CAPITULO 67

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CAPITULO 67:

El olor a alcohol me invadió las fosas nasales y casi llego hasta no garganta, haciéndome arrugar la nariz y carraspear. Comencé a abrir los ojos poco a poco hasta que divise una silueta junto a mí.

-Cameron –susurre. Pero la voz que respondió a mi llamado no fue la misma que había escuchado antes.

-¿Ya estás bien, Karol?

Me tañe los ojos y luego parpadee repetidas veces para aclarar mi vista. Chad tenía un algodón en su mano izquierda y la mirada bien puesta en cualquier cambio de expresión.

-¿Dónde estoy? –pregunte, mirando a mi alrededor, pero al instante hubo otra pregunta más importante y volví a pasar la mirada por el lugar, pero esta vez con desesperación-. ¿Dónde está Cameron?

-Tranquilízate, dime que estas mejor –insistió Chad-. Estas en la parte trasera del salón.

-¡Estoy bien! ¿Dónde está Cameron? –el lugar estaba poco alumbrado, pero lo suficiente claro como para examinar cada rincón.

La boca comenzó a temblarme con un "No" inquieto en los labios por temor a que todo hubiese sido solo una alucinación en mi cabeza. Tome a Chad del cuello de su camisa, inclinándome hacia él y percatándome de que estaba recostada sobre un sofá viejo con olor a humedad.

-¿Dónde está Cameron? –casi grite, desesperada, creyendo que me estaba volviendo loca, si es que aún no lo estaba.

El silencio de Chad me hizo pensar lo peor y sentí que el corazón se me encogía acongojado en el pecho.

-El está... está hablando con una chica, justo afuera de la habitación –dijo y los ojos se me abrieron como platos. Mi corazón le gano al pensamiento en mi cabeza y revivió con estruendosos latidos golpeando contra mis costillas.

Me levante del sofá, como impulsada de este e ignore el lacónico mareo que me sucumbió la cabeza. Camine agitadamente hasta la puerta del lugar y estando entre abierta logre ver lo que mi corazón pedía gritos volver a sentir. Reconocería aquella espalda ancha entre millones y no dude en salir a su encuentro, pero el nombre que pronuncio me congelo los pies en el mismo sitio sin musculo movible alguno; trayéndome a la memoria el segundo antes de desmayarme.

-Alejandra yo... -tartamudeo un poco, pero volver a oír el sonido de su voz fue como par aun ciego volver a ver la luz del sol-. Es que no te entiendo.

-¿Qué es lo que no comprendes, Cameron? –la voz de la chica me incito a fijarme en ella; tenía el cabello largo rojizo y liso, era más baja de estatura que Cameron y muchos allí, ya que le llegaba un poco más arriba de los hombros. Su boca ancha al igual que su frente y su nariz la hacían lucir como una muñeca Barbie, pero de alguna marca que ocupara el segundo lugar en ventas, lo suficientemente opacada por el primer lugar para no subir nunca de el-. Te lo estoy diciendo de la manera más sencilla que puedo –continuo-. Terminar fue un error, ¡me afecto tanto cuando me entere que te habías ido! –dijo, con fingida melancolía, hasta yo puedo notarlo.

Así que ella era Alejandra. Cuando recordé lo que Cameron me había contado, casi quise salir a arrancarle los pelos con mis propias manos.

-Karol –Chad me llamo pero no me moví, seguí allí, tras la puerta, escuchando y viendo todo.

-Ale –Cameron tardo un momento en continuar y luego hablo despacio-. Cuando estábamos juntos, todo lo que yo te dije era sincero y real. Fuiste la novia que más... quise –volvió a silenciar y junto a aquella falta de sonido, mi corazón se desplomo.

¿El aun la quería? Mire el rostro de Alejandra, extasiado de alegría, mientras la sonrisa le crecía cada segundo un poco más.

¿Qué sentido tenia ahora la alegría de que mi locura haya funcionado? ¿Qué había de esperanza en tenerlo justo allí si en realidad seguía lejos su corazón? No había nada si el aun quisiera a Alejandra. Nada.

Fue entonces que me moví, deslice poco a poco mis pies hacia atrás y me fui sumergiendo en la humedad y oscuridad de aquel cuarto. Chad se me quedo mirando, con una leíble expresión de confusión en el rostro.

-¿Pasa algo malo? –pregunto.

Me di cuenta de lo vulnerable que era hasta entonces.

-¿Cuánto falta para que acabe la exposición? .le pregunte, con un hilo de voz.

-No lo sé –miro su reloj-. Como cuarenta y cinco minutos –se encogió de hombros.

-¿Podrías encargarte del resto? Tengo, tengo que salir de aquí –mire a mi alrededor-. ¿Hay otra puerta?

-Karol no entiendo –Chad se acercó-. El sujeto que tanto buscabas está allí –señalo hacia afuera-, ¿No morías por verlo?

-Solo sácame de aquí –rogué.

-¿Qué te hizo? ¿Por qué el cambio? –insistió.

-¡Chad! –le grite-. Sácame de aquí. ¿Qué es esa puerta? –pregunte viendo una armazón de madera a un costado de la habitación.

-Creo que conduce a un pasillo lateral del edificio –se encogió de hombros.

-¿Podría dirigirme a la salida?

-Tendrías que salir por la puerta principal, pero al menos nadie notaria que has salido de este lugar.

-Genial. Me voy –decidí-. Encárgate de lo que sea necesario. Si... si Cameron pregunta por mí, dile que no me has visto, que me Salí de este cuarto y no supiste a donde fui.

-Pues... no se a dónde vas. Así que no será tan difícil. Pero exijo que pronto me des una explicación.

-Luego. Gracias, Chad.

El me sonrió y Salí despavorida por la otra puerta, huyendo de nuevo, huyendo de todo. No quería oír el "lo siento por no quererte" de Cameron, no algo como "Es que me di cuenta que amo a Alejandra". Ahora que lo pensaba, todo esto me había parecido un error. He allí lo que me había costado volver a verlo, un dolor aún más profundo en el alma. Como la hoja afilada de un cuchillo atravesándome el pecho.

Cuando logre salir al exterior, divise la ciudad transitada y el alma me rogo seguir en cualquier dirección lejos y perderme. Camine unas pocas calles y luego decidí tomar un taxi y pedir que me llevara a casa. Era imposible perderme en una ciudad que conocía demasiado bien. Así como imposible también no pensar en Cameron, en donde podría estar ahora, que estaría haciendo o pensando... con quien. Todo me torturaba, todo me causaba ganas de romper en llanto, ¿Cómo podía ser tan estúpida? Mi plan había funcionado, Cameron había atendido a mi llamado y yo había logrado verle. Pero jamás me paso por la mente relacionado con las demás personas, me concentre tanto solo en Cameron y yo que olvide por completo a terceros. Las muchas otras posibilidades de que Cameron no me quisiera o no pudiéramos estar juntos. No solamente existía Madison en su vida, sino también algo más. Alguien que ya había formado parte de su pasado, alguien que había dejado marcado su presente y que, si él quería, alguien que cambiaría su fututo.

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