A la mañana siguiente me dolía la cabeza horrores.
Pero tener a Tania gritándonos mientras nos ponía a calentar a tope era totalmente peor.
Me temblaban las piernas cuando acabé el entrenamiento y solté todo el aire que pude.
Patricia se acercó a mí para pasarme la botella de agua y me miró.
– ¿Qué?– murmuré.
– Laia, estás ida últimamente. Vas atrasada en cuanto a la canción y al baile, necesitas ponerte al día. El campeonato es dentro de un mes y necesito que todas lo hagamos a la vez. Perfecto.
– ¿Te crees que no lo sé?– escupí enfadada.
– Vale, dejémoslo aquí, ve a la ducha y descansa hoy.
Lancé la cinta que llevaba en la mano y fui a los baños para darme una ducha.
Tenía mucho carácter en cuanto a la gimnasia se trataba. Odiaba no hacerlo perfecto y más cuando mis compañeras dependían de mí.
Cuando salí de la ducha nos fuimos a La Masía y entonces me senté en el suelo y estiré las piernas y cerré los ojos.
Después eché el tronco hacia delante y toqué la planta de mi pie con las manos.
– Laia.
Abrí los ojos encontrándome con Aixa.
– ¿Estás bien?– preguntó.
– La estoy cagando en la coreografía.
– Cielo, no pasa nada. A veces nos cuesta tiempo adaptarnos a las cosas. Y la coreo no es fácil.
La miré fijamente y solté un suspiro.
– Creo que voy a pasear hoy.– murmuré levantándome y entonces salí de la habitación.
Caminé por el largo pasillo y llegué hasta un jardín que había.
Me senté y miré el cielo ya oscuro.
– ¿Nerviosa?
Me giré encontrándome con Gavi de pie.
– ¿Qué haces aquí?
– Tengo amigos que jugaban aquí hoy.– murmuró. Pero no has respondido a mi pregunta.
– No lo sé, soy muy autoexigente y autocrítica conmigo misma.– respondí.
Le sentí acercarse y se sentó a mi lado.
– Solo sientes la presión que tú misma te pones. Por mucha presión que te meta la gente, solo sientes la tuya propia. Así que relájate.
– Tengo un campeonato en un mes, no puedo relajarme. Vivo por esto.
– Vives por esto hasta que te asfixies con ello.– murmuró.
– ¿Qué?
– Vas a cansarte de esto. Lo que te hace sufrir te cansa.
Lo miré fijamente.
– ¿Te has cansado del fútbol?
– No definitivamente, pero a veces te cansas. Y necesitas enamorarte de nuevo. Buscar lo que te hizo amarlo.
Asentí lentamente.
Le vi levantarse y se sacudió el pantalón.
Me ayudó a levantarme y nos miramos fijamente.
– Gracias.
– De nada.– murmuró.
Me despedí con la cabeza y salí de allí soltando el aire.
ESTÁS LEYENDO
𝐇𝐎𝐖 𝐃𝐄𝐄𝐏 𝐈𝐒 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐄 +18 | Pablo Gavi
Dla nastolatkówLaia ha estado años dedicándose a la gimnasia artística y ahora debe practicar en uno de los mismos lugares que gente igual de reconocida que ella, el equipo del FC Barcelona, aunque el encuentro con cierta persona, será algo que va a causarle probl...