Capítulo 23: Distrito Paladín

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Por fin había llegado el tan esperado día del torneo... la noche anterior Annielys me había enviado un ordonnanz avisándome que necesitaba reunirse conmigo para la primera campanada y media antes de partir al distrito paladín, los nervios de una reunión de imprevisto me habían tenido algo preocupado, por lo que no pude dormir muy bien tratando de adivinar la urgencia de esta reunión.

Mi diosa de la Luz había llegado acompañada de Damuel, Matthias y Philine, con la única diferencia que ahora Lisa y Nelly siempre estaban con mi madre. Extrañamente la reunión era por un motivo personal y no de trabajo, Annielys había traído obsequios guardados en tres pequeñas cajas de madera, que fueron entregados de Philine a Rafael, para así ayudarme un poco en el torneo.

En la primera caja habían tres herramientas mágicas de tipo bombas para atrapar a mis enemigos o bestias fey, la segunda contenía dos amuletos para defensas mágicas en forma de brazaletes, que debía usar en el brazo izquierdo, los cuales ajustaron su tamaño un vez puesto en su lugar y por ultimo un amuleto con un poderoso hechizo de fuerza o eso me explico... mientras examinaba este último objeto, pude vislumbrar una pulsera en la mano derecha de Annielys con el mismo diseño que el brazalete.

'¿Amuletos a juego?'. Pensaba mientras observaba ambos objetos, tratando de averiguar si tenía alguna función oculta.

La reunión fue algo rápida ya que a la segunda campanada, empezarían a llegar todos al distrito paladín, pero estaba sorprendido con la noticia de que Annielys, Philine y otra erudita participarían en un ditter de velocidad, por lo que estaba confundido y muy preocupado.

'En que están pensando al seleccionar a tres eruditas a un ditter de exhibición', eran las palabras que deseaba decirles, pero era una orden de su señora, en cambio ellas solo me dijeron que no debía preocuparme y que rezara a Greifechan la diosa de fortuna, ya que ellas abrirían el torneo de caballeros.

Después de nuestra breve charla se retiraron ya que debíamos de salir pronto hacia al coliseo, mi familia y todo nuestro séquito estaban listos así que partimos en carruajes, de camino nos cruzamos con la Delegación y todos los participantes que representarían a Olympia. Romina me obsequio un amuleto contra daños físicos, el cual lo recibo con mucho gusto, ya que era lo que más necesitaba.

El distrito Paladín por lo que nos habían explicado, contaba con dos entradas, una para nobles y otra para plebeyos. El gran portón con el marco dorado era nuestro umbral de entrada a este nuevo distrito, cuando estábamos por llegar logre observar una gran cantidad de carruajes y bestias altas, por lo que me imagine que abrían muchos nobles asistiendo al torneo. Una vez dentro del distrito se podía ver un inmenso edificio, con una arquitectura verdaderamente única por lo que solo podía ser el Coliseo.

La inauguración empezaría a la segunda campanada y media... por tal motivo, envié a toda mi familia directo a los palcos privados, pero como estábamos aún a tiempo, decidí recorrer un poco los alrededores del Coliseo para conocer un poco el lugar junto a Rafael y Luxor. Mientras caminaba note que el distrito era algo grande para estar dedicados a caballeros y soldados, habían talleres de herrería, tiendas de ropa, tabernas, pero me había parecido más atractivo una tienda en especial donde podrías comprar y vender ingredientes de bestias y plantas fey.

'Olympia está lejos de tener una ciudad tan desarrollada como esta, pero ahora que decidí mudarme no podre ser de mucha ayuda', era lo que pensaba imaginando el largo camino que tenía que recorrer mi hogar para alzarse en la clasificación de ducados.

Siempre que conocía un lugar nuevo de esta ciudad, quedaba fascinado por todo el progreso que había logrado en tan poco tiempo de fundación... cuando me dirigía al Coliseo me cruce con un soldado conocido que hacía muchos días no había vuelto a ver.

Honzuki no Gekokujou | Un noble comercianteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora