CAPITULO 47

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CAPITULO 47:

Y ahora allí, la imagen de ellos dos besándose, no se borraba de mi mente y la estaca tampoco de mi corazón; tenía que luchar contra ese recuerdo, ahogarlo en algún agujero de mi mente y así llevarlo al olvido; pero entre más luchaba más perdía y estos se volvían más nítidos en mi cabeza.

Me dolía bastante y no entendía como es que tanto dolor podía caber en mi corazón; aun cuando este ya no lo soportaba, era algo que seguía acumulándose más y más cada vez hasta volver al corazón un órgano pesado y luego lo desplomaba hasta mis pies, dejando así solo un vacío en la cavidad de mi pecho. Y dolía, dolía bastante.

Había amanecido rogándole a Dios no toparme con Cameron, hasta ahora, casi medio día, él no había dado señal de alguna vida.

Decidí salir, así, si Cameron me buscaba no me encontraría en el departamento. Apague también mi celular, solo por si acaso.

El aire fresco me pego en la cara, mientras intentaba resguardas mis manos en los bolsillos de mi abrigo. Había empezado el mes de diciembre y con él, el frio austral. Camine por calles que ya conocía y llegue a lugares familiares en los que ya había estado antes degustando su comida. La tarde se pasó así, pero el dolor del día anterior aún estaba allí, en alguna parte de mi interior, esperando cualquier descuido mío para vencerme. La curiosidad me invadió de pronto al recordar a Madison, y en un intento de descifrar ese dilema, prendí mi móvil y marque el número de Alexis.

-¿Alo?

-Alexis, hola –dije.

-Hola, Karol.

-¿Tienes tiempo para hablar?

-Claro, ¿Qué pasa?

-Es lo que yo quiero saber, Alex. Pasa algo con Madison, yo lo sé. La escuche el otro día hablando contigo en la madrugada –confesé.

-Oh... -hubo un silencio después de su exclamación. Los silencios así nunca son buenos.

-¿Alexis? Si sabes algo, dímelo, por favor –suplique.

-Está preocupada –dijo, con voz ronca.

-¿Preocupada de qué?

-Karol, ella no es tonta. Los cambios en la actitud de Cameron la lastimas.

-¿Qué quieres decir? .pregunte, estaba al borde de caer en confusión.

-Que ella se da cuenta de que Cameron ya no es el mismo. De que su cariño parece acabarse y pertenecerle a alguien más.

Abrí los ojos como platos.

-¿Alguien más? –trague saliva.

-Cameron te presta más atención que a su misma novia, Karol. Eso es muy obvio –dijo, con voz severa.

-Pero... -no daba crédito a lo que mis oídos escuchaban, aun cuando ya me lo imaginaba-. Yo no... -balbucee.

-Escucha, Karol. Sé que eres una buena persona, sé que serias incapaz de dañar a tu mejor amiga, y conozco también a Cameron, el jamás dañaría intencionalmente a una persona. Pero juntos, parece que se les olvida eso –me reprendió.

-Pero yo no...

-Solo te pido que no la dañes –me interrumpió-. Ella se fui porque le asegure que no era nada malo, que Cameron tenia momentos así y la convencí de que ese viaje la relajaría, le dije que o pensara en eso.

-¿No le dijiste que...?

-Por supuesto que no. Pero te suplico, que no le hagan daño, la última vez fueron muy obvios.

-¿La última vez?

-El domingo, Madison me dijo que los vio bailando y eso derramo las especulaciones que ella misma se estaba negando en formar. Ella asegura que Cameron parecía más feliz bailando contigo que... con ella.

-¿Qué... que le dijiste? –pregunte, con el corazón en pedazos.

-Que estaba loca. Pero ten en cuenta lo que te dije a ti, Karol. ¿Qué vale más? ¿Una amistad de casi toda la vida o un amor prohibido?

Guarde silencio, la respuesta era muy obvia. Madison era como mi hermana.

-Tengo que colgar –me aviso-. Espero que no hagas nada malo o dejes que suceda algo así.

-Gracias. Alexis.

-No se supone que decía de habértelo dicho, pero Madison me... -se quedó en silencio.

-Lo entiendo, gracias –repetí, con el hilo de voz que apenas y me salía.

Colgué la llamada y al instante, me percaté de que tenía una llamada perdida. Era de Cameron. El corazón me rogo adolorido que lo ayudara. Sufría, sufría bastante. Apague le móvil antes de que una llamada volviera a entrar y lo escondí al final de mi bolsa.

Esto estaba muy mal y era una carga que no podía soportar. Camine queriendo perderme, deseaba tontamente que mis pies se despegaran del cemento y me llevaran volando hasta otro planeta, desaparecer.

MANUAL DE LO PROHIBIDO *Terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora