-Querido amor.
Como te venía contando...
Nos lo pasamos en su auto en lo que quemábamos tiempo hablando, antes de entrar al restaurante.
Nuestra conversación fluía y su sonrisa me atrapaba, sus colmillos eran parecidos a los de un vampiro, me daban ganas de probar a ver si su boca era igual de embriagante a como se veía, (intenté alejar esos pensamientos de mi cabeza, no era el momento).
- Creo que ya podemos salir Antonella.
Se bajó del auto y me abrió la puerta ofreciéndome su mano, siempre ha sido muy caballeroso y en respuesta le di la mía y puse el pie en el suelo.
Cogidos de la mano nos encaminamos al restaurante, era de comida italiana y su ambientación era muy elegante, me sentía costosa, (tú me entiendes).
Nos sentamos en la mesa que Sebastyan había reservado.
-Un momento Sebastyan, ¿No que iríamos a cine primero?
- Si, pero nos entretuvimos tanto hablando que lo olvidé.
- ¿Enserio conversamos tanto tiempo?
-Exactamente dos horas y media.
-Ohh dios, ni me había fijado, supongo que fue la conexión de nuestras voces y lo interesante de la trama de nuestros relatos.
-Claro que lo fue.
Se acercó a nosotros una camarera con una actitud muy descarada y con insinuaciones hacia Sebastyan. No la culpo, porque él es muy guapo, pero aun así me daban celos.
- Y cuéntenme que van a ordenar y dime si necesitas descuento guapo.
Pinche vieja.
-Muchas gracias señorita, yo deseo una pasta al pesto, no sé qué quiera mi novia, ¿Dime, Antonella que quieres?
Quedé estupefacta con eso de que me dijera su novia.
- Amm yo, una lasaña napolitana gracias.
Pude notar en la cara de la mesera su enojo por las palabras de Sebastyan.
- Claro, enseguida se los traigo.
Luego de que se alejara le pregunté a Sebastyan por qué había hecho eso.
- #1, quería librarme, chicas como ella me causan molestia. #2, fue una buena forma de sonrojarte, pude notar tus celos señorita. #3, me gustaría decirte mi novia.
-Espera ¿qué?
- Eso quiero Josefa, te amo y quiero hacer parte de tu vida de otra forma.
-No sé qué decirte Sebastyan.
-Dime que sí.
-Este me encantaría, pero no puedo.
- Pero, Antonella, ¿Por qué?
-Es que es complicado, pero podría ser que en este momento una relación no le iría bien a mi vida y sigo desconfiada de tus sentimientos, no me malinterpretes, sé que son sinceros, pero no son al cien para mí, y pues siento que no puedes darme lo que merezco Sebastyan.
Me dolió mucho ver su rostro, ver como una lágrima brotaba de sus hermosos ojos.
- Pero Antonella, te prometo que mi amor será tuyo completamente, y prometo darte todo lo que tengo, pero no hagas esto, por favor no Josefa.
Era la primera vez que me había dicho Josefa de esa manera y me dolió, muchísimo, pero siento que es para el bien de los dos.
-No puedo Sebastyan, lo siento, debo irme.
-No espera Antonella, por lo menos déjame llevarte a casa.
- no creo que sea lo mejor.
-Por favor.
-Está bien.
Estaba conteniendo mis lágrimas, mi corazón dolía, gritaba desesperado que lo dejara ser libre, que dejara acompañar al corazón de Sebastyan y convertirse en valor absoluto, pero no puedo. El nudo en la garganta crece y estar junto a él es peor.
Nuevamente Sebastyan me abrió la puerta del carro, entré y luego siguió él. El trayecto a casa fue incómodo y silencioso, supe que quería decirme algo, lo vi en su rostro, pero guardó sus pensamientos.
Luego de 30 minutos llegamos a mi casa.
-llegamos, ya puedes bajar.
No era capaz de decirle nada, simplemente las palabras no salían de mi boca.
Me bajé del carro, abrí la puerta y cuando iba a entrar Sebastyan me llamo.
-Quería decirte que, me ha llegado una beca en una escuela de fútbol profesional, si la aceptara me iría en menos de un mes, siempre y cuando cambie de opinión; siempre y cuando tú lo decidas.
-Yo, yo, hoy no puedo Sebastyan, hoy no.
Me gire para entrar a mi piso, pero Sebastyan salió del carro rápidamente, me tomó de una mano, me acercó a él y me besó.
Sus labios eran deliciosos, finos, pero a su vez carnosos, era reconfortante besarlo y tal como lo imaginé era embriagante; me dejé llevar por aquel beso, era suave, tierno. Hasta que Sebastyan me chupó el labio y navegó entre mi boca con su lengua; ese ya no era nada más que un beso, se había convertido en algo más íntimo y desenfrenado, era el momento de detenerlo, pero sentí su ya prominente erección y todo atisbo de cordura y voluntad desapareció.
. . .
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CARTAS AL AMOR.[EDITADO]
Teen Fiction¿Por qué escribirle al amor y no solo llevar un diario? ¿Qué reto significa escribirle a un sentimiento que nace dentro de ti misma?. Tendrá que ir dentro de ella para hallar las respuestas. Josefa es una chica joven que está viviendo sus primeras v...