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Así continuaron, cantando cada uno una canción distinta en solitario pero también formando distintos duos en el karaoke, como Juanjo y Paul cantando La Vida Moderna, Martin y Álvaro cantando Dynamite, también hubieron tríos como Bea, Álvaro y Juanjo cantando Unholy, donde sin duda las risas no faltaron.

Pasaron varios minutos, aproximadamente 1 hora, estaban todos exhaustos, Álvaro y Paul ya se habían rendido, pues ambos estaban acurrucados en el sofá durmiendo, todo ya estába más calmado, Bea y Ruslana estaban de pie, para ellas el karaoke aún no terminaba, y decidieron cantar juntas "Te regalo".

Chiara las miraba con una sonrisa desde el suelo donde llevaba varios minutos sentada descansando.

Y por otro lado estaban Juanjo y Martin, ambos sentados en el sofá, manteniendo la distancia que se habían obligado a marcar constantemente.

Evidentemente, ellos también estaban agotados, incluso bastante somnolientos, hace algunos meses, en esta misma situación, no hubieran dudado en acurrucarse juntos y dormir.

"Déjame tomarte de la mano
Déjame mirarte a los ojos"

Martin se permitió mirarlo sin vergüenza, no planeaba despegar su vista de él, de sus ojos que parecían querer cerrarse solos, sus labios que constantemente relamía, y las mejillas que usualmente veía con tonos rojizos.

"Déjame jugar contigo
Déjame hacerte sonreír
Déjame darte de mi dulzura"

Juanjo se dió la vuelta para devolverle la mirada al chico, sin pensarlo mucho, sonrió como si el otro no pudiera darse cuenta al instante.

"Déjame cuidarte, déjame abrazarte
Déjame enseñarte
Todo lo que tengo pa hacerte muy feliz"

Hicieron contacto visual, a ninguno le importaba, no hacían nada para evitarlo, aunque no significaba que no estaban muriendo de nervios. Ante las mariposas en el estómago que ambos sentían que escupirian en cualquier momento, se sonrieron, era como si se estuvieran comunicando, pero no habían palabras, no era necesario, pasaba algo mucho más bonito que no era necesario expresar hablando, se estaban dedicando esas miradas y sonrisas de unos jóvenes bobos enamorados.

"Te regalo mis piernas
Recuesta tu cabeza en ellas
Te regalo mis fuerzas
Usalas cada que no tengas
Te regalo las piezas
Que a mi alma conforman
Que nunca nada te haga falta a ti
Te voy a amar hasta morir."

Martin bajó su mano al sofá, haciéndo una seña de indicarle a Juanjo que se siente ahí, a un lado de él, no sabía si el chico lo había entendido bien, pues su respuesta ante eso fue una corta risa ante el descaro y empezar a cerrar sus ojos lentamente, echando su cabeza para atrás apoyándola en el sofá.

Martin sólo susurró "joder" entre risas que no sabría explicar, y cerró sus ojos también, muriendo ambos de sueño pero manteniéndose despiertos.

Bea y Ruslana se abrazaron, quedando así unos segundos al haber acabado la canción, Chiara se levantó con lágrimas en los ojos para unirse al abrazo. Por cualquier lado de esa habitación había amor de alguna u otra manera, y era conmovedor.

Todos morían de sueño, menos Álvaro y Paul quiénes ya directamente estaban dormidos en el sofá muy juntos.

- Bien, quién dormirá en mi habitación? Entran dos personas en mi cama pero de todas formas puedo poner un colchón en el piso y... - Fue interrumpida por Juanjo.

- Yo duermo aquí, me da igual. -

- Yo también. - Agregó Martin, recibiendo una mirada del maño al instante.

La idea de Juanjo era hablar de los primeros para afirmar su lugar y que Martin, teniéndolo en cuenta, decida dónde dormir, pero al parecer no lo había entendido, sino ¿Por qué diría de ir justo en el mismo lugar que él? El mayor tenía ganas de quejarse en su cara por lo bobo que había sido, pero sería un poco ridículo.

- De todas formas pondré el colchón, vale, entrarían 4 personas en mi habitación, yo me quedaré a dormir aquí, es mejor idea ¿no creen? - juanjo miraba de reojo al chico que hacía lo mismo ¿Que plan podrían inventarse para estar lo más lejos posible?

- Ya lo dije, yo dormiré aquí, no te preocupes Bea. - Dijo el más alto, haciendo que el de bigote se sienta sumamente ofendido, era cierto que si no lo decía Juanjo, lo haría él, era una competición de quién hable primero, pero definitivamente uno terminaría hablando para mantenerse lo más alejados posible, e incluso sabiéndolo, de todas formas se sentía ofendido de haber sido evitado por el otro chico y no haberlo hecho él mismo. Bueno, era ridículo y puro orgullo.

- Yo también quería dormir en el sofá! Entramos todos de hecho! - Decía Kiki en forma de berrinche.

- Vamos kiki... - Ruslana, con una sonrisa, se llevó a su amiga de la mano hacía la habitación, siendo seguidas por Bea y Martin que también habían quedado en dormir ahí.

Martin durmió con Chiara, le costó muchísimo, no paraba de pensar, las miradas, las sonrisas, el contacto, todo estaba siendo muy extraño, las distancias le hacían olvidarse de los detalles lindos, los cambios eran muy drásticos, un minuto parecía que habían olvidado todos los meses de separación, y al siguiente minuto parecía que la discusión había sido recién.

Juanjo por su parte no se encontraba mucho mejor, se sentía fatal, pero no era sólo el dolor de cabeza, el estrés y el cansancio, era ese chico, no lo había superado, eso es cierto, pero tampoco pensaba tanto en él como lo había empezado a hacer ahora.

- No te hace bien, descansa bien por una noche! Por dios... Después te quejas del dolor de cabeza. - Respondía Martin molesto.

- ¿Que dices? Me hace de maravilla, una noche de distracción, si sabes que amo salir de fiesta! - Le restaba importancia a las quejas.

- Estaría bien si fuera "una" noche de distracción, pero sales de fiesta prácticamente todos los días ¿Como se supone que eso te va a hacer bien? - Le decía como si fuera la cosa más obvia del mundo, aunque probablemente lo era.

- Pues si, me hace bien no tener que escuchar tus quejas cada minuto y desconectarme un rato, claro que me hace bien. - Decía despreocupado.

- Jódete, has lo que quieras. - Dió media vuelta sin decir más sin siquiera esperar una respuesta, dejando a Juanjo anonadado.

Ni Siquiera Amigos. | JUANTINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora