Capítulo №50

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"Me desconozco, no sé quién soy o qué hago. Me detesto y también te detesto por convertirme en este ser egoísta"

Me abrazo a mí misma y observo a Evan jugar con Arsen. Crista se pone de pie junto a mí y estoy que me muero de la vergüenza. ¿Será que notó lo que estábamos haciendo? Tengo el estómago revuelto, me siento mal conmigo misma, no puedo creer que haya caído en eso. Algo que también me molesta es ver a Arsen fresco como si nada hubiese pasado, también en pequeños momentos donde me mira de reojo puedo notar su rostro, mirada y sonrisa de victoria. Ha logrado lo que quería, bajé mi guardia. Arsen me conoce muy bien, sabe cómo soy y pienso, algo muy distinto a él, que no siempre sé lo que quiere o realmente siente.

Decido salir de la sala y voy al jardín, veo los juegos de Evan y mientras tanto repaso todo lo sucedido. Mi vida es completamente manipulable, quién se lo propone hace lo que quiere conmigo, cierran mis caminos y me guían hacia lo que quieren. Soy débil, muy débil. Pero debo hacer algo al respecto, o revertirlo de alguna manera.
Siento algo en mis hombros, me giro sorprendida y encuentro a Arsen colocándome su chaqueta. Es verdad, tengo frío. No le agradezco, ni siquiera lo miro, vuelvo a fijar mi vista al lugar en donde estaba teniendo una epifanía. Se pone a mi lado y supongo mira lo mismo que yo. Debo poner una barrera, algo que corte este repentino acercamiento.

Arsen se aclara la garganta y seguro va a decir algo.

-Siento lo que pasó, es decir si te hizo sentir mal -dice y se escucha sincero.

-No lo sientas -respondo y giro mi cabeza para verlo a la cara-. Sólo... Deja de hacerlo, deja de faltar a lo que quiero -determino.

Su rostro se muestra confundido, como si no se esperase o no se lo creyera.

-También lo querías, me correspondiste -espeta-. Estás haciendo lo mismo que tiempo atrás, fingiendo ser algo que no quieres, resistirte solo por la puta moral -murmura molesto.

-No hablemos del pasado que no te beneficia en nada -reprocho.

-Liz... -Llama mi atención haciendo que fije mis ojos nuevamente en él.

Lo noto nervioso, inquieto y es muy extraño en él. Su pecho sube y baja con dificultad y me pregunto qué le puede estar pasando.

-¿Qué? -pregunto inquieta.

-Quiero que hablemos, es decir -se apresura a aclarar-, quiero que hablemos de cosas que no hemos dicho antes -Cuando termina niego con la cabeza segura.

-No -respondo segura-. Te dije que sólo habría una oportunidad -le recuerdo-, no quiero que el pasado nos siga arrastrando, tomamos caminos diferentes.

-Por favor -ruega y sus ojos me inspeccionan como si supiese lo que estoy pensando.

«Aceptar o no», eso pienso.

-Tendré problemas por ti -aviso y niega con seguridad.

-Quiero hablar, más tarde acordamos hora y lugar -explica y seguido se da la vuelta para entrar a la casa.

Entro a casa y lo primero que hago es buscar a Liam. Lo encuentro en el sofá leyendo y tras verme sonríe. Justo en este momento quiero vomitar, los nervios me juegan una mala pasada. Dejo a Evan en su corral y me acerco a él.

-Hola, preciosa -saluda.

Tomo asiento a su lado y sin decir nada lo abrazo, me hundo en su pecho y cierro mis ojos sintiéndome la peor mierda del mundo. Mucho peor que con Samuel. «Esto está mal, ¿por qué dejo que Arsen haga eso?». Me cuestiono y siento dolor de cabeza de pensar tan fuerte.

-¿Qué sucede, Liz? -cuestiona Liam.

Se aparta un poco logrando que quedemos de frente, sus ojos azul marino me atraviesan, como si pudiese leerme y saber lo que hice.

Lovers: Él, prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora