D E S P E D I D A Y M U E R T E
Era un invierno del año 1588 cuando la enamorada señorita Dorothea Smith le envío una despedida inesperada en un sobre de papel al cardenal Cesare de Borgia, conocido por los más cercanos como Chesire. Dichosa carta marcaba el adiós definitivo de una relación clandestina. Una noche antes de su partida el cardenal recibió la carta, fue recibida con discreción la noche anterior... Por supuesto el sacerdote no tenía intenciones de leerla pero la curiosidad y la necesidad básica le impulsaron leerla sus ojos recorrían cada palabra mientas su mente leía en silencio, como si buscará concentración.
Italia 28 de enero de 1588
Querido Chesire Borgia:
Tantas cosas que tenemos que desaprender
Comenzar de nuevo, decidir creer
Tantas guerras fui buscando paz, tus brazos me sostuvieron para no pisar fondo, llegaste a mi vida cuando menos lo esperaba, yo por tí hubiera caminado en fuego, te seguiría con la fe de un ciego, pero no eres mio, duele aceptar esa realidad, fuiste laberinto de pasión y perversidad, una enfermedad sin cura, el exponente perfecto de hacer heridas, un adicto a esa adrenalina obscura, una rosa negra con espinas que cambio la vida entera, siento que no puedo respirar pero te juro que está vez no hay vuelta atrás hay puertas que no quiero abrir, me acostumbré a tí y me convertí adicta al dolor, tu exceso de frío y de calor me están destruyendo, me estás convirtiendo en algo que yo no soy, no vuelvo a sentir porque
despiertas la peor versión de mi, me miento y me juro, me enfermo y me curo que obscuro mi amor... Y te miro y respiro veneno, probaste la sangre y te gustó el sabor eres adicto al dolor, un exceso de frío y de calor me están destruyendo... Me estás convirtiendo en algo que yo no soy, no vuelvo a sentir este sentimiento, porque despiertas la peor versión de mi contigo me falta vida y me sobra muerte, Adiós Cesare cuidate y destruye esos demonios que te atormentan, ya estoy muy rota no dejaré que me derrumbes porque no quiero nada más de tí aunque tu recuerdo arde. No fue tan fácil dejarte ir, te quise y no me arrepiento, me llevo lo que aprendí, no espero amor ni odio, ya tengo bastante con mi dolor maldigo el episodio lo peor fue yo quien lo escribió. Merezco más. Me cansé de vivir en tempestades guarda tu ego y cállate, enfrenta tus demonios de alguna vez y quédate en el sitio donde eres feliz. Porque hay demonios que yo pude desaparecer, y fui al infierno para aprender y sola regrese a la vida. Jamás pudiste querer, de mi cuerpo te borre, ya no somos ni enemigos porque tú tiempo ya se fué, no me sobran motivos para quedarme, hoy logré dejarte ir...
Por siempre tuya Dorothea Smith. ❤️
Chesire enfurecido arrugó la carta y la aventó a la fogata con llamaradas ardientes que la destruyeron casi por completo en segundos.
«¡Esta puta no se irá sin antes obtener un merecido!», pensó.
Saco su reloj de bolsillo y miró la hora, era de madrugada pero aún no salía el sol, así que cabía la posibilidad de encontrarla, personalmente se dirigió al establo y tomó al corcel más veloz y se dirigió a su vivienda.
Ella no pertenecía a la alta alcurnia, es una simple hija ilegítima cuya madre es una sirvienta. Chesire levantó la mirada y se percato que por la ventana superior una ligera y tenue luz se asomaba. Seguía dentro, golpeó la puerta bruscamente, pero nadie se dignó a abrirle, volvió hacerlo con más fuerza y el resultado fue el mismo, e incluso gritó su nombre.
—¡Sé que estás escondida ahí adentro, no seas una puta cobarde y abre la puerta!— le ordenó a la chica.
Ella entró en pánico pero no le obedeció y corrió a ocultarse, aunque no había un lugar para hacerlo, la casa es demás estrecha.
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Los pecados de Chesire (Relatos Eróticos)
Teen FictionLas fantasías sexuales son bellas... Pero se convierten en pecado si las provoca un sacerdote.