisión. En ese momento pensé en algo que no me había pasado por la cabeza: Alexis. Pero al instante de cavilar su nombre en mi mente, un puñado de preguntas aparecieron como reacción secundaria. ¿Cameron estaría enterado ya de que si hermano está enamorado de Madison? ¿Alexis seguiría enamorado de Madison? ¿Qué hizo después de que fue tras ella la vez que...? ¿Qué habrá pasado con ellos ahora? Lo último que supe fue lo que Lala me había contado, pero no respondía mucho. Nada en realidad.

-Aquí es –le señale al taxista al ver el hotel. Pague y luego me baje del auto.

Había dejado trascurrir varias horas. No sabía que había sucedido con mi exposición, con Cameron, no sabía nada. Me reí de pensar que las dos veces que he presentado la exposición he huido sin estar en el final. Pobre Chad, tenía que recompensarlo de alguna manera. Subí hasta mi habitación, con el plan de llamarlo. Él era mi único informante de todo.

Pase la tarjeta para abrir la puerta y la calidez de mi habitación me invadió al instante. Sobre la elegante alfombra verde olivo que tapizaba el suelo, había un sobre ancho y rectangular con mi nombre en la cara superior. Cerré la puerta y me agache para levantarlo, curiosa. Era delgado y liviano, lo que sea que trajera dentro era solo cartón o algún papel duro. Lo abrí, más curiosa que antes y cuando saque el contenido, pude por fin ver que era. Había un par de fotografías, solo dos. El corazón me palpito con esos latidos tan conocidos y enamorados. En la primera fotografía había una palabra que fue retratada en algún negocio, como los carteles o letreros que se pegan a las vitrinas o cuelgan de la parte superior de la entrada. La segunda fue tomada en algo de algún adorno rematico para San Valentín y allí está mi señal. Juntas decían "Te amo". Estaba casi segura de quien las había enviado, porque conocía la letra que dibujaba mi nombre en la portada. Di la vuelta a una fotografía en la esquina inferior decía Cameron.

MANUAL DE LO PROHIBIDO *Terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora