Capítulo №65

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"Estos miedos hacen que los que sientes de pequeño, en comparación, parezcan sueños, estos monstruos lastiman, son reales”.

Bajo del auto y camino hacia la puerta de salida del kinder para retirar a Evan. He quedado con Liz que lo llevaría un rato a casa de mi madre y así ella tenía tiempo de hacer unas cosas con respecto al local. Me acerco al tumulto de personas a la espera de que me llamen, o más bien, nombren a Evan. Hoy ha salido una hora antes por el día que es, no todos tienen la misma jornada. Puedo ver que este es el horario de los niños más pequeños, de bebés de no más de un año, todavía están en brazos. Pero hay algo que me resulta sorpresivo, y es que desde aquí, logro ver a una rubia retirar a un hermoso bebé, pero no es cualquiera, esa rubia es Alice, la profesora de biología que me acosó en el baño de la Universidad.  Es la mujer por la cual todo se arruinó con Liz, por denunciarnos. Dando un rápido vistazo, y viendo que aún no sale el curso de Evan, la persigo a prisa. Lleva con ella al bebé en brazos y a uno más grande de la mano, ahora recuerdo a Liz decir que sentía pena de un bebé, debe ser ese.

—¡Alice! —Llamo logrando que se detenga, se gira y cuando me ve hace una extraña mueca, como si temiera verme.

No tiene nada de qué temer, pero muero de intriga y bronca por saber qué la llevó a hacer algo como lo que hizo, ya que ella y Daniel estaban en las mismas circunstancias. Me acerco los pocos pasos sin perder la vista de la salida del kinder, y veo la indecisión de ella en quedarse o irse. Hasta que sonríe apenas.

—Caristeas —susurra con su siempre sensual forma de hablar.

—Alice —digo a modo de saludo y observo al pequeño que tiene en brazos, tiene unos pequeños risos dorados y unos ojos azules muy oscuros, se parece mucho a ella.

—Has crecido —comenta y me mira de arriba a abajo.

—Tú sigues igual —respondo amable.

Y es la verdad, no sé cuántos años debe tener, pero es mayor y se conserva en muy buen estado, ni hablar de los detalles sexuales que Daniel me ha dado, pero mentiría si no digo que siento un poco de repulsión hacia ella.

—¿Qué puedo hacer por ti? —pregunta y me mira curiosa.

—Quiero hablar contigo, ¿tienes tiempo? —consulto y me giro justo cuando veo a la maestra de Evan asomarse con otro niño.

—Algo —responde dudosa—, pero supongo que sí —accede y asiento.

—Espérame un segundo aquí, voy a buscar a mi hijo —aviso y me retiro a prisa sin esperar respuesta.

Cuando por fin tengo a Evan en brazos, me acerco a ella. Tiene su vista puesta en mi hijo y me pregunto cuánto debe saber de mi vida, o si sabe que con Liz tuvimos un bebé.

—Él es Evan —Lo presento—, es mi hijo, lo tuve con Liz —cuento y asiente con pesar y sin sorpresa, dando a entender que ya lo sabía.

—Es hermoso y completamente igual a ti —susurra y lo observa con una gran sonrisa.

—Tiene mucho de Liz —respondo viéndolo—. ¿Cómo sabías que tuvimos un hijo? —cuestiono y suspira un poco nerviosa.

—El chisme viaja rápido —contesta sincera—. ¿Están juntos? —inquiere con su ceño fruncido y una gran curiosidad que se instaló en su rostro.

Lo pienso, pienso qué responderle. En mi mente estamos juntos, pero en los hechos no, no puedo andar mintiendo por ahí.

—No —confieso a desgano y no queriendo dar explicaciones.

—Sigue con Terrance —afirma y asiente.

—¿Quién demonios te informa tanto? —inquiero molesto—. ¿Es el mismo que enviaste a que nos fotografiara?

Lovers: Él, prohibido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora