Josefa Antonella Brown.[EDITADO]

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-Querida Josefa

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-Querida Josefa.

Sé que nunca has recibido una carta de mi parte, pero este es el momento indicado para que la tengas.

Sé muy bien que en estos días has estado un poco más animada, que ya el dolor no es tan punzante como antes, que puedes vivir con la tranquilidad de un pasajero en una mala aerolínea.

¿Qué pasas tus días: estudiando, trabajando, cuidando a Anthony, aprendiendo italiano, arreglando tu casa, escribiendo y leyendo un poco?

Que ya no le permites a tu rutina darle el mérito de pensar, porque sabes que si llegara a ocurrir, volverías a tenerlo en tu mente: a sentir el aroma de su colonia, a embriagarte con el sonido de su voz, a identificar cada pequeño detalle de su piel. A repasar con la mente lo que ahora imposible con la mirada.

Que te torturas viéndolo en las revistas y en la tele.
Que te destruye la idea de no verlo de nuevo, de que te olvide y deje atrás todo aquello que compartieron alguna vez.

Que lo extrañas en silencio, y con la idea persistente de escribirle o, en tu mayor anhelo, de ir a buscarlo.

De tomar el primer vuelo que encuentres y salir a su búsqueda, salir con el fin de unir aquellos corazones que se encuentran separados por los errores de tu boca.

Sé que estás confundida, que no sabes qué creer, pensar o hacer.

Que estás añorando las respuestas ante las situaciones que te planteas.

Que quieres dejar de sentirte impotente, para volver a sentirte como antes, porque puede que seas independiente, que trabajes, que hayas ganado una beca, que seas tía, que seas la mejor y tengas a muchas personas buenas a tu lado; pero te pesa la ausencia de aquel que se robó tu corazón.

Sé que algunas de las decisiones que has tomado han marcado tu vida de manera inspiradora, que verdaderamente eres un ejemplo para cualquiera debido a tu dedicación, que eres una de las mujeres más fuertes que he conocido y que tu belleza es tan exuberante como la de una rosa entre un valle de espinas.

Por eso mismo sé que cualquier cosa que te pase podrás afrontarla de la mejor manera.

Y para eso debes ser sensible y apreciar las cosas pequeñas que hacen que tu corazón se agrande, porque ahora que te encuentras perdida, es el momento en el que más necesitas del azar para encontrarte.

Recuerda que el amor siempre estará de tu parte y junto a él, tu padre, para susurrarte al oído todo aquello que nadie te dirá.

Porque él está presente para acompañarte en las noches en las que te sientas mal y para celebrar contigo en los momentos de felicidad.

Algo que es completamente cierto y ya para no extenderme más. Pero si la vida fuera sencilla, nadie estaría para vivirla, porque existir es tan complejo como la formación del hombre, llena de procesos y de errores.

Algo que no debes olvidar, es que pase lo que pase, no te dejaré de amar.

Josefa.

CARTAS AL AMOR.[EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora