Capítulo 15: El templo

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Esa mañana me levante muy renovado, dormí durante mucho tiempo pero aún estaban los hecho del día anterior presente. Tenía que tomar muchas decisiones importantes, sin mencionar que estaba algo molesto por las acciones de Romina y Rafael.

Hacía mucho tiempo que había perdido este viejo hábito pero no tenia de otra, al abrir una de las cajas de mi equipaje, ésta contenía el último obsequio de mi padre cuando me gradué de la academia real, una mana Blade en forma de una pequeña daga rodeada de varias herramientas mágicas para mi entrenamiento del control del mana, pero que terminaron teniendo un uso diferente.

Elegí una pequeña piedra del tamaño de mi dedo índice, funcionaba igual que una piedra fey negra, con la única diferencia que no absorbía mana sino se la dedicabas, brillaba en todos los atributos dependiendo del usuario y solo podrías extraer un atributo a la vez, de esta manera mi atención y todas mis emociones eran depositadas en la piedra mientras trataba de recuperar mi mana en el proceso, Rafael lo veía como una pérdida de tiempo pero esto me ayudo a mantener el control de mis emociones cuando mi hermana era perseguida y ofendida por nobles de mayor rango que el nuestro.

A penas había sonado la primera campanada, mi visita al templo estaba planeada sino hasta la tercera campanada y podría ver nuevamente a Lady Annielys. Espero que Emily y mi madre lleguen pronto, aunque se tardaran como un mes y medio en llegar a este ducado. Yo podría mudarme y tener una nueva vida en Alexandria pero que motivos tendría mi madre en hacer lo mismo, después de todo Olympia es su hogar, sin mencionar el problema de la Compañía Mercantil Adelfried, soy responsable y debo hacer algo.

Ya era el momento de partir, cuando caminaba por el pasillo cuando Rafael notó la pequeña piedra entre mis dedos cuando jugaba con ella... "Benjamín para que tengas eso en tus manos debes de tener un conflicto con tus emociones..." Él lo decía como si nada hubiese pasado, yo solo podía fulminarlo con la mirada, para que no hiciera más preguntas del asunto. El asistente de Romina nos informa que ella no desea salir de la villa el día de hoy, se encontraba muy agotada.

"¿Agotada?..." preguntaba levantando una ceja, no me lo creí del todo pero teníamos que salir pronto al Templo, tan pronto como Lady Albertina y Lord Teobaldo y sus séquitos llegaron a la entrada, partimos en carruajes. Lord Teobaldo aún deseaba seguir visitando la gran Biblioteca mientras hacíamos nuestra visita al templo.

Al momento de nuestra llegada Lady Albertina y yo éramos recibidos por un Sacerdote gris llamado Fran, lo que me llamo mi atención es que tenía el escudo de armas de Alexandria bordado en el pecho, ¿tendría algún significado esto?... cuando estábamos por entran, note que habían dos autómatas Schumil de color rosado en las grandes puertas del templo ambos vestidos de sacerdotes, uno de azul y otro de gris.

Según Fran los nobles y plebeyos con malas intenciones eran expulsado y no permitían la entrada al templo cuando estos realizaban alguna visita... pero que gran nivel de seguridad, ciertamente Alexandria se tomaba muy enserio todo lo relacionado con el templo, no podría imaginar lo difícil que sería fabricar solo un autómata... en los pocos días que estaba en este ducado ya había visto alrededor de quince de estas herramientas mágicas, no por nada era el animal heráldico de Alexandria.

Mientras nos conducían a la habitación donde eran recibidos los nobles, podía notar lo bellamente decorado que estaba el templo, muy limpio y ordenado. Sin duda alguna el templo de Alexandria y Ehrenfest eran un ejemplo a seguir ya que eran los más cercanos a los Dioses seguido de Olympia siendo la tierra dedicada a ellos. En la sala noble estaban esperado Sir Damuel y Lady Annielys, cuando estaba por acercarme logre notar dos adornos para el cabello de los había elegido el día de ayer.

Mi rostro comienza a ponerse colorado y rápidamente empiezo a imbuir de mana a la pequeña piedra negra, reflejando un pequeño brillo de cuatro colores. "Lady Annielys que maravilloso día, Dregarnuhr vuelve a unir nuestros hilos de una maravillosa manera, Buen día Sir Damuel" solo notaba una leve sonrisa de la bella dama. "Ciertamente Dregarnuhr ha unido nuestros hilos bajo el escudo protector de la Diosa del viento Schutzaria, esperemos que sea el mejor telar hecho por Ventuhichte." Decía mi hermosa Diosa, mientras que mi control del mana se disparaba hacia la herramienta mágica.

Honzuki no Gekokujou | Un noble comercianteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora