Yo no era santa, pero ese hombre me volvió devota.
Una mujer independiente de la época moderna, que muere y aparece en un mundo medieval donde las mujeres ya no existen y los Gers u omegas masculinos son el único medio de reproducción. Su vida estar...
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Te recuerdo que todos iniciaron de abajo. Y por cierto tu selección para vampiros es mediocre, la mitad de ellos tratan de mujeres que aprueban el secuestro y la violencia intrafamiliar como normal 👍🏻😊
Ahora sí capitulo 21
El sistema se había actualizado tan repentinamente que nisiquiera había terminado de leer la notificación cuando me quedé dormida. La bruma negra me tomo nuevamente pero lo sorprendente fue la notificación
"Has ganado puntos de experiencia gracias al ciervo Amanda, recibiste un aumento de tus estadísticas y provisiones"
"sistema en proceso de actualización y ajuste espere unos minutos por favor"
No sentí que tardará mucho cuando pude despertar, lo primero que ví fue un techo de madera y al girar el dulce Mijal sostenía mis manos mientras esperaba mi despertar. Era muy dulce, no pude evitar acariciar su mejilla suave y tersa, envidiaba lo suave de su piel.
—¡Estas despierta Sara!— Su grito de alegría me hizo reír.
—¿Dónde está Will?— Pregunté confundida mientras me levantaba de la cama rápidamente, logrando marearme, como si de un viaje astral se tratara.
—Esta luchando contra los invasores.— Contesto tan simple que se aceleró el corazón ¿Luchando contra los invasores?
¡Advertencia los límites de la aldea intentan ser violados!
El sistema advertía y yo solo pude sostenerme de Mijal con fuerza.
—Llevame al frente.— Comenté mientras me sostenía con fuerza de él ignorando el mareo. —Si.—
Juntos bajaron las escaleras con Sara apoyando se sobre Mijal, lentamente llegó a la muralla donde vió aquella desgracia, era un campo de sangre, las plantas que originalmente rodeaban y adornaban las murallas estaban destruidos, llenos de sangre con cuerpos animales tirados.
—¡Alto!— Grito y la voz de aquella mujer resonó sobre todas las bestias. —¿Que demonios les pasa? ¿Cómo se les ocurre pelear como animales salvajes? — sus gritos resonaron y por alguna razón las bestias sintieron un temor inexplicable arraigado en sus almas. —Soy Sara la sacerdotisa del Dios de las bestias, y como enviada de Dios he reclamado esta extensión de tierra, creando la aldea Astra, regida por el poder del Dios de la creación!—
Sus palabras tenían un peso extraño, y aún que para aquellos estaban abajo la mujer se veía dominante y confiada, solo Mijal que sostenía a Sara podía sentir como está temblaba, con el corazón acelerado y su piel erizada.
— Está aldea fue creada para mejorar la vida de todos, y acercarlos a la bendición divina, pero no aceptaré que se maten y ensucien lo que con tanto esfuerzo se ha obtenido.— Repentinamente alzó su mano, sus dedos blancos temblaban, solo el médico brujo pudo notar el pequeño temblor con las uñas moradas por alguna razón. De sus dedos una pequeña luz dorada salió.
—Sara...— susurro Mijal mientras la miraba con preocupación.
—Todo aquel que quiera entrar a la aldea, deberá de pagar con material o especias por persona. Todo aquel que mate o lastime a alguien dentro de la aldea será expulsado inmediatamente.— mientras ella comenzaba a hablar sus palabras comenzaron a aparecer frente a todos como si algún ser invisible lo escribiera sobre el cielo. Sus labios rosados, se comenzaron a agrietar y tornar morados opacos.
—Sara detente...— pidió Mijal notando como la mujer en sus brazos se debilitaba, mientras aquella luz dorada se ampliaba.
—Las hembras podrán elegir más de un macho, pero no podrán tener más de cinco compañeros y no podrán abandonar a su hombre sin razones verdaderamente verificas. Este ... Es mi regalo para todos.— Completo sus palabras y pronto se desvaneció nuevamente, está vez su cuerpo mostró claros signos de agotamiento excesivo.
—¡Sara!— Grito Will mirando con horror como Sara casi caia del muro si no fuera por que Mijal la sostenia.— Mijal lleva a Sara a descansar, yo me encargaré aquí...—
Para los externos parecía que ambos hombres eran las parejas de aquella mujer. Para los que sabían el género de Mijal y notaban la interacción de los 3 se sintieron un tanto complicados ¿Por qué parecía que Mijal actuaba como un macho y no como una hembra?
—¡Ya escucharon a la sacerdotisa! ¡No tienen nada que buscar aquí!— Rugió Will parándose frente a todos con su forma humana, sin que nadie se diera cuenta, en algún momento Will obtuvo una estrella de bestia, tatuada directamente en su pecho, pequeña no muy notoria, pero totalmente visible para quien detallará aquel pecho fornido.
—¡No es justo! ¡La tribu de los osos escondió a la sacerdotisa del Dios de las bestias y nos nego la bendición!— Rugió un lobo, mientras tomaba forma humana.
—¡Exigimos una reunión de clanes!— Está vez fue un aguila que orgullosamente llevaba en su pecho tres estrellas.
—¡Apoyamos al líder de las aguilas blancas!— Rugió está vez un hombre jabalí, su cuerpo grande y musculoso podía ser bastante intimidante.
—Entonces que así sea, pero... Todas las tribus circundantes deberán venir, tanto carnívoros como herbívoros, deberán presentar un representante y un séquito de no más de 3 personas. Dentro de cuatro días, aquí a las afueras de la aldea.— Anuncio el patriarca de los osos que apenas llegaba, su mano fuerte y callosa dió suaves palmaditas en el hombro de Will con un asentimiento de cabeza en aprobación a su desempeño.
—¡Bien! —
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—¿Cómo sigue?— Susurro el joven oso mientras acariciaba las suaves mejillas de su mujercita.
—Estable, uso mucho poder divino así que eso agotó sus defensas y la debilitó. Ella rara vez usaba su poder por lo que el soltarlo todo tan derepente y en tantas cantidades fue un shock muy grande para su cuerpo.— Comento Mijal suavemente mientras limpiaba los pies de Sara con una piel extraña.
—¿Que es eso?— Pregunté curioso mirando aquella piel, no había visto a ningún animal con piel semejante.
—Es un pequeño invento, son ebras de planta de loto tejidas a mano. Es más suave y cómodo que una piel de animal.— Comento mientras me mostraba aquella extraña piel, se sentía un tanto extraña al tacto pero mas suave y manejable que la piel animal.
—¿Cómo se te ocurrio?— Pregunte bastante curioso, mientras le devolvía la piel.
—Sara me contó que su ropa estaba hecha de tela, un material hecho de hilo fino, semejante a la tela araña pero más resistente... Así que estuve buscando la tela en mi tiempo libre, comencé probando con la piel de bambú y caña de azúcar, por casualidad cuando recogía lotos para los adornos que pidió Sara ví como al romperlos estos soltaban hilos fino, así que comencé a intentar recolectar los —Sus manos de movían como contando junto a sus palabras sus vivencias — al principio se rompían fácilmente pero una vez los seque y lave comenzaron a tomar una textura más fuerte, trate de tejer una cuerda con ellos. Pero no lo lograba hasta que comencé a tejerlos hilo por hilo. . . Sinceramente fue demasiado trabajo apenas esté pequeño trozo salió de casi dos meses de trabajo...— comento nervioso mientras explicaba su travesía.
—¿No pensaste en preguntar le a Sara como lo hacían en su tribu?— pregunté obvio mientras le daba un pequeño golpe en la cabeza.
—Queria sorprenderla...— murmuró bajo avergonzado.
—Te gusta ella.— comenté directamente mientras lo observaba con firmeza.