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(actualizo primero en Inkitt, mientras la cuenta o historia no muera seguiré publicando aquí )
Para cuándo me termine de bañar y arreglar, Will ya había iniciado la charla, los hombres bestia solteros parecían emocionados, rebosando de energía como una marea. Muchos se disculparon al verme por hablar a mis espaldas e insultarme, sinceramente mi expresión fue un poema.

¿No pensaron que soy rencorosa?

—¿Ya haz pensado el nombre de tu aldea?— La voz de Will me saco de mis divagaciones sus brazos fuertes envolvieron mi cintura alzando me de entre todos aquellos machos fornidos.

—¡Si! Me gusta... Astra ¿Sabes? Es derivada de Astron que en el idioma antiguo significa "una estrella" quisiera que mi aldea sea como una estrella, que aún estando muerta y distante brille inmensamente para todos.— Le comenté suavemente mientras acariciaba su rostro morenito tostado por el sol.

¡Felicidades al anfitrión por nombrar a su aldea! ¡Aldea Astra regida por la Sacerdotisa del dios de la creación a nacido!

Por primera vez, el sistema no solo hablo para mí. En el cielo como un anuncio gigante las nubes rugieron y el sol brillo, y sobre toda la aldea se pudo observar un montón de animales corriendo por los cielos, como anunciando algo glorioso.

Tal vez... Mi llegada a este mundo tiene más significado del que creó.

—¡Larga vida al Dios de la creación! ¡Larga vida a la sacerdotisa Sara!— Sinceramente no sé quién grito, mi mente y mirada aún seguía fija en aquella imagen celestial tan gloriosa y magnífica.

Pronto los gritos de alegría inundaron el lugar. Sin haberlo esperado, mi plan de pasar de sapercibida fue destruido por un plan aún mayor y desconocido.

Cómo si fuera el inicio de algo grande, pronto  cantidades sorprendentes de bestias se acercaron al territorio circundante de la aldea, pero por más que trataron de entrar una fuerza invisible los retuvo.

Pronto el sistema se volvió actualizar y como de costumbre Sara se quedó dormida. Acurrucada entre los brazos de Will.

Pov Will:

Horas antes de que llegara Sara.

—¡Atención!— Grite lo más fuerte que pude, tomando lugar sobre una pequeña montaña de piedra pulida que había puesto con la intención de dar anuncios. Situado en el medio de la pequeña aldea los hombres solteros llegaron como una marea, desde jóvenes hasta viejos, desde los más fuertes y guapos, hasta aquellos considerados feos y débiles.  —Se que muchos están enojados por las supuestas palabras que mi compañera a dicho— Comencé los abucheos no se hicieron esperar haciendo me gruñir.— Pero considero que es que han sacado de contexto sus intenciones.— Informe tratando de golpear al bastardo que seguía diciendo cosas desagradables sobre mi pequeña hembra.

—¿sacado de contexto?—

—Si, Sara jamás dijo que no quería que buscarán pareja en el día de nuestra ceremonia. Lo que no quería, era que todos vinieran a disfrutar de nuestros esfuerzos sin aportar. . . Saben bien lo celosas que son las parejas, Sara se enojo ante la idea de que ustedes vendrán y se aparearan, comerán y beberán nuestra comida solo por qué sí.— Explique tratando de no arruinarlo, pues se me dificulta explicar con palabras mis ideas.— Así qué su intención era pedir que cada uno de ustedes, como machos también aportaran a la ceremonía, que cada quien cazara sus presas e hiciera adornos para que cuando las hembras llegarán puedan mostrar su valía, y a su vez, no dejar todo el trabajo únicamente a mí y Sara.. . O¡ ¿Acaso querían ser servidos por mi mujer como si nada?!— si habia algo que un macho odiaba, era que otro se aprovechara de su hembra.

Pronto los vitoreos y murmullos no se hicieron esperar.

—¿Es decir que debemos traer comida para hacer un mayor festín?—

—Si, mientras traigan comida o ayuden con los adornos ganarán puntos de mérito, esto también les dará puntuación para ser el primero en presentarse ante las hembras.— Comenté tocando su punto débil, el deseo de tener una compañera.

—Bien! Comenzaré a cazar bestias!— no supo quién grito primero como una manada todos gritaron y rugieron las emociones a flor de piel, sonreí. Había controlado la situación sin necesidad de exponer a Sara.

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La llegada de Sara fue notoria para mí, su cuerpo un poco más gordito y curvilíneo con sus rebeldes cabellos hondulados siempre se llevaba mi atención, como una estrella en el cielo oscuro de la noche. Me acerque a ella sin dudar, los ojos de aquellos hombres solteros brillaban, entre deseo y vergüenza, muchos se disculpaban y otros trataban de acercarse a ella mostrando sus figuras. Dando me por momentos pequeñas crisis pues ¡Ella es mi mujer!

Quería rugir, pero bien sabía que tarde o temprano la tendría que compartir. . . Cómo su primer esposo tendría mayor autoridad sobre los demás pero, también la tendría el marido más fuerte y amado, por eso me debía esforzar para ser ambas cosas.

La tomé de la cintura alzando la, su piel carnosa de la cintura tan calida y blanda me encantaba, se sentía tan cómodo de abrazar. Mire sus ojos deseoso de besar todo su precioso rostro, pero no debía distraerme sabía bien que el Dios bestia le había dado una misión a mi pequeña Sara y debía de cumplir la.

—¿Ya elegiste el nombre de la aldea?— pregunté suavemente mientras dejaba pequeñas caricias en su cintura y espalda.

—¡si! Elegí el nombre Astra— su boquita se movía pero sinceramente no prestaba atención a ningúna de sus palabras, en mi mente me preguntaba que tan dulce sabrian sus labios esta mañana. Pronto el rugido de los animales y los gemidos ahogados de las personas a mi alrededor me hicieron observar la escena más extraña y impresionante de mi vida. Los vitoreos alabando a Sara llegaron en conjunto a los pasos y aromas acelerados de otras bestias, pronto el cuerpo de Sara cayó sin fuerzas en mis brazos, como si se hubiera dormido. . . Sinceramente fue el peor momento para quedarse dormida.

—¡Osos, defiendan la aldea! — Ordene en un rugido mientras corría con Sara en mis brazos fui directamente a la casa en el árbol construida para Mijal. Sin siquiera pedir permiso entre encontrando lo tejiendo sobre una piel animal. —Sara se volvió a desmayar, creo que uso mucha magia divina y por eso se desmaya.— Informe mientras iba directamente a la habitación donde la acosté con suavidad entre las pieles como una princesa durmiente.

—¿Sara fue la que causó el fenómeno de afuera?— Pregunto el pequeño médico brujo, que ahora parecía ansioso, su preocupación por Sara a veces parecía superar la preocupación por un paciente normal. . .

—Si, cuidala mientras no estoy, hay una lucha intensa afuera.— comente antes de partir, me sentía confiado, algo en mi interior me hacía confiar ciegamente la seguridad de Sara con MiJal.

No baje las escaleras preferí saltar mientras caía tome la forma de oso, mi caída fue dura pero no tan dolorosa como para ser molesto. Corri con fuerza dejando pesadas marcas en el suelo, con un rugido me uni a la batalla, los osos de diversos colores luchaban en conjuro contra todas aquellas bestias, desde lobos hasta águilas, pronto el suelo se llenó de sangre y parecía que una guerra de aldeas iba a iniciar.

No sabía cuánto tiempo había pasado, pero en algún punto los bandos se separaron en una fina línea, los osos como fieles guerreros rodeaban el territorio de la aldea. Mientras las bestias enemigas se mantenían a una distancia mirando se fijamente hasta que los pasos tambaleantes de alguien llamaron nuestra atención, Sara había vuelto apoyada en Mijal.

Seré La Reina De Las Bestias. (Poli 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora