El día del juego, la academia bullía con la emoción de los estudiantes, todos ansiosos por apoyar al equipo de baloncesto en la sede de Los ríos. La proximidad del evento llenaba el aire con una energía vibrante y contagiosa, creando un ambiente de expectación entre los presentes.
Para Patricia, este día era especialmente significativo. Por fin había recibido su uniforme de porrista, un símbolo tangible de su nueva posición en el equipo. Junto a Kansas y Kyle, se dedicó a ajustar el uniforme para que le quedara perfectamente. Aunque se sentía algo incómoda con la novedad, la emoción de participar en su primera actuación superaba cualquier inquietud.
Desde temprano, el camerino era un hervidero de actividad, con las porristas ocupadas preparándose para el evento. Patricia, mientras tanto, se esforzaba por mantener la calma mientras se colocaba los detalles finales en su atuendo.
-Intenta no moverte tanto, Patricia -le indicó Kansas, tratando de mantener la concentración mientras trabajaba en los detalles de su maquillaje-. Necesito que estés quieta para que pueda hacerlo bien.
-Lo siento, estoy algo nerviosa. Es la primera vez que hago esto -respondió Patricia, tratando de controlar sus emociones.
-Lo sé, pero trata de relajarte un poco. Todo saldrá bien -añadió Kyle, tratando de infundirle confianza.
Con el tiempo apremiando, las porristas se apresuraron a terminar sus preparativos mientras se preparaban para salir hacia el evento.
-¡Cinco minutos, niñas! - exclamó Josefina llamando la atención de todas.
Rápidamente, las porristas se apresuraron a ordenar sus cosas en sus bolsos, y Patricia finalmente pudo soltar un suspiro de alivio. Morgan tomó del brazo a Kyle y juntas se dirigieron hacia el minibús, mientras Patricia recogía su bolso y lo guardaba en su casillero antes de salir caminando. Afuera del gimnasio, el bullicio de los estudiantes llenaba el aire, creando una atmósfera de emoción palpable.
Con sus pompones en mano, Patricia escuchó las indicaciones de la entrenadora y la capitana del equipo. Eran simples: formar dos filas frente al minibús para recibir a los miembros del equipo. Kansas se quedó al lado de Patricia mientras entonaban un grito de apoyo al equipo.
Corrieron hacia el minibús, agitando sus pompones para avivar aún más el ánimo de los estudiantes. Patricia luchó contra sus propios nervios antes de unirse a la animada coreografía de sus compañeras. Poco a poco, avanzaron hacia el minibús, y Patricia se quedó cerca de la puerta, al lado de Kansas, casi al final de la fila.
Los gritos y exclamaciones resonaban en el aire mientras esperaban. Cuando Bruno apareció al final de la fila, con su expresión seria y su cabello recogido en una coleta, Patricia sintió cómo el rubor subía a sus mejillas. Trató de ocultar su rostro detrás de sus pompones, pero su incomodidad no pasó desapercibida para Bruno, quien se detuvo brevemente frente a ella antes de subir al minibús.
Patricia intentó disimular su rubor mientras las chicas seguían animadas. Finalmente, todas subieron al minibús que las llevaría a la sede del juego. Una vez dentro, Patricia comenzó a ventilarse con las manos.
-¿Estás bien? -preguntó Kansas a su lado.
-Sí, solo son los nervios, ya sabes -respondió Patricia, intentando mantener la calma.
-Bueno, todo saldrá bien -añadió Kansas, tratando de infundirle ánimo.
La pelirroja guardó silencio y se mentalizó de que podía hacerlo. Ya estaba comprometida con esto y debía seguir adelante. Antonella estaba conversando animadamente con Josefina, mientras Morgan y Kyle compartían risas. Kansas, por otro lado, no se guardaba ningún comentario sobre lo guapo que lucía Bruno, afirmando que definitivamente era su tipo ideal.
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Cheerleader
FanfictionEn la monótona atmósfera de la Academia Privada Aurora, Patricia Castro, una escritora apasionada anónima en busca de la esencia de la vida estudiantil, se sumerge en un camino de intrigas y romances inesperados. Cuando la monotonía se desvanece, el...