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Quisiera pensar que no sentía remordimiento, después de todo había acabado con la vida de otra persona, fuera mitad bestia o no, me hacía sentir triste, pero el hecho de pensar que mi vida estuvo en riesgo, que Will estuvo en peligro por defender me.

Hacia mi sangre hervir más allá del remordimiento, tal vez está era una de las hipocresía humanas, o simplemente era un lado frío y cruel que no sabía poseía. Fuera lo que fuera ignoro el remordimiento y con toda la ira acumulada entre en el edificio, mi edificio, el lugar que simulaba una residencia empresarial, de esas que tenían recibidores inmensos y las verdaderas habitaciones se situaban hacia arriba subiendo las escaleras escondidas en el pasillo. En el medio del recibidor una mesa parecía ser la frontera de la confrontación, el patriarca de los osos y el patriarca  o aparentemente el representante de los lobos parecían a punto de arrancarse las cabezas unos a otros.

—¿Quien dejó entrar un perro en mi casa?— Pregunte de la manera más dominante posible, trataba de parecer serena y tranquila, sintiendo la calidez del cuerpo de Will a mi costado, mi furia quería salir como un volcán.

—Mide tus palabras mujer, ser enviada del Dios bestia no te hace una soberana.— el gruñido más animal que humano, una voz gruesa que en otras circunstancias me habrían hecho empapar, los ojos de aquel hombre eran de un azul pálido como el hielo de un glaciar, parecían traspasar mi alma y mirarme con un desprecio tal, que por un momento me sentí el insecto mas miserable del mundo.

—Dios bendiga me con coraje y fuerza.— Susurré y la habilidad se activo una corriente cálida recorriendo mi cuerpo como una malta acolchada en el más frío invierno.

—Controla tu lengua Alexander, que seas un guerrero estelar no te hace superior aún enviado de Dios. Mucho menos te da derecho a hablar así contra de mi mujer.— Will me defendió sus manos con claras garras listo para atacar, me hacían sentir segura, más de lo que ya estaba.

—No creo que estés en posición de amenazar, menos cuando fue tu gente quien me atacó primero y entro en mi territorio.— Avance hacia la mesa con decisión apoyando fuerte mi mano contra la mesa de roble tallada a mano por el propio Will, bajo mi golpe la mesa de agrietó y la mirada de incredulidad de todos acompaño la mía. Me recompuse con velocidad sonriendo con malicia mirando al lobo con el mismo desprecio con el que él me había visto.— solo eres un perro rabioso, desesperado por hacer grandes méritos para ser reconocido ¿Crees que enfrentándote a mi lograrás eso?  Ser el enviado de Dios no es un adorno.—

Sus expresiones parecían ilegibles pero su mirada me recorría como un escáner, mirando mi mano y luego mi rostro como esperando encontrar signos de debilidad.

—Mis lobos estaban buscando alimento, estaban cazando en busca de reforzar los almacenes para invierno. — Informo lentamente como saboreando sus palabras.— No reconozco la razon de su ataque, pero no acepto el hecho de que fueran asesinados sin derecho aún juicio.— trato de defender aún que su mirada solo me diera una sensación extraña, como una escusa que es dicha sin fundamento. — Exijo que me compensen por las vidas perdidas.—

—Mi espalda fue herida, mis presas escaparon, mi macho estuvo expuesto a mucho estrés por su ataque y la tribu de los osos fue ofendida cuando tú grupo de lobos entro sin anunciarse a nuestro territorio. . . Sus muertes están justificadas.— justificaba con una sonrisa suave mientras retiraba mi mano para acariciar la mano de Will, se sentía incomoda al decir aquello, bien sabía que había mejores formas como lastimarlos de gravedad y dejarlos ir... Pero si se iban ... ¿No traería más problemas?

El sistema tampoco me dejó otra opción, era matarlos o morir, y creo que nisiquiera sería a manos del sistema mi muerte.

—¿Que quieres?—

—Exigimos una compensación por parte d ella tribu de los lobos, machos femeninos y sal, y podríamos olvidar está ofensa.— Continuo el patriarca de los osos, poco antes de que yo me sentará aún lado escuchando todo Will se mantuvo a mi lado y el médico brujo igual.

no termine de entender como la conversación cambio tanto, algo había frenado al líder de los lobos, esperaba que batallará descaradamente por una compensación, ahora era la tribu de los osos los que habían recibido recompensas...

Habían comerciado con la vida de personas como si fueran plantas.



—Sara... Tu... En la reunión me llamaste tu macho...— Comento con emoción Will mientras sostenía mi mano, suspiré mirando sus ojos anhelantes.

—Segun el patriarca quedan 15 días para la luna llena, tienes 15 días para preparar te...— comenté suavemente mientras acariciaba su pecho.— En 15 días será nuestra ceremonia de matrimonio. — En otras circunstancias le hubiera gustado proponer matrimonio o bueno, recibir una propuesta de matrimonio hermosa y romántica...

Pero ya no estaba en la tierra, ya no estaba e su mundo, en su línea de tiempo... Ahora comprendía más la necesidad de las hembras por tener un macho que las defendiera.

Los brazos fuertes y fragantes me rodearon poco antes de girar con fuerza la risa alegre de un hombre me cautivo, Will brillaba de emoción, de alegría, como si le hubieran dado la noticia más maravillosa del mundo.

—¡Te daré la mejor ceremonia de apareamiento que jamás habrán visto las tribus!— anuncio con devoción antes de besarme, un beso tierno y suave lleno de un extraño pero gustoso sabor afrutado.

Sentía que había hecho la elección correcta... Will era el indicado, eso sintió en su corazón.

————

No sé si sea apresurado pero creo que ya era tiempo de que volviera el marido oficial. Jejejeje

Salgo de clases dentro de 2 semanas

Jamás me había sangrado la nariz por estudiar... Fue horrible no lo recomiendo a nadie, si sus cuerpos les piden descanso, descansen... No se dejen llevar por sus mentes y *él aún puedo seguir*

Seré La Reina De Las Bestias. (Poli 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora