A nuestra llegada a las residencias de la vida, mi madre decidió abrazar a Schlaftraum el Dios del sueño. Ella se encontraba agotada por las impresiones del día, su encuentro con Benno su antiguo prometido la había golpeado con fuerza.
Hacía mucho que la séptima campanada había sonado, Benjamín y Rafael me acompañaban a tomar un vaso de vize, algo que no era muy típico viniendo de mí, pero necesario. Mi hermano estaba igual o más confundido que yo, el ambiente era pesado, Rafael trataba de sacar algo de conversación pero el silencio cortaba el aire a nuestro alrededor.
"Nuestra madre tiene un conflicto con sus emociones", dije hasta llamar la atención de mi hermano. Sabíamos que a pesar de los años nuestra madre aún seguía queriendo a su antiguo prometido, era doloroso para nosotros saber de sus sentimientos ya que pensábamos que siempre fue feliz al lado de nuestro difunto padre.
Ella aseguraba que su corazón estuvo fracturado a través de los años por estos dos hombres, uno había subido la altísima escalera y el otro reaparece luego de veinticinco largos años.
El hombre en cuestión era un plebeyo rico muy importante de este ducado, según Annielys no solo porque era el maestro del gremio de comerciantes, sino porque era respaldado por la familia archiducal de Alexandria.
Por el relato de nuestra madre creímos que había seguido con su vida, pero el hombre nunca se olvidó de ella y permaneció solo sin relacionarse con ninguna mujer. "Creo que nuestra madre es feliz de saber que Benno aún la ama, pero se siente culpable de la soledad en la que el hombre se sumergió", mi hermano solo parecía aún más preocupado por mis palabras sin saber qué hacer, ambos deseamos su felicidad, pero la culpa podría hacer que tomara malas decisiones.
Esa noche nos acostamos muy tarde, mi hermano tenía que descansar para la competencia del día de mañana, había mucho en juego por lo que acordamos conversar con nuestra madre a la segunda campanada antes de irnos al Coliseo.
*
El Dios de la Oscuridad se había marchado, dando paso a la Diosa de la Luz. Nuevamente nos encontrábamos en el salón de reuniones esperando a nuestra madre, el té y pequeños aperitivos estaban servidos cuando estaba por sonar la segunda campanada. Las puertas se abrieron para la entrada de nuestra madre y su séquito junto a Lisa y Nelly sus guardianes Schumil.
Ella tenía signos de haber pasado la noche llorando, una profunda tristeza se reflejaba en su rostro pero trató de ocultarla con su rostro noble, aunque nunca fue buena para hacerlo. Benjamín uso la oración de Heilschmerz para sanar sus ojos algo hinchados para luego activar una herramienta mágica anti escuchas para solo hablar nosotros tres.
Nuestra conversación se centró en Benno y en la elección que tomaría, pero no estaba segura... la culpa se había arraigado en ella tanto que estaba renuente en aceptar los sentimientos del hombre en cuestión.
"¡Entonces has que desista y recházalo!", mi hermano estaba molesto por la actitud de nuestra madre, pero sabía lo que intentaba hacer. Ella abrió los ojos como platos de la sorpresa... Benjamín nunca le había hablado de esa manera.
Siempre fue una mujer muy sabia e inteligente, que se preocupaba mucho por su familia, dejando su propia vida en segundo plano, por lo que esta era la única oportunidad de ser feliz nuevamente.
"Madre el hombre expresa descaradamente sus sentimientos por ti, sino vas a enfrentarte a él con sinceridad termina con esto y recházalo", Benjamín era firme con sus palabras, ella trato de hablar en varias ocasiones pero las palabras no salían por más que trataba.
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Honzuki no Gekokujou | Un noble comerciante
FanfictionBenjamín es un Laynoble que desea proteger a su madre de la malicia de su familia, quienes a su vez anhelan apoderarse de su Compañía Mercantil, obligándolo a comenzar un nuevo negocio con el ducado de Alejandría, quienes tras cinco años de fundació...