Juanjo se recostó bajo las sábanas a un lado de Martin, estaban las luces apagadas, solo una pequeña luz de la lámpara que tenía en el escritorio a un lado de la cama alumbraba la habitación débilmente.
- Extrañaba dormir contigo. - Confesó en voz baja el mayor, tomando a Martin totalmente desprevenido, quién quedó inmóvil al escucharlo.
- Sí, solíamos hacerlo mucho, adoraba nuestras pijamadas... - Se dió la vuelta para tenerlo de frente, con sus cabellos esparcidos por la almohada y su carita claramente cansada con sus ojos a punto de cerrarse solos.
❀
Había sido un día muy cansado para Martin, y como había sido los últimos 4 días, tenía planeado dormir en casa de Juanjo.
Era prácticamente parte de su rutina, no podían despegarse ni un segundo del lado del otro, tenían la sensación ya de vivir juntos, y ha decir verdad, a ninguno de los dos le disgustaba la idea.
Martin se encontraba cómodamente acostado en la cama de Juanjo, mientras el recién nombrado salía de la cocina, se acercó al chico sabiendo perfectamente que algo le pasaba.
- ¿Te pasa algo? - Le preguntó viéndolo desde la puerta de la habitación.
- ¿a mí? Nada. - Respondió siendo poco convincente.
- ¿Seguro? ¿Quieres que veamos la peli? - Empezó a caminar dentro de la habitación.
- No lo sé... Probablemente me quedaré dormido, pero si tu quieres! - Le sonrió intentando asegurarle que lo decía en serio.
- ¿Estas muy cansado? No me quejaría si decides que nos pongamos a dormir ya. - Se sentó en una esquina de la cama, mirándole con una sonrisa.
- Pues sí, estoy bastante cansado a decir verdad. - Apenas lo dijo, Juanjo se tiró a su lado en la cama, provocándole una tonta risa al vasco. - Bobo! - Se rieron.
- ¿Por qué estás tan cansado? - Ya estaba más acomodado a su lado, acariciando su mejilla y analizando su cara, podía notar sus ojeras más marcadas de lo normal.
- No tuve un buen día, anoche no pude dormir bien. - Cerró sus ojos al sentir las caricias que recibía por parte del maño.
- Vimos dos pelis seguidas, será por eso. - Se rió por la tonta razón que al mismo tiempo era tan obvia.
Siguió acariciando su mejilla hasta que el chico se quedó dormido, siguiéndole algunos pocos minutos después, pues por razones obvias, ambos estaban cansados, y juntos podían descansar con plenitud.
❀
Los dos chicos se encontraban sonriendo tontamente mirándose mutuamente, pues parecía que podían leerse la mente y al parecer ambos estaban recordando lo cursis que fueron siempre.
- ¿Mañana te arrepentirás de esto? - Martin fue el primero en interrumpir el silencio.
- Sí. - Dijo rotundamente, notando al instante el cambio de expresión en la cara de Martin, viéndose más deprimido al escuchar la respuesta.
- No sé que debo hacer... - Sonó con angustia por parte del vasco.
- No debes hacer nada, no me enojaré contigo, no tendría sentido, al contrario, me sentiré más tranquilo teniendote a mi lado. - Le aseguró con una sonrisa, empezando a acariciar sus cabellos.
- Hablaremos mañana sobre esto? Por favor. - Estába prácticamente suplicandole mientras subía su mano a la mejilla de Juanjo.
- Claro! Todo saldrá bien, Martin, todo estará bien entre nosotros ¿Vale? - Le aseguró con tanta sinceridad que ambos no pudieron evitar sonreír, sintiendo por fin una calma al pensar en su relación, ya sea amistosa o lo que venga.
- Gracias Juanji. - Dejó un beso en su mejilla y le abrazó, durmiendo en esa posición, prácticamente encima del maño.
[...]
El primero en despertar fue Martin, quién lo primero que hizo fue revisar su móvil para ver la hora, y notar una llamada pérdida, apenas recordó, se levantó de prisa sin importarle que al estar tan encima de Juanjo, lo despertaría por el movimiento repentino.
- ¿Que pasa? - Preguntó el maño recién despertando, sin entender absolutamente nada.
- Debo irme, se me hace tarde, había quedado en desayunar con Ruslana y Chiara y lo había olvidado. - Explicó apresurado buscando su ropa.
- ¿Enserio te irás? Vale... - Pensó en cuestionarle, en recordarle en lo que habían quedado la noche anterior, pero pensó que quizás sonaría demasiado intenso, y no quería arruinar el lazo de confianza que empezaban a formar nuevamente.
- No me mires así! - Se quejó Martin muriendo de ternura por la expresión de tristeza que le salió natural al maño.
- ¿Asi como? - Fingió que no pasaba nada.
- Perdóname, realmente quería quedarme contigo. - Intentó justificarse mientras lo miraba con ternura, de pie a un lado de la cama.
- Martin, de verdad, que no pasa nada! - Seguía insistiendo en que no había problemas, cuando en el fondo hubiera deseado suplicarle que se quede, pero para su suerte, no fue necesario humillarse.
- Pfff, es que eres monisimo. - Sonrió como nunca, aceptando que no podría perder la oportunidad de estar con el maño, así que apenas dijo lo anterior, se lanzó a la cama, cayendo a un lado de Juanjo, a quien tomó por sopresa.
- ¿Que haces? - Le cuestionó mientras se reía, teniendo al otro chico abrazandolo, aferrado como un koala.
- Desayuno con rus y kiki casi todos los días, pero no recuerdo cuando fue la última vez que amanecí a tu lado... - No se soltó del abrazo, pero inclinó la cabeza hacía arriba para hablarle cara a cara.
- Que poético sonó eso eh. - Se burló, haciéndo reír al vasco.
- Idiota, que hasta estoy cancelando una salida por ti. - Se quejó bromeando también, bajando su cabeza al terminar de hablar, apoyando su cabeza en el pecho del maño.
- Es lo mínimo que podrías hacer. - Le respondió riéndose.
- Pues también es verdad. - Volvió a levantar la cabeza para tenerlo de frente mientras se sonreían, y entre un silencio que hubo después de la falsa discusión, optaron por romper el silencio con un beso, pues se habían dejado llevar, pero daba igual, ambos estaban cómodos con la desición, y cerraron los ojos a la vez, dejando que todo pase como deba pasar.
- Tenemos que aclarar esto. - Fue lo primero que dijo Martin cuando separaron sus labios.
- Joder! ¿que más necesitas aclarar? - No tardó nada en volver al beso, sintiendo la risa de Martin por encima de sus labios por lo que había dicho recién, aunque era cierto, necesitaban aclarar las cosas, pero sabían que sería mucho más fácil ahora, cuando se habían demostrado que no podían aguantar sin el contacto del otro.
60 votos y actualizo mañanaa:)
Gracias por leer!!!Apenas termine esta historia empezaré a subir otra juantin que ya tengo hecha, es muy tierna!!
ESTÁS LEYENDO
Ni Siquiera Amigos. | JUANTIN
RomanceDos jóvenes que solían ser amigos tienen la obligación de seguir viéndose. ¿Quizás era esa chispa especial que los unía? Esa chispa que no la tienen los amigos, esa chispa que significa que algo más ocurre ahí.