Capítulo 24: Show de Talentos

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Alexa despertó lentamente, escuchando el golpeteo constante de las gotas de lluvia en el tejado, envuelta en una calidez demasiado intensa para ser producto solamente de mantas. Inspiró de a poco dejando que todos los recuerdos de la noche anterior volvieran a ella y sintió un calor recorrerle desde las mejillas hasta la punta de los pies. El brazo que rodeaba su cintura por debajo de la camiseta (que claramente no le pertenecía) se removió para apretarla suavemente, y la nariz de Rodrick se hundió mas en su cabello, un murmullo incomprensible saliendo de su boca.

-Oh, dios mío-susurró Alexa, una maraña de sentimientos acumulándose en su pecho, su respiración acelerándose en el proceso.

El juego había ido demasiado, demasiado lejos. Se había dejado de llevar y ahora estaba completamente segura que estaba total y completamente enamorada de él. Luego de esto, no quería volver a pasar tanto tiempo separados, tanto tiempo sin tocarse nunca más.

Pero, ¿Que pensaba el? ¿Que sentía el con respecto a todo esto? Lo que pasó entre ambos, ¿Significaba lo mismo para ella que para él? Se abofeteó mentalmente por ser tan descuidada y meterse en su cama, sabiendo muy bien que ya era tarde para ella, sus sentimientos se habían desbordado, y Rodrick jamás le prometió nada. Quizás para él es nada más que atracción física. Y si bien para ella también habia mucho de eso...

-Mierda... eres perfecta- Rodrick le había susurrado la noche anterior, mezcla de gruñido y lloriqueo, su aliento cálido rozandole detrás de la oreja mientras intentaba controlar sus movimientos y no poner todo el peso de su cuerpo sobre ella. Una gota de sudor le cayó en la espalda descubierta de Alexa, quien se aferró aún más a las sábanas, apenas capaz de contener las exclamaciones. Él parecía tomar esto como un reto, e iba dejando besos húmedos en su nuca y hombros, mientras con un brazo se estabilizaba y con el otro agarraba con fuerza la cintura de Alexa...

Alexa volvió a sonrojarse y su corazón empezó a latir frenéticamente. No estaba segura de que iba a poder seguir adelante después de eso, parecía que su mente estaba en su contra, reproduciendo los sucesos una y otra vez. El brazo de él alrededor de su cintura se movió un poco, y él se presionó más contra su espalda, aún dormido. Ella quiso gritar. Si seguía en ese espacio tan pequeño, no iba a poder contenerse, se sentía como un chico que recién descubría el porno. Demasiado hormonal, sensible a cualquier estímulo. Y sumandole a todo eso, terrible e irrevocablemente enamorada. La peor combinacion, ¿en que momento había dejado de estar en control de cada aspecto de su vida?

Con cuidado, apartó el brazo de él de su cuerpo y pudo salir de su cama. Se dio vuelta para mirarlo, su cabello desordenado, su pecho moviéndose con cada suave respiración, tenía el ceño ligeramente fruncido cuando ella se separó, pero de a poco volvió a una expresión de absoluta paz. Alexa quiso llorar.

Tomó su celular de la mesa de noche, eran las 6 am. Apenas había amanecido, y afuera caía una suave llovizna. Le envió un mensaje a su padre pidiéndole que la pasara a buscar, y Robert le respondió instantáneamente que allí estaría. Reunió rápidamente su ropa descartada en el piso, se quitó la camiseta de Rodrick y se vistió lo más rápido que podía, sabía que tenía al menos 15 o 20 minutos antes de que su padre apareciera, y tendría que pasar primero por la habitación de Greg para hacer parecer que estuvo durmiendo alli.

Se acercó a la puerta y cuando tocó el picaporte, la voz de Rodrick, rasposa por el sueño, la interrumpió:
-Lexi... ¿A donde vas?

Ella se dio vuelta y lo vió sentado, una expresión de confusión en su rostro aún marcado por el sueño. Se pasó la mano por el cabello para tratar de peinarselo, y Alexa se tuvo que contener para no cruzar la habitación y peinárselo ella misma. Y después tomar su lindo rostro con sus manos. Y después darle un beso de buenos días.

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