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Tomó aire, mirando de reojo la hora que estaba en el reloj de la mesa de noche. Miró el perfume roto a pocos centímetros de sus pies, tragando saliva y prestando atención a Malena.

—¿Por qué no me dijiste nada, Malena? ¿Por qué justo ahora?

Mordió sus labios mirando a través de la ventana a Enzo, él también estaba hablando por teléfono, tenía una sonrisa, a comparación de Matías que sentía que se le caía el mundo, pero al mismo tiempo pensaba que no era tan malo.

Cerró las cortinas y escuchó a Malena hablar.

—Porque pensé que sería más fácil así, no se, estaban pasando por mil cosas, imagínate te salía con el bebé después de lo de Esteban.

—¿Ya estabas embarazada cuando pasó lo de Kuku?

Un silencio se unió a la llamada, dándole así la respuesta a la pregunta de Matías.

—¿Tenías pensado llevarlo a un centro de adopción? ¿Posta?

—¡Yo me voy a ir Matías!

—¡Pero yo no, Malena! ¡Yo me voy a quedar!

Malena se quedó con la palabra en la boca, se sorprendió al escucharlo, y para ser sincero, Matías también se impresionó a sí mismo.

Nuevamente el silencio volvió, ambos tragaron saliva, Recalt corrió la cortina para ver nuevamente a Enzo que seguía en la llamada, notaba como miraba a la puerta esperándolo.

La voz de Malena hizo que saliera de sus pensamientos.

—¿Vos te querés quedar con el bebé?

Matías tomó aire, apenas tenía 22 años, una decisión que definitivamente no se podía tomar a la ligera, miró a Enzo. Quizás la idea de que ambos pudieran criar al bebé podía ser hermosa.

Sonrió inconscientemente al imaginarse aquella escena, quizás debía preguntarle a Enzo antes de, pero al fin y al cabo tendría un hijo, su hijo, de su sangre, con sus genes.

—Si, Male. Yo me haré cargo, porque es una responsabilidad, no es un objeto. Y en este caso, es MI responsabilidad.

Malena estaba asombrada, había ocultado todo eso pensando en la actitud negativa que Matías podía tomar, pero quizás dejó que su mente le jugara en contra, porque también quería hacerse responsable.

—Nos juntamos mañana.

Y así, la llamada terminó, Matías tomó aire sintiendo su pulso algo agitado, dirigiéndose a la puerta de la habitación y bajando al primer piso a la puerta de entrada para abrirla y cerrarla.

Enzo estaba mirando su celular apoyado en el auto, cuando sintió el pequeño portazo levantó la mirada para ver a su chiquito caminando hacia su dirección.

—Te demoraste, chiquito.

Habló mientras tomaba a Matías de la cintura pegándolo a su cuerpo para darle un abrazo.

—Estaba nervioso, eso es todo.

Dijo con una sonrisa falsa, que le salió bien, pues claro, después de todo Matías era actor. Enzo le asintió y besó su frente, para soltarlo y meterse dentro del auto, se pusieron los cinturones y fueron al lugar de la prensa donde darían la entrevista.

—¿Te acordás de todo cierto?

Preguntó Enzo mientras conducía, Matías no le respondió, lo observó de reojo y estaba mirando a la ventana pegado en sus pensamientos. Vogrincic admitió que se sintió preocupado, tenía el presentimiento de que algo no andaba bien, pero no quería hacerse mala sangre y quería realmente pensar que era por el tema de la entrevista.

deja vu - matías x enzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora