Narra Gavi
Los chicos habían quemado mi timbre de casa para convencerme de bajar a Valencia y ver el campeonato de las chicas. No entendía muy bien que pintábamos allí, aunque teniendo en cuenta que se habían hecho muy amigos, era comprensible.
– Gavi alegra la cara, vas a Valencia.– murmuró Ferrán.
– Ferrán, no necesitamos guía turístico, gracias.– murmuró Pedri en el asiento de copiloto.
Fermín iba a mi lado con los auriculares puestos, totalmente ajeno a las conversaciones de los de delante.
Tenía el culo dormido de estar sentado tanto tiempo, pero ya no quedaba mucho para llegar.
Al llegar me bajé del coche y me quité las gafas de sol y me las dejé en la cabeza sobrepuestas.
Ferrán nos condujo hasta el polideportivo y agradecí que no tuviéramos que hacer cola, porque habríamos tardado horas.
Entramos y nos condujeron hasta el reservado. Ferrán saltó a por las gominolas que había en los cuencos y yo agarré una botella de agua.
Pedri se sentó y me senté a su lado soltando un suspiro.
– ¿Qué pasa?– me preguntó.
– No sé ni que hago aquí, yo no tengo confianza con ellas como para venir.– murmuré.
– Bueno, siempre hay una primera vez para todo.– dijo.
La verdad es que no me apetecía nada estar allí. Laia y yo estábamos en términos raros, no sabía si me odiaba o si le caía bien.
Un sonido procedente de los altavoces me hizo dar un salto en el sitio.
Avisaron por megafonía de que el siguiente grupo era el de las chicas y entonces ellas salieron.
Laia iba delante. Llevaba un maillot rosa pastel y un moño apretado en lo alto de la cabeza.
Se colocaron sobre el suelo tapizado y empezó a sonar la canción del Lago de los Cisnes.
Los movimientos eran fluidos y suaves. Todas se movían de manera milimetrada y coordinada. Lo estaban haciendo perfecto.
O al menos eso parecía.
Laia saltó y entonces hizo un salto para después lanzar la pelota que llevaba y acto seguido cogerla en el aire y dar una vuelta.
Cuando la música cesó todo el mundo aplaudió y los chicos se levantaron para aplaudirles.
Después fuimos saliendo y decidieron esperarlas en la salida.
Un rato después salieron y se acercaron a nosotros.
Laia no llevaba buena cara.
Así que no me sorprendí cuando la vi caminar delante de todos, en silencio.
Tenían unas horas libres antes de volver a Barcelona, así que habían dicho de comer en un sitio que Ferrán dijo.
Caminé rápido hasta que la alcancé.
– ¿Qué pasa?
– Nada, estoy cansada y quiero dormir.– murmuró.
– Laia, lo habéis hecho bien.
– Ojalá, yo creo que nos han descalificado. Ni siquiera hemos esperado a los resultados.– dijo.
– Laia, caer también es parte del proceso.– murmuré.
Ella me miró fijamente y entonces negó con la cabeza.
Intuía que no le gustaba perder o hacer las cosas mal, pero a veces esos eran los únicos momentos en los que abrías los ojos, te dabas cuenta de todos los fallos y de las cosas que había que mejorar.
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𝐇𝐎𝐖 𝐃𝐄𝐄𝐏 𝐈𝐒 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐄 +18 | Pablo Gavi
Teen FictionLaia ha estado años dedicándose a la gimnasia artística y ahora debe practicar en uno de los mismos lugares que gente igual de reconocida que ella, el equipo del FC Barcelona, aunque el encuentro con cierta persona, será algo que va a causarle probl...