IX

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No pensaba coherentemente cuando me lancé a sus labios.

Aunque cuando me correspondió y agarró mi cara no me sentí tan tonta.

Seguíamos besándonos cuando dentro del viejo pub en el que estábamos empezaron a escucharse gritos.

Gavi se apartó de mí y miró hacia el interior.

– Será mejor que salgamos de aquí ¿no?– preguntó.

Lo miré totalmente absorta en él. En sus facciones: sus labios ahora hinchados, la mandíbula y sus ojos marrones.

Me levantó con él y salimos de allí para después caminar por el paseo marítimo.

Íbamos en bastante silencio y sinceramente estaba empezando a sentirme mal. Creo que se estaba arrepintiendo.

– Laia.

"Ahí está"

– Dime.– murmuré con el corazón en un puño.

– ¿Qué quieres hacer ahora?– preguntó.

Tragué saliva y respiré profundamente.

– Sinceramente, no lo sé. Hace frío.

– Vale, voy a acompañarte a casa.

"¿Ya?"

Asentí en silencio y entonces caminé a su lado sin decir absolutamente nada.

Cuando llegamos a La Masía metí la tarjeta en la puerta y abrí la puerta.

– De nuevo, gracias por venir. Me lo he pasado muy bien.– dije.

– Yo también, ha sido muy agradable.– contestó.

Asentí y entonces me giré para entrar, aunque me agarró el brazo y entonces pegó sus labios a los míos de nuevo.

Me besó con suavidad, como hace un rato.

Las mariposas de mi estómago estaban revueltas y ya no iba a haber manera de tranquilizarlas. Iba a pegarme toda la noche sin dormir.

Cuando se apartó acarició mi mejilla y entonces señaló la puerta con la cabeza mientras sonreía.

– Espero a que entres.– dijo.

Sonreí y entonces me giré para entrar, aunque giré la cabeza para mirarle.

– Venga, entra, hace frío.– murmuró.

Asentí y entonces entré cerrando la puerta detrás de mí.

Subí a la habitación con una sonrisa tonta en la cara.

Cuando entré disimulé mi cara y vi a mis amigas desviar su vista de la televisión a mí.

– ¿Dónde estabas?– preguntó Patri.

– He ido a pasear un rato.

– ¿En mitad de la noche?– preguntó.– Deberías dejar de caminar sola.

Asentí y me fui a mi habitación directamente a coger el pijama y fui al baño.

Al salir de la ducha me vibró el móvil y lo agarré rápidamente.

Gavi ⭐️

Descansa, morena.

Descansa, Golden Boy.

Salí del baño y entonces fui a mi habitación, dejé el móvil sobre el escritorio y entonces la puerta se abrió.

– Venga, miéntele a ellas, pero sabes que conmigo no cuela.– murmuró Aixa.

𝐇𝐎𝐖 𝐃𝐄𝐄𝐏 𝐈𝐒 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐋𝐎𝐕𝐄 +18 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora