Sr. Margaret.[EDITADO]

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-Querido amor.

Te contaré acerca de mi rutina de hoy y te adelantaré una bendición que me llegó como caída del cielo.
Me encontraba en la "Virginia Woolf library's" trabajando como normalmente lo hacía, ese día tenía en la cabeza, el puñado de compromisos que tenía pendientes del instituto; literalmente no había comenzado la universidad y ya sabía que no volvería a dormir hasta un buen tiempo. Ya casi terminaba mi jornada laboral; para contextualizarte, ya llevaba un mes trabajando allí y ya había recibido mi primer pago, exactamente un salario mínimo actual, claramente he estado repartiendo mis ingresos para no gastarlo en cosas innecesarias, como; gastos personales, alimentos y ahorro para mí piso.

Hablando de eso, estaba organizando algunos libros de mi sección, cuando se me acercó la señora Margaret, (una cliente bastante habitual de este establecimiento, con algunos 70 años encima, que siempre atendía con gusto y a la que le ofrecía un nuevo libro para leer, cada día), era mi ídola. Con ella pasaba un tiempo agradable en el que me contaba: de su salud, de su testamento y su más grande adoración, sus nietos; todas las noches me contaba sobre Luciana su primera nieta que tiene 9 y que casualmente al igual a mí, le gusta Morat y también de su nieto Julián, que siempre le sacaba una sonrisa. Pasar tiempo con la Sr, Margaret me reanimaba y me daba fuerzas para seguir, aquella noche ella me contaba que tenía un apartamento grande y espacioso y que estaba libre para quien lo necesitara:

-Me encantaría dejar mi piso en buenas manos, dime muñeca, ¿De casualidad no gustas aceptar la oferta?

Cuando ella dijo eso casi salto de la emoción, pero rápidamente desistí de la idea por el costo que debería tener un piso como ese, además sería aprovechado de mi parte.

-Ay señora Margaret, muchas gracias, pero creo que debo rechazarla, no tengo el dinero suficiente, apenas he comenzado con este trabajo hace algunas semanas.

-Vale Josefy, pero es que no estás considerando que pueda darte una promoción, no debes pagarme los primeros dos meses, esos van por cuenta de la propietaria.

- ¡Dios mío!, muchas gracias señora Margaret, aunque me da mucha pena recibir su propuesta, no puedo hacerlo, pero muchas gracias.

- Hazlo Josefy, tú eres la indicada.

-Vale señora Margaret, claro que acepto su oferta, pero con la condición de que pueda cobrarme sin ningún problema.

-No te puedo prometer eso, pero ya iremos viendo, además, me emociona saber que serás tú, mi niña, la que vivirá en aquella casa que en algún momento fue muy importante para mí.

-Gra... gra... Gracias, muchas gracias señora Margaret.

-A ti, mi niña, nos vemos, mañana te mostraré el lugar.

Luego de eso la abracé fuertemente de manera profunda y pausada, estaba completamente agradecida, después de aquel abrazo, me plantó un beso en la mejilla y se fue, y a lo consecuente yo igual, debido a la finalización de mi jornada.


No puedo creer que ya tengo piso, estoy muy emocionada, amo a la Sr. Margaret.

Charlamos luego, con amor.

Josefa.

CARTAS AL AMOR.[EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora