House shower.[EDITADO]

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- Querido amor.

Ya la reunión había comenzado, tenía mi casa organizada y varios snacks sobre la mesa.

Ya estaban presentes todos mis invitados y con referirme a todos, (si, estaba Valentina).

Fue muy sorpresivo verla luego de tantos meses, seguía igual de hermosa que siempre, solo que ahora tenía agregada su pancita del embarazo, cuando llegó y la invité a pasar, hubo un silencio incómodo; pero ella lo solucionó con un abrazo cargado de todo aquello que nos faltaba por decir, por un momento sentí que no iba ser tan difícil tenerla a mi lado. Pero en general estuvo bien, trajo unas mantas como regalo y algunos chocolates, porque sabe que me encantan.

Ella fue la primera en llegar, por lo tanto hablamos un poco de su embarazo y todo el proceso que ha venido llevando, me comentó que estaba loca por comer pastel con mostaza, "simplemente no entiendo los antojos, porque eso suena horrible", pero le voy a ayudar a cumplirlo, porque en el refrigerador tengo una torta para cuando termine la velada de hoy.

De segundas llegaron mi madre y Mauricio, ambos muy arreglados y pulcros, tenían unas flores, que luego me obsequiaron; los invité a pasar y les presenté a Valentina. Cabe aclarar que ambos estaban al tanto de toda la situación, por lo que, no hicieron preguntas indebidas, si no que, por el contrario, estaban fascinados con la idea de un bebé en la familia; se quedaron hablando con Valentina cuando les fui a llevar unos canapés. Mientras se entretenían comiendo y conversando, llegó tía Marie, pero no vino sola, a su lado había un hombre alto y fornido bastante guapo, al verlo no necesité preguntar, sabía que él era el hombre con el que salía a escondidas, y me alegró que ya sea tan oficial como para venir a presentárnoslo, siempre será una agradable noticia ver a tía Marie feliz.

A la par de su llegada apareció la señora Margaret, tenía el porte de la reina Isabel, siempre con sus joyas y trajes finos; se veía emocionada por venir y en cuanto notó a la gente y el cómo su casa ya parecía un hogar, soltó un gran suspiro contagioso y me abrazó.

- Estoy orgullosa de ti mi niña, has hecho muchas cosas con tan pocos años de vida aquí en la tierra, eres incomparable y me alegro poder tener la certeza de que mi hogar estará en buenas manos, te quiero mi Josefy.

Me fue imposible no llorar, la señora Margaret en tan poco tiempo se había convertido en una abuela para mí, es siempre muy incondicional y tengo la suerte de haberla conocido y tenerla hoy en nuestra casa.

- Muchas gracias señora Margaret, enserio aprecio todo lo que usted ha hecho por mí, y como no, también quiero mucho.

Con la suavidad de su tacto, limpió mis lágrimas; con la excusa de que se correría mi hermoso maquillaje, y con todo el carisma propio que tiene, se dispuso a charlar con los demás invitados.

Ya solo faltaban Thomas y Lina, para ahora sí empezar con la "celebración". Y como si los hubiera invocado, aparecieron luego de unos minutos, Lina estaba vestida espectacular y Thomas era un friki tecnológico bien vestido, jamás lo había visto así; ambos me dieron un fuerte abrazo y me entregaron su regalo, era una caja bastante grande, la curiosidad ya se apoderaba de mí, así que, sin más preámbulos los invité a la sala con todos los demás; terminé de repartir los canapés y pedí una pizza para que llegara un poco después de los juegos que tenía preparados.

Primero jugamos un bingo que tenía como premio, un cheesecake de limón delicioso, todos estaban animados porque ansiaban comer, así que iniciamos la partida, era gracioso ver cómo trataban de sabotearse para quedarse con el postre. El ganador fue Thomas, y muy felizmente se engulló el cheesecake en unos pocos minutos.

Luego jugamos Twister y nos divertimos otro poco, allí la moderadora era la señora Margaret, puesto que su movilidad ya le pasaba factura y no pretendía arrugar su ropa. El juego se terminó con muchos humanos apilados y varias carcajadas compartidas. Todo estaba saliendo bien hasta el momento, había olvidado completamente la tristeza que guardaba mi corazón y no pretendía sacarla ahora a relucir. Así que, con la llegada de la pizza, comencé a repartirla y comimos todos, junto a las bebidas; no había comido nada en el día y ese trozo de pizza me sabía a la gloria.

Luego de haber cenado, llegó la hora de los regalos.
Para no hacer tan demorada la descripción del momento, te haré una lista de lo que me dieron:

• Valentina: Mantas y Sábanas.
• Thomas y Lina: Una repisa para mis libros.
• Sra. Margaret: Unas plantitas.
• Tía Marie: Unas sillas.
• La pareja de tía Marie o más conocido en el bajo mundo como Alberto y mi tía: La mesa.
• Mi madre y Mauricio: Todos los electrodomésticos.

Cuando terminé de abrir los obsequios, le di a todos y cada uno un abrazo y les agradecí con todo el corazón.

Mis invitados se encontraban charlando cuando tía Marie se acercó para decirme algo.

- Hay alguien esperando abajo.

- ¿Alguien?, ¿Quién?

-Debes descubrirlo tu.

No me gustaba para nada la sensación que acababa de arremolinarse en mi estómago, ahora mismo tenía miedo de bajar.

- Pero tía, no puedo dejar solos a los invitados.

- Tranquila, yo los distraigo.

- Mm vale.

Ahora sí que no tenía escapatoria.

Me encontraba bajando las escaleras cuando pude divisar a lo lejos un cuerpo atlético y de ojos rasgados. Mi corazón dio un vuelco, (ahora solo quería escapar).

- Hola Antonella.

- Hola Sebastyan.

El aire era frío, pero lo era más aún su voz, cada minuto cerca de él era una provocación y a su vez una tortura. No sabía que pensar, hacer o decir, estaba en shock.

- Sé que no me esperabas hoy aquí, yo tampoco creí que vendría, pero lo hago para decirte que me iré, tomaré la beca y mi vuelo sale en una hora, no te lo digo para que trates de recapacitar, si no para que estés feliz de las consecuencias de todo esto, espero que cuando ya sea un gran futbolista y salga en la tele , tus hermosos ojos puedan observar a quien te ama con el corazón.

No le dije nada, simplemente no podía.

- Ahh y esto es para ti.

Del baúl de su carro sacó un ramo gigante repleto de libros, me lo entregó y se fue, se fue, jamás lo volvería a ver. De un momento a otro comencé a llorar de manera inevitable, no había nada que pudiera detener lo que mi corazón gritaba "ve por él", solo que simplemente, no pude escucharlo.

Tratando de parecer normal, volví a mi apartamento, allí todos estaban emocionados, tía Marie anunciaba su matrimonio. Estaba muy feliz por ella, pero no podía expresarlo al cien por ciento. Todos me preguntaron que de dónde salió el ramo, y yo simplemente dije que era para mí y que alguien lo había dejado en la puerta.

Y con la premura que mi corazón deseaba, todos se fueron de casa, nada más quedaba Valentina y su bebé para hacerme compañía.

Del refri, saqué un poco de pastel y le puse mostaza y se lo entregué a Valentina, ver su cara de felicidad mejoró un poco mi ánimo, pero aun así estaba exhausta, por lo que me despedí y me fui a mi habitación a (dormir = pensar).

No sé cómo terminar esta carta amor, solo diré que no me entiendo y estoy entrando en desesperación, espero salir de esta.

Con angustia.

Josefa.

CARTAS AL AMOR.[EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora