Confianza de Cristal

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Llegué hasta la oficina del Sr. Evans y toqué la puerta levemente. Pude escuchar diciéndome que pasara adentro. Él se encontraba sentado en su escritorio, leyendo algo en su computadora. Me senté en la silla frente a su escritorio.

–Buenos días, señorita Bennet. –Me saludó el director con una sonrisa.

–Buenos días. –Lo saludé igualmente.

–¿Cómo ha seguido? –Preguntó leyendo aún sus cosas.

–Eh... Pues mejor. –Entonces todo esto era para ver cómo estaba. ¡Qué alivio! Pensé que me iba a reprender.

Ambos nos quedamos en silencio y el Sr. Evans apartó la mirada de su computador.

–Señorita Bennet. –Llamó mi nombre con su voz grave. Era algo intimidante, pero lo miré de vuelta para ponerle atención. – ¿Cuál era el nombre de su madre?

–Heather Michaels. –Respondí cabizbaja. ¿Por qué el Sr. Evans estaba preguntándome eso? ¿Acaso conocía a mamá?

Subí la mirada y vi al Sr. Evans sonriendo dulcemente. Ahora sí que estoy confundida, definitivamente.

–Debiste haberla conocido. –Murmuró, pero si pude escucharlo.

–¿Usted la conoció? –Pregunté curiosa.

–Así es. Éramos--

El Sr. Evans comenzó a hablar y entró una de las secretarias así sin más.

–Disculpe, señor Evans. Pero tiene una reunión con los profesores en 2 minutos. –Dijo la secretaria con una sonrisa falsa.

–De acuerdo, ya voy. –Asintió el Sr. Evans y su rostro emanaba algo de enojo. Tal vez se había molestado porque interrumpieron nuestra conversación. –Emma, hablaré contigo en otro momento.

Me levanté de la silla y salí de su oficina. Me siento realmente curiosa ahora porque ¿Qué clase de relación tenía con mamá?

Caminaba por el pasillo y vi a Kyle, quien me miró con una gran sonrisa.

Desde que él empezó a trabajar aquí hemos sido muy amigos y con las pocas semanas que tengo de conocerlo lo considero un buen amigo sin importar que sea mi profesor.

–¡Hola! –Me saludó abrazándome con fuerza.

–Hola. –Lo saludé de vuelta con una sonrisa.

–¿Quieres pasar el rato conmigo? –Preguntó Kyle tímidamente. Yo asentí y caminamos por los pasillos juntos mientras hablábamos.

Le conté a Kyle sobre mi pelea con Alexis y él me recomendó asegurarme que si aún me gustaba. No sabía cómo, pero lo haré. 

–Hablando de amores, ¿Cómo está tu chica? –Pregunté curiosa y con cara de niña ilusionada.

–Pues ella... –Kyle suspiró e hizo cara de enamorado. Vaya, se nota que le gusta mucho esa chica.

Kyle ya me había contado un poco sobre su pasado y sobre esta chica que le gustaba, pero aún no ha querido decirme quién es.

–¡Ya dime quién es! –Demandé haciendo pucheros, haciendo que Kyle se riera.

–Alice Collingwood. –Respondió cabizbajo, tapándose la cara.

–¡¿Alice Collingwood?! –Exclamé sorprendida.

–¡Shhh! –Me silenció tapándome la boca y al quitarse las manos de la cara pude ver que estaba todo sonrojado.

–Aww, que adorable. –Sonreí mirándolo a los ojos.

Sangre AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora