Capitulo 30

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CAPITULO 30:

-Hola -me dijo.

-Hola -dije, aun confundida.

-¿Puedo pasar? -pregunto.

-Adelante -animo Madison, esperando ver la escena que ya imaginaba.

Recordé las palabras de Alexis esta mañana y me esforcé de veras por no sacarle provecho al asunto. Al menos no apropósito. Brad condujo sus pies hasta quedar detrás de mí, y luego yo cerré la puerta, temiendo por lo que podía pasar a continuación.

-Ten. Es para ti -me dijo cuándo le mire y me extendió el ramo.

No quería, pero no pude evitarlo y mire por la colilla del ojo a Cameron, quien tenía un ceño ligeramente fruncido. Luego a Madison, quien con ojos como platos contemplaba la escena, ajena a la expresión de novio y completamente emocionada; como esas niñas que ven un espectáculo de navidad en primera fila y apenas pueden esperar para saludar al sujeto gordo vestido de Santa Claus.

-Gracias, Brad -tartamudee, tomando el ramo.

-Te dije que lo haría y bueno, yo siempre cumplo -musito.

Antes de que pudiera yo decirle algo, Madison hablo, pero hacia Cameron.

-Oh, amor, eso me hizo recordar -dijo-. Gracias por la rosa -beso su mejilla.

Cameron desconcertado, frunció el ceño.

-¿Cuál rosa? -pregunto.

Oh,oh. Pensé.

El corazón se me acelero en un intento de explotar de nerviosismo y las manos me desprendieron un poco de sudor frio.

-¡Eh, Cameron! -Dije, adelantándome a la situación-. La rosa que le dejaste a Mad ayer, como disculpa porque no pudiste venir, ¿recuerdas? -rogaba porque Cameron me siguiera la corriente y también porque no se moleste conmigo.

Mire de reojo a Brad, quien sabiamente guardaba silencio y su rostro me decía que trataba de comprender lo que estaba pasando.

Los ojos de Cameron me miraron extraños. Fue una mirada que no supe describir, sus ojos me dijeron que yo no entendí, estaba demasiado nerviosa como para ponerme a descifrar el mensaje que me gritaban. Luego de un silencio, Cameron retiro su mirada de mí y le sonrió a Madison.

-Sí, ya recuerdo -musito-. De nada -dijo.

Suspire de alivio.

Después de eso, Madison volvió al ataque.

-Y Brad, ¿a qué se debe tan gran detalle con Karol? -pregunto Mad, preparada quizá para la bulla.

-Emma... -tartamudeo.

-Porque somos excelentes amigos, ¿verdad Brad? -interrumpí.

-Claro -dijo.

-Chicos, les daremos privacidad. Brad y yo iremos a mi habitación -tome la mano de Brad mientras que con la otra aun sostenía el ramo-. Vamos, Brad -lo lleve hasta mi cuarto, mientras este trataba de comprender mucho más todo lo que había ocurrido antes.

La mirada inquisitoria de Madison a mis espaldas y la de Cameron, desconcertado, también nos seguía, hasta que nos deshicimos de ambas al cerrar la puerta.

Cerré los ojos y suspire.

-Dios... -murmure, aliviada.

-¿Qué acaba de ocurrir allá afuera? -pregunto, Brad.

Le mire y suspire de nuevo, era hora de contarle todo.

-Tenemos que hablar, Brad -dije y le hice seña de que se sentara sobre la cama entre tanto que yo me sentaba a su lado y ponía el ramo de rosas en la almohada.

-¿Qué pasa? -pregunto, inquieto.

-¿Recuerdas ayer cuando te dije que si alguna vez te había gustado alguien prohibido? -inquirí, en voz baja.

El asintió.

-bueno... -guarde silencio por un minuto, mientras que los ojos chocolate de Brad esperaban que siguiera hablando-. Creo que estoy enamorada de Cameron -admite, casi con un hilo de voz.

-¡¿Qué tu qué?! -exclamo.

-¡Shhhhh! -exclame, para que bajara su tono de voz-. Alexis me hizo darme cuenta de ello.

-Pero es el novio de Madison, y ella es tu mejor amiga -musito, con un leve tono de desesperación.

-¿Y crees que no lo es? -dije, triste-. Pero uno no decide de quien enamorarse -cite, lo que hace unas horas había aprendido de Alexis.

-¿Y lo de la rosa?

-Bueno, Madison llego ayer y la vio tendida sobre la mesa de centro, me pregunto que si fuiste tú quien me había dado y dije que no, ya sabes, no quería que empezara a especular más de lo que ya lo hace; entonces le dije que era Cameron quien la había dejado para ella, porque no podía decirle que su novio me la había dado a mí -explique.

-Eres una gran amiga, Karol -me acaricio el hombro.

-Claro que no, ¿Qué clase de amiga se enamora del novio de su mejor amiga? -dije, en un chillido ahogado.

-Bueno, exceptuando eso. Entonces, ¿te molesta que yo...? Ya sabes.

-Brad, no quiero usarte para darle celos a Cameron -baje la cabeza.

-No siento que me uses. Aunque Cameron si se pone celoso, cosa que no debería.

-Eres un gran amigo para mí, Brad. Es así como yo te veo. Discúlpame.

-No tienes que pedir perdón por eso, Karol -sonrió-. Eres muy linda, claro, pero también eres una amiga para mí.

-Gracias, Liam.

-¿Y ahora qué piensas hacer? Me pregunto.

-Trato de ignorar a Cameron.

-¿Por eso no le abriste la puerta? -rio.

-¿Cómo sabes eso?

-Mi tía me dijo que lo vio sentado allá afuera, como si esperara.

Suspire.

-No siempre podrás evitarlo, Karol -me dijo.

-Ya lo sé.

-¿Sabes? A lo mejor no es enamoramiento, simplemente es... deslumbramiento muy profundo.

-¿Qué diferencia hay?

-Que en uno estas enamorada, en el otro no -rio, pero su broma no provoco nada en mí e inmediatamente volvió a la seriedad-. Cuando me ocupes sabes que voy a estar allí -me acaricio la rodilla.

-Gracias, Brad. En serio, gracias.

Una vez aclaradas las cosas, Brad y yo pasamos el rato riéndonos, aunque mi risa no fuera con mucho sentido.

-Creo que ya es hora de irme. No quiero perderme la cena -dijo Brad, sobándose la panza.

-Está bien. Ojala podamos vernos mañana -sonreí.

-Claro.

Me pare para abrir la puerta de mi habitación y Brad me siguió. En cuanto la madera dejo ver la escena exterior, desee cerrarla de nuevo de un solo portazo. ¿Cuántas veces se necesitaba ver la escena amorosa entre Cameron y Madison para que mi corazón se rompiera por completo? Me pare en seco y Brad detrás de mí. Cameron y Madison se separaron y sus bocas volvieron a ser dos. Algo dentro tironeo mi corazón.


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