Capítulo №10.1

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"Camino por esa delgada línea donde no sé definir qué siento por ti, o más bien, temo saberlo"

Los días posteriores desde el último encuentro con Arsen, pasaron sin más. En esta semana, nos hemos visto en pasillos durante cambios de hora y en la cafetería, pero no hemos cruzado palabra. A la salida del instituto me aseguraba de que siempre me esperase Samuel, no quería volver a caer en sus redes. Y lamentablemente, sé que soy débil y lo haré. Con Samuel todo volvió a la normalidad y tranquilidad que siempre hubo y también pretendo que siga habiendo. Pero hoy tendré otra prueba, y es la de verlo, estar cerca y tener contacto con Arsen 

-Buenos días -saludo entrando al salón de clase. 

Una vez que dejo cada una de mis cosas sobre el escritorio, me giro y veo a cada uno de los alumnos, sorprendiéndome de encontrarlo entre los presentes, quieto y expectante como un animal de caza. Creo que desde que comenzó aquí, nunca ha llegado a horario. Comienzo con la clase, trato de pasearme de un lado a otro mientras hablo, intentando que no se noten mis nervios. 

Su participación al igual que su comportamiento en clase, es normal. Aunque siempre encuentra momentos en los cuales hacer muecas o gestos doble intencionados. 

Al terminar la hora vuelvo a mi escritorio y tomo asiento, espero a que todos salgan y puedan entrar los alumnos de la siguiente clase. Miro por la ventana, tratando de prestar atención a cualquier cosa que haya afuera, no queriendo cruzar mi mirada con la de él. 

-Liz... -Me vuelvo hacia la voz. 

-¿Qué necesitas, Arsen? -pregunto resignada. 

Toma una silla, la acerca junto a mí y se sienta con el respaldo hacia adelante. 

-Tengo problemas con los libros, me cuesta entender -comenta. 

-Sé muy bien que hablas, lees y entiendes a la perfección -replico no creyendo una palabra de lo que dice. 

-Necesito ayuda -pide con fingida preocupación-, ¿quieres que repruebe? -pregunta con falsa indignación. 

No me equivocaba con lo de persuasivo y además es un manipulador. Ahora comprendo porqué siempre logra lo que quiere. Pero una vez más afirmo que es mentira, le va de maravilla en la clase y en cualquier otra, lo corroboré tras espiar su expediente. En el mes que lleva aquí ha superado a muchos estudiantes dedicados y de habla inglesa.

-¿A dónde quieres llegar con esto? -Pregunto con algo de cansancio, sabiendo que esas no son las razones-. ¿Vas a hablar o te quedarás viendo? -presiono tras el silencio. 

-Es que se me acabaron las ideas -responde con una sonrisa demasiado tierna y no puedo evitar reír. 

Pero pronto recupero la seriedad que intento aparentar y que tiene muy fácil quitar.

-¿Qué ideas? -pregunta siguiendo su juego. Sonríe pícaro y chasquea la lengua. 

-Las ideas para llamar tú atención -dice sin reparo alguno. 

-Creo que eso quedó claro el otro día -explico, asiente y veo su mano acercarse a la mía que está sobre el escritorio, pero la quito rápido. 

Se hace un silencio, donde solo nos observamos, su mirada me hace sentir desnuda. También vienen a mí flashes de esas noches con él, haciendo que mi rostro se prenda fuego y de rebote lleguen mil sensaciones más, hasta pareciese que puede leerlas en mí. 

-Me gustas mucho como para alejarme tan fácil -dice en un susurro. 

Tengo que morderme la lengua para no decirle que él también me gusta demasiado y que esto está tomando otro color, que ya pasa de una atracción sexual y que pienso en él la mayoría del tiempo. 

Lovers: Él, prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora